Prefacio

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En el origen de los tiempos, el mundo era un inmenso cielo lleno de pureza y bondad, la maldad no existía, mucho menos el odio y la mortalidad de un mundo cruel del que hoy conocemos. Todo era armonioso en aquel entonces y una sola especie era la que habitaba en el reino de la divinidad de un Dios todopoderoso: los ángeles.

Esos seres de piel blanca y alas de hermoso plumaje, fueron la primera creación existente en el universo de la historia, seres creados a una imagen inigualable, una belleza única e indescriptible, pues se dice que nunca existió una divinidad tan semejante como esa.

Los ángeles eran como una Venus hecha a la perfección, sus cuerpos tallados como unas esculturas dignas de admirar, piel tan blanca como las nubes de los alrededores, suaves y delicados cual cristales de hielo. La voz de ellos siendo tan celestial como las melodías de una arpa tocándose con parsimonia.

Simplemente perfecto.

No obstante, entre cientos de ellos, existió un solo ángel que destacó a diferencia de los demás. Aquel ángel era sin duda alguna, el más hermoso de todos, pero... ¿Cómo era eso posible? Era algo que muchos no lograron entender en su totalidad, pues estos seres eran tan idénticos entre sí, sin embargo, aquella teoría fue perdiendo fuerza cuando Luzbel nació, el famoso ángel que dejó de serlo.

Hoy todos conocemos ese nombre, pues fue el único entre los demás, que se reveló a su creador, el ángel que rompió las reglas impuestas por el mismo Dios, su Dios. Ningún ángel podía creerse mucho más que otro y ese simple hecho fue el hincapié para que este ángel, único entre los demás, fuera expulsado del cielo de la divinidad.

Luzbel había sido considerado como el favorito de Dios, era especial y lo sabía, pero la arrogancia creció tanto dentro de su corazón, que poco a poco fue sintiéndose superior. Algo dentro de su alma estaba cambiando y el sentimiento se fue desarrollando mucho más con el pasar del tiempo.

Técnicamente los ángeles no cumplen años, incluso el aspecto físico de éstos nunca cambia, pues sus cuerpos no son como el de los humanos, éstos seres son mitológicos y su belleza se mantiene intacta debido a eso. Sin embargo, cuando Luzbel fue expulsado de los cielos, éste fue arrojado a las tinieblas del infierno y la belleza etérea que un día poseía, se esfumó por completo tras la caída.

Su cuerpo cambió radicalmente, su piel que un día yacía blanca y deslumbrante, se volvió negra y opaca. Sus ojos que brillaban cual lucero, se oscurecieron como las tierras del abismo mismo donde cayó. Sus alas quedaron totalmente destruidas y a raíz de eso, la textura de estas cambiaron, quedando tétricas como las alas de un horrible cuervo y en su cabeza, unos cuernos de la misma tonalidad le crecieron.

Luzbel lucía como un monstruo, ese ángel hermoso que un día fue quedó totalmente destruido, formando un antes y un después en el ciclo de la vida.

Desde ese entonces, un nuevo mundo sería creado por el ángel demonio de los suburbios y todo aquel que se revelara ante el poder de Dios, sería arrojado en el mismo caldero del fuego infernal. Todo aquel que lo traicionara sería expulsado y convertido inmediatamente en demonio, perdiendo así el derecho a la vida eterna y la salvación.

La maldad y la bondad jamás podrían relacionarse. Los demonios y los ángeles jamás serían uno solo.

Porque esos dos grupos de seres eran como el fuego y el agua, siendo un contraste entre sí. El cielo y el infierno siendo dos mundos separados hasta el final de los tiempos.

Una regla simple e inquebrantable.

Las reglas en el reino de Hades estaban claras, los ángeles vivirían siempre en la divinidad y los demonios en el abismo de la perdición.

O bueno, eso se creía.

Todo cambiaría con la llegada de Jeon Jungkook, el nuevo ángel creado por la divinidad en el reino de los cielos y las cosas se complicarían aún más, tras conocer a Kim Taehyung, un demonio del inframundo, quien se convierte en la peor de sus pesadillas y en la más dulce de sus tentaciones.

Porque hasta el ángel más inocente y puro, puede ser capaz de caer en el mayor de los pecados. La vida eterna se gana con el camino del bien y la abstinencia del pecado corporal...pero, ¿A caso no es el placer, la mejor manera de sentirse en el mismo cielo?

pero, ¿A caso no es el placer, la mejor manera de sentirse en el mismo cielo?

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Angel or Devil | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora