SEPT

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Tenten hizo de su mano izquierda un puño y se la metió en la boca con tal de no gritar como una gata en celo, por muy irónico que fuera el caso, ella se consideraba a sí misma como toda una mujer. La idea de suplicarle a Neji que dejara de lamerle el maldito pezón y por fin se decidiera a succionar y morder, era lastimar demasiado su ya bastante mancillado orgullo.

– ¿Te gusta? – La pregunta hecha en un tono de burla, le dejó claro a Tenten que el desgraciado lobo lo hacía a propósito.

– ¡Vete a la mierda! – fue la mejor respuesta que se le ocurrió decirle a ese chucho. – Deja de jugar y compórtate como todo un hombre, uno que va a joderme –

La risa profunda de Neji hizo que la piel de Tenten se pusiera como de gallina, dejando el puño de su mano de lado, comenzó a quejarse bajito cuando por fin el chico sobre ella comenzó a mordisquear y succionar el pezón que ya dolía de necesidad. Sosteniéndose de los hombros anchos de Neji, luchó por mantenerse cuerda cuando su mundo entero comenzaba a girar, la mano grande del chico había bajado a su centro mojado, masajeando su intimidad con movimientos desesperadamente lentos.

– Ya no puedo más – casi suplicó Tenten, ella quería venirse cuando ese hombre estuviera enterrado hasta las bolas dentro suyo, no por sus dedos, por muy buenos que estos fueran.

– Tranquila, amor – susurró el lobo contra la oreja de Tenten. – Voy a hacerte venir tantas veces que te vas a quedar sin voz de tanto gritar mi nombre –

– Lobo... ¡hay!... presumido – trato de burlarse de Neji. Una pena que ese fuera el preciso momento que el chucho escoge para meter la lengua en su ombligo. El muy cretino era tan virgen como ella, en esas circunstancias no tenía derecho a verse tan seguro de sí mismo, mientras ella temblaba como una hoja con cada nuevo toque.

– ¿Estás bien? – Pregunto Neji al sentir como el cuerpo de su amante se tensaba. – ¿Estoy haciendo algo mal? –

Tenten levantó la cabeza del suelo solo para ver la mirada inocente de Neji, el chico era un lobo grande y malo, pero a fin de cuentas ambos eran nuevos en esto de los juegos de manos.

– Es solo... – habló a Neji hasta que sus caras quedaron a la misma altura. – Tengo miedo – le costó mucho admitirlo, pero era la verdad.

Los ojos aperlados del lobo se abrieron y cerraron al entender.

– Creí que una gatita tan decidida como tú no tendría miedo a nada –

– No te burles – hizo un pucherito que a Neji le pareció adorable.

– No me burlo – le dio un beso travieso que hizo reír a la joven felina. – Lo qué pasa es que tengo tantas ganas de estar dentro de ti... que me preocupa lastimarte de alguna manera –

Tenten tomó una de las manos de Neji y la besó con reverencia.

– Algún día sería mi primera vez – confesó besando la palma de la mano de su amante. – Yo quiero que sea hoy... y que sea contigo –

Eso fue todo lo que se necesito para que Neji se entregara a sus deberes como domador de gatitas salvajes. Besando la boquita que lo esperaba abierta, chupo y lamió los labios apetitosos, entrando despacio con la lengua, causando gruñidos de parte de ambos.

Una brisa fresca levantó las hojas secas e hizo bailar las ramas de los árboles. La luz de Luna se colaba entre la floresta bañando con sus rayos a la noche que se revolcaba hambrienta en su propia misteriosa sensualidad.

Las manos de Neji recorrían el dorso desnudo de Tenten, con una mano la levantaba por la espalda y con la otra le sostenía la cabeza, para que no se separaran ni un milímetro. La felina acabó acomodada en el regazo de Neji, sentada con las piernas abiertas, de manera que ambas intimidades se friccionaban una contra la otra.

Cuando el lobo atrapó a su gato - Nejiten [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora