CAPÍTULO 4

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04

Damián

Creo que el tiempo me hizo madurar... o hacerme más amargado, como sea.
Dejé de ir a las comidas con mi padre y a los eventos de la escuela, dejé de salir a excepción de mis amigos, solo salía de fiesta y experimentaba mucho.

Descubrí que me gustaba experimentar, comencé con mi vida sexual, me informe muchísimo sobre todos los cuidados y solo disfruté. Los polvos de una noche eran mis favoritos.
Iba a una de las mejores discotecas, me sentaba en la barra y pedía casi siempre el mismo trago, vodka con algo fuerte y dulce. Saboreaba lentamente el exquisito y conocido sabor en mi boca hasta que alguna chica tocaba mi hombro, me hacía el sorprendido, pero la mayoría de esas chicas no disimulaban.

Platicábamos sobre todo, me contaban su vida y yo también, pero una vida falsa, porque a nadie le prende ligar con un tipo que tiene problemas familiares.
Poco a poco iba seduciéndola, interesándome en ella, hablándole como les gustaba que les hablara hasta que la ropa iba desapareciendo, los labios mezclándose, las caricias apoderándose y  la cama nos acompañaba.

Después de saciarme, dormía plácidamente hasta que amanecía, antes de que el sol saliera yo ya estaba abandonando aquella habitación y así era cada semana.

No tenía llamadas perdidas de nadie, no había dramas, ni reclamos, nada de nada, algo sin compromisos.

Me sentía bien, hasta que la mujer mas importante en mi vida me cuestionó.

—¿Te gusta alguna chica?—pregunto mamá distraídamente.

—No..—respondí con honestidad.

—¿Ni una que se te haga linda?—insistió.

—¿A donde quieres llegar mamá?

Suspiro y pasó un mechón por detrás de su oído. 

—Solo digo que sería lindo conocer a alguna novia tuya...

Dan ya estaba en su etapa de enamoramientos y cursilerías. Al parecer ya tenía una relación seria con aquella amiga suya. Yo aún no tenía nada, eso todavía no era para mi, no era algo que estuviera buscando pronto.

—Por ahora no mamá, solo quiero disfrutar y no atarme.

—Estas equivocado si crees que una relación es una atadura, al contrario.

Rodee los ojos, pero tiempo después sus palabras tornaron algo de realidad.

—Bueno, aún no es mi momento—me limite a responder y cortar ese tema de una vez por todas.

Seguí con la misma rutina, alcohol, fiestas, sexo, y nada más.

La escuela no estaba siendo la mejor etapa, no entraba a clase y tampoco prestaba la suficiente atención, fue por eso que tuve que hacer un trato con mi orientadora.

—Damián... debes comprometerte—me repitió de forma muy seria.

—Lo se.. no puedo perder el año, quiero comprometerme de verdad.

—De acuerdo... te pondré a prueba, necesito a alguien que cubra un puesto en una escuela cerca de aquí.

—¿Tendré que trabajar?—pregunte.

—Algo así... sólo hacer prácticas, ayudar con las copias o suplir a algún maestro.

—¿Con eso podré salvar el año?

—Si asistes a estas prácticas subirás tus calificaciones.

—Bien, con tal de mejorar mis calificaciones...

No estaba del todo de acuerdo, pero tuve que acceder solo por las calificaciones y porque mi madre se estaba dando cuenta y no me convenía que mi padre retirara su apoyo.

Comencé a ir dos días a las duchas prácticas, veía a muchos jóvenes, más chicos que yo. Era realmente aburrido, la mayoría del tiempo me quedaba dormido, no había mucho que hacer ahí.

Estaba disfrutando de mi tarde, ya había salido de las prácticas, solo veía televisión pacientemente mientras oía la lluvia chocar con las ventanas.
La puerta de la casa se abrió dejando ver a mi hermano.

—¿Por qué no estás vestido?—pregunto.

Voltee a verlo—¿Para qué?

—¿Lo olvidaste?

—¿Lo olvide?—repetí.

—¿La cena con los padres de Ari?

¡Carajo!

Llevaba semanas hablando de esa patética cena, donde nos presentaría como la familia perfecta.

—Si.. lo olvide, por eso no iré..

—¿Estas loco?—reprendió mamá desde la escalera.

Se me queda viendo mientras acomoda su pendiente de oro en su oreja.

—No, lo siento.

—Vas a ir a esa cena—exigió.

—Mamá...

—¡No aceptó un no!, vamos a ir porque somos la familia de Dan y lo vamos a apoyar.

—Bien, iré, pero no prometo ser amable.

—Haz lo que quieras—farfulló.

De mala gana subí y me cambie, me quite la pijama y me puse mis clásicos jeans negros y la misma camiseta.
Baje tranquilamente y ambos me juzgaron pero me dio igual, yo salí así y me subí al auto.

Mi madre y Dan salieron detrás de mi, mi mamá llevaba en sus manos un postre el cual estaba preparando justo cuando llegue esta tarde. Se había esmerado, tenía un lindo vestido, su cabello estaba perfecto al igual que su maquillaje.

Puse una sonrisa por ella, la quiero tanto, cualquier cosa la hacía tan feliz.

Dan condujo durante unos minutos hasta que aparcamos en una gran casa, era muy bonita, de verdad era linda, y también estaba en un increíble y tranquilo vecindario, deseaba conocerla por dentro. Tenía un gran balcón al frente, era bonito, supuse que la vista desde ahí era increíble.

Me prepare mentalmente para sonreír durante toda la noche, fingir que estaba orgulloso de mi cuando jamás lo he estado.
Baje del auto y mis nervios aumentaron, conocer gente nueva me ponía tan nervioso.
Caminamos hacia la entrada y yo me quede atrás.

—¿No vas a entrar?—pregunto mamá con esa tierna y dulce voz.

Saque la caja de cigarrillos y rápido metí uno a mi boca.

—Entraré al terminármelo—asegure.

—Bien...

Saque el encendedor y prendí aquel cigarro, le di una gran calada como si fuera el último de mi vida.

No iba a ser el último de mi vida, pero si el último que fumaría antes de volverla a ver.

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Nos vemos pronto, besos🫶🏽

Los quiere Gabss💗

¡Prohibido amarse! [Prohibido 3] (EN PROCESO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora