¡Prohibido amarse! [Prohibido 3] (EN PROCESO )

CAPÍTULO 1 (pasado)

01

Damián

[17 años atrás]

La lluvia golpeaba fuertemente en la ventana, los truenos se intensificaban, me daban terror. Pero no tanto terror como los ruidos que se escuchaban en la planta de abajo.
Me acurrucaba más contra mí mismo mientras escuchaba grito tras grito, eso combinado con la lluvia y los relámpagos iluminaban la oscura habitación.

La puerta se abrió de par en par, eso me hizo temblar.

—¿Damián..?—la voz de mi hermano Dan sonó como un eco.

Camino por la habitación hasta que descubrió mi escondite, bajo la cama. Se metió junto a mi.

—Quiero que paren..—murmure con la voz rota.

—Algún día pararan—prometió Dan.

Parecía que todo se calmó, hasta que algo resbaló y se hizo añicos en el piso, inmediatamente Dan me tapo los oídos y los gritos aumentaron.

Esa noche dormimos ahí, bajo la cama. La mañana siguiente despertamos y las cosas de papá habían desaparecido, mamá estaba destrozada pero aún así se esmeró en prepararnos un agradable desayuno.

Un moretón adornaba su mejilla, intentó cubrirlo a toda costa, pero se notaba, era una fuerte mancha, y no era la primera vez que notaba moretones en el cuerpo de mi madre.
Papá quebró su jarrón favorito, pero ella ocultó
todo.

Dan no lo noto pero yo si, mamá lloraba en silencio, en algunos momentos del día, iba a dejarnos a la escuela y aprovechaba para llorar en su soledad, o cuando estábamos viendo televisión ella se encerraba en el baño y lloraba. Esto estaba siendo difícil para ella, era pequeño pero entendía todo.

Mi padre era el causante de semejante dolor.

Los últimos meses parecía que jugaba un juego sin fin. Se iba y volvía, cada que regresaba nos prometía que cambiaría, que sería el padre que merecíamos y él esposo que mamá tanto anhelaba.

Todo se esfumaba, semanas después regresaba a ser el mismo monstruo.

Un día después de una fuerte pelea, mamá se sentó en el jardín de enfrente, su nariz y sus ojos están rojos. Dan y yo estábamos jugando a la pelota mientras ella solo nos observaba.
Me senté a su lado.

—Ya no quiero verte triste mami—susurre.

—Ya no me verás triste..—prometió.

****

Era mi cumpleaños número 7, y papá no había ido. No me sentí triste por ello, mi madre me preparó la mejor tarta de chocolate del mundo, y eso me hizo feliz, no necesitaba nada más, mucho menos a ese hombre.

Mamá no tenía dinero para mi regalo, trabajo horas extra para comprarme un muñeco, fue el mejor regalo del mundo.

Pero sabía que teníamos problemas económicos, lo comprobé meses después, cuando lo único que entraba a nuestro estómago era pan y agua, yo no me quejaba, Dan si y mucho.

—Me iré con papá, él me dará una mejor vida y ya no seré una carga para ti—le dijo a mamá.

Ella estaba llorando pero no decía nada, aceptaba la decisión de su hijo mayor.

Dan tomó sus maletas y salió de casa, por la ventana alcance a ver cómo subía al lujoso auto de papá y desaparecía de la calle.
Esa noche dormí con mamá, la abracé muy fuerte.

Pasaron meses, algunos más complicados que otros, mamá estaba sanando, consiguió un buen empleo, uno que bastaba para mantenernos y comer muy bien todos los días, Dan se había ido, y solo había venido a vernos tres veces, contaba lo feliz que estaba y lo mucho que había cambiado papá.

Yo le creí a medias, papá no cambiaria, siempre sería el mismo.
Nos presumió su increíble viaje a la playa y que papá le regaló un enorme perro. Después ya no quiso venir a vernos, pero papá comenzó a acercarse a mi.

Pasaba por mi a la escuela ya que mamá trabajaba y no podía hacerlo. Algunas veces me llevaba a comer.

—¿Dan te mostró sus nuevos autos de juguete que le regale?—pregunto.

Me había traído a comer hamburguesas, yo solía estar callado.

—No—respondí.

—Tengo algunos para ti, pero están en mi casa, ¿quieres ir a visitarnos este fin de semana?, Dan estará muy feliz.

—Mamá prometió llevarme al zoológico este fin de semana.

—¡Por favor!, tu madre no tiene dinero para llevarte a ninguna parte.

—Mamá si puede llevarme—alce la voz.

—Tu mamá jamás podrá darte una vida digna hijo, yo si.

—Ya quiero irme—insistí.

Al llegar a casa no dude en contarle todo a mamá. Jamás aceptaría vivir con él, no es una buena persona.

****

Era el cumpleaños número 11 de Dan y nos invitó a su fiesta. Fue en un lugar muy exclusivo según nos contó, todos sus amigos habían asistido.
No queríamos ir pero lo hicimos por él, mi madre llevaba un vestido precioso y se veía muy bien, muy feliz, como nunca. Los años le habían sentido bien, y había sanado.

Todas las mesas estaban ocupadas por adolescentes, pero había una al fondo algo solitaria, únicamente acompañada de una chica rubia.

—Hola, ¿podemos sentarnos aquí?—pregunto mamá.

Ella sonrió y asintió.

—Por favor..—pidió educadamente.

—Soy Candace, la mamá de Dan y él es Damián, su hermano—mamá se presentó.

—Un placer, soy Ariana Parker, soy amiga de Dan, vamos en el mismo curso.

La fiesta estuvo tranquila, hasta que papá llegó con su nueva conquista, una chica que parecía ser su hija.

—Supongo que esa es su nueva conquista—murmuro mi madre.

No era la primera vez que papá salía con mujeres mucho menores que él.
Meses atrás volvió a buscar a mamá, estaba ebrio, prometió tantas cosas, promesas que se esfumaron a la mañana siguiente. Creo que al menos ya había captado que mi madre ya no era tan manipulable como antes.

Dan pasó un feliz cumpleaños y después regresamos a casa. Mamá lloro, extrañaba a mi hermano, a decir verdad yo también lo echaba de menos, pero el dolor más grande era que había preferido irse con mi padre, con el que había golpeado a nuestra madre, con el que nos maltrataba, el que nos despreciaba y el que había hecho nuestra casa un infierno.

No entendía porque Dan se había marchado, porque prefería los lujos que el amor.

Después lo entendí todo...

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