Secretos De Anemo

Reacción Elemental

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Tan pronto como terminé de sobrellevar mi rubor ardiente que, en realidad, fue gracias a una siesta que me permitió descansar un poco, decidí cambiar mi vestir ya que las telas de mi vestido me parecían insoportables. Se sentían pesadas gracias a la intensa aventura que había tenido. Suspiré, tratando de expulsar aquél cúmulo de emociones desgastantes mientras me ponía mi nuevo vestido.

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Ahh, Me hizo falta coser esta flor...

Me puse de pie y me acerqué a una pequeña cajonera para hallar lo que necesitaba y ajustar el pequeño detalle de mi vestido. Buscando entre mis cosas, encontré un sobre color beige que capturó mi atención.

¿Cómo terminaste aquí?

Me senté a la orilla de la cama con el sobre entre mis manos. Deslicé la yema de mis dedos hasta llegar al sello que mantenía cerrada la carta.

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✦• Flashback •✧
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Albedo se acercó, besando mi frente. Me ruboricé más de lo que ya estaba. Él nunca había hecho un acto tan tierno como ese, aunque nada se comparaba al beso que nos habíamos dado hace mucho tiempo. Recordar aquello me hizo sentir nerviosa e incómoda.

Tomó una de mis manos, entregándome un sobre.

-Visítanos pronto. Si algún día quieres que te enseñe cualquier cosa... puedes buscarme, siempre sabrás donde encontrarme... porque siempre lo haces- su voz se fue desvaneciendo en aflicción, pero logró mantener la compostura -En verdad deseaba regresar junto a ti, pero parece ser que aún no me toca...- se dirigió a la puerta de la habitación y salió sin agregar nada más.

Sus palabras me atravesaron como flechas encantadas de un veneno corrosivo: El dolor se mantuvo dentro de mi corazón por un largo período de tiempo.

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✦• Fin del Flashback •✧
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Abrí la carta finalmente, hundiéndome en todo lo que había escrito para mí.

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Mi amada... T/N:
Desde que te conocí siempre supe que eras portadora de una mente divinamente brillante. Aún cuando ya sabías tanto como yo, te hacías llamar humildemente mi alumna... pero yo desde que te conocí... siempre me mantuve como tu maestro, aunque ahora, quisiera dejar de serlo.
Aquél beso no fue un experimento para lo que estudiaba en ese entonces. Fue un experimento personal e impulsivo que me sorprendió que hayas permitido. Quería besarte más. Quería tocar mucho más... deleitándome de las llamas que ardían en mis manos o en cualquier otra parte de mi cuerpo cuando estaba cerca del tuyo. Quería... Acercarme más a ti.
Ahora mismo, estoy escribiendo esto en Espinadragón, pues, estoy analizando la flor que tanto solíamos estudiar. Sin embargo, tu rostro, tu voz y tu olor vienen a mí con cada segundo que pasa tras tu partida a Liyue. No me dejas concentrarme T/N. Sal de mi cabeza... Por favor.