Capítulo 31: Más que una duda

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Narra Espiráculo

Las últimas dos en llegar fueron la Gallina Azul y Rhonda, sólo faltaba a que esa ave regresara y todos estaríamos aquí para que yo pudiera contar mi plan, mi siguiente movida, aunque para eso necesitaba a todos en buen estado, así que, como fueron llegando, ordene a las langostas que los llevaran a la enfermería de este lugar y los atendieran de inmediato. Pasaron unos minutos y el ave no llegaba, así que me comencé a desesperar.

- ¡Rojo 1! - grite a una de mis langostas para que se acercara.

- Si doctor, ¿Qué pasó? - me respondió amablemente, yo creo que por eso ya duraron trabajando para mi, son muy leales.

- Ordena a los demás que traigan a todos los pacientes en este pasillo ahora.

- Pero están en... -

- ¡¡¡No me importa si están heridos, tráiganlos con todo y camilla!!! - sin decir nada más, rojo uno se fue lo más rápido que pudo a hacer lo que le pedí, en poco tiempo, todos, en camilla, estaban frente a mi.

- ¿¡Alguien me puede explicar porque aún no ha llegado esa ave de pacotilla!? - les grite muy enojado, mientras note que algunos querían hablar, pero alguien hablo a mis espaldas.

- ¿A quién le llamas ave de pacotilla? - esa pregunta hizo que recorriera un escalofrío por todo mi cuerpo y al voltear lentamente observe como Ethan volaba acercándose a nosotros.

- No, nadie dijo nada, sólo te estábamos esperando - dije un poco nervioso, esta ave me daba un poco de miedo.

- ¿Enserio?, mmm... entonces quizás fue mi imaginación - dijo volando poniéndose a mi altura para mirarnos cara a cara - ¿Sabes?, sólo por esta vez lo dejare pasar, hare como que no escuche nada, pero no te acostumbres a eso, la razón por la que te dejo vivir es que estas loco y me caíste bien - eso me sorprendió, tal parece que a esta ave le gustan los juegos, debo tener más cuidado con él, aunque me ofendió lo que dijo, no estoy loco.

- Como sea, ¿Por qué tardaste en llegar?

- Creó que la respuesta es obvia delfín, no me diste un control para que yo también regresara, tienes suerte de que mi vuelo sea rápido, porque sino hubiera tardado más - ¿¡Qué!?, ¿Llego volando?, espera, ¡Hice mis cuentas mal!

- Vaya que eres rápido, no dejas de sorprenderme Ethan, ¿Usaste las bombas de humo que te di?

- Me sobraron dos, no quería usar tantas bombas de humo, aunque espero realmente que las bombas que use hagan a que se les borre la memoria a aquellos que me vieron - ese experimento no podía fallar, era de los más básicos.

- Claro que lo harán, les puse rocío de amnesia, ¿me puedes mostrar las bombas que te sobraron?

- Claro, no pensaba quitártelas, no creo que me sean de utilidad, así que te las devuelvo - cuando saco las dos bombas de humo que le habían sobrado me di cuenta que mi plan había funcionado, uso la que esperaba que usara, esto era simplemente perfecto...

Narra Ethan

Sé que no pensaba eso, él jamás pensaría en que yo robaría sus bombas de humo, eso lo dije sólo porque yo sabía lo que realmente planeaba, pero demostrar que lo sabía sería sospechoso, era mejor ocultar mis poderes a partir de ahora, ya que este delfín tenia un plan demasiado turbio y por muy superior que sea, si me infecto de esa cosa, no tendré salvación, así de peligroso era el plan de Espiráculo. No, no pensaba interponerme en sus planes, él tenía una venganza y yo la debía respetar, claro, al menos a que él intente algo contra mí.

 - ¿Sabes algo delfín? - él me miró al igual que los demás, todos quedándose en silencio, dándome a entender que continuara - yo aquí me despido, fue un gusto trabajar para ustedes, pero como pueden ver, mi parte de la venganza ya esta hecha, tengo lo que quería, para mi creo que es suficiente - todos se sorprendieron por lo que dije.

El pasado de Skipper (Los pingüinos de Madagascar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora