Era un cálido domingo de septiembre, los pájaros adornaban con su canto el atardecer y el viento soplaba leve, iba camino a mi nueva institución en el cerrado espacio de un taxi dejando la angustia atrás al haber salido de mi zona de confort mientras la curiosidad y adrelanina invadía mi ser.
Después de dos horas de viaje desde el aéreopuerto el chófer aparcó frente a un llamativo e imponente edificio, las diferentes tonalidades de violeta claro contrastaban a la perfección con los detalles en blanco y negro plasmados en las paredes.
El lugar estaba abarrotado de estudiantes eufóricos y diversos murmullos provenían de la multitud, con los nervios a flor de piel tomé mis maletas y me encaminé a la recepción del lugar.
- Hola, buenas tardes, me podría decir cuál es mi habitación asignada- le pregunté amablemente a un chico rubio bastante atractivo que estaba parado del otro lado del mostrador
- nombre y apellido señorita- sonríe agradable aunque se le notaba el cansancio en los ojos, tal vez había sido un día bastante movido para él, ya que mañana empezaba el nuevo curso
- Kay Sallent, estudiante de intercambio- le mostré la identificación para que tomará los datos necesarios
- habitación 311, segundo piso en la sección de dormitorios- me devuelve la identificación- que tenga un buen día- me entrega la llave del cuarto
- gracias, igual para tí- tomé la llave, arrastre las maletas en medio de los estudiantes y me dirigí al elevador
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La chica que duerme al lado
Teen FictionQue pasa si supuestamente eres hetero y tu compañera de habitacion te sorprende leyendo sexo lesbico y te cuestiona con la mirada al notar la evidente humedad en tu entrepierna. Pero luego ladea una sonrisa picara, lanza el cell a alguna parte de la...