Oigo algo en la lejanía. Es como un murmullo que, a medida que pasa el tiempo, se oye más y más cercano. Ahora parece un pitido. <<Pii, pii, pii>>. Es molesto. No se de donde procede.
-Es el despertador.- Pienso.
Me despierto sobresaltada y apago el despertador rápidamente. Cojo la ropa (unos jeans, una sudadera rosa chicle y unas deportivas de la marca Nike) y voy hacia la cocina.
-Buenos días.-Le digo a mi madre, aún cansada.
-Hola.- Me responde.- Te compré estos cereales, para variar un poco.
-Vale.- Respondo. Creo que espera que le de las gracias, pero no se las doy.
Me acabo el desayuno y despues de lavarme los dientes me voy a clase.
Llego en menos de diez minutos al colegio. La puerta de clase está abierta. Entro.
-Colocaros para hacer el examen de mátematicas.- Dice Luisa, la profesora.
Movemos las mesas y formamos cuatro filas, un poco apretadas, y la profesora de matemáticas empieza a darnos los exámenes.
La preguntas son muy fáciles aunque, en algunas, las respuestas son muy largas.
Algo cae en mi mesa. Es un papelito. lo abro sin que Luisa se de cuenta. Es de Víctor. La notita dice así:
"Soy Víctor. ¿Me dices alguna respuesta? Menos la 3 que me la sé."
No me lo puedo creer. Víctor necesita mi ayuda. Miro el reloj. Han pasado quince minutos desde que comenzó el examen y he respondido a cuatro. Creo que me dará tiempo.
Le escribo en el mismo papel dos respuestas. Se la lanzo disimuladamente. Al poco tiempo me lanza una nota distinta, en la que pone:
"Muchas gracias."
Le escribo otras dos respuestas y le vuelvo a lanzar la nota.
Han pasado cuarenta minutos desde que la profesora nos dió las hojas del examen. Yo ya he contestado a todo. Me sobran diez minutos. Recibo otra nota.
ESTÁS LEYENDO
Te prohibo enamorarte de mí
Roman d'amourSiempre sentí que mi vida era aburrida. No destacaba en clase y tenía mi grupo de amigas. Aún así, me gustaba estar sola, escribiendo o leyendo alguna novela. Pero todo cambió un día. Exactamente un lunes.
