Tres semanas más tarde...
– ¡Mamá! – Se escuchó la voz de Rin desde la cocina. – ¿Has visto donde diablos está Tenten? –
– Hija – la regañó la compañera del alfa de la manada de gatos monteses. – ¿Cuantas veces te he dicho que trates de ponerle freno a esa lengua tuya? –
– Lo haré justo después de que encuentre a Tenten, esa gata holgazana se ha vuelto a esconder y no la encuentro – se quejó la chica mientras llegaba con una pesada caja hasta el corredor donde estaba de pie su madre.
La hembra del Alfa era una mujer alta, de facciones finas y una mirada inteligente. Llevando una mano hasta su cabello, trato de acomodar un mechón castaño que se le había escapado de la trenza con la que se había atado el largo cabello, dejando salir un suspiro se encogió de hombros.
– Déjala sola – trato de disculpar a la muchacha. – Sabes que tu padre la trae loca con eso de la llegada del hijo del alfa de la manada de tigres –
La chica resopló, rodando los ojos, no se molestó en ocultar que ya la tenía cansada la misma cantaleta.
– Mira madre – trató de hacerse entender, dejando la caja junto a las otras en el porche, le dirigió una mirada de reproche a la otra mujer. – Tú sabes cómo yo que desde que regreso de su accidente en el río, no es la misma –
La mayor de las mujeres se dejó caer en una de las sillas que estaban acomodadas en el corredor. La falda de su vestido de algodón se mecía por la brisa fresca que movía las ramas de los árboles cercanos.
– Ya hablé con tu hermana – se encogió de hombros. Confiaba en su hija mayor para que la ayudara a cuidar de los otro cinco cachorros más jóvenes. – Por más que he insistido para que me diga lo qué le pasa, simplemente se encierra más en sí misma y no habla con nadie –
– ¿Crees que algún macho la encontró durante la luna llena y la lastimó? – Rin no pudo evitar hacer la pregunta, un escalofrío recorrió su espalda de tan solo pensar en esa posibilidad. Sentándose en una silla cercana, estudió la expresión preocupada de su madre. – ¿También tienes la misma idea? –
– Fue lo primero que le pregunté – defendió la madre. – Ella simplemente lo negó. Dijo que nadie la había obligado a hacer algo que no quisiera –
– No me gusta eso – se quejó Rin, jugando nerviosamente con los botones de su blusa de seda blanca. – Sabes, desde que regresó se sienta en el techo del establo, se queda allí toda la noche hasta que los lobos se cansan de aullar. Ella está sufriendo y se niega a que alguien le ayude –
La madre observó a su joven hija, la mayoría de sus cachorros, a excepción de dos, compartían el mismo color castaño de cabello, que ella había aportado a la sopa genética, los dos restantes tenían el cabello negro, pero casi todos ellos tenían la misma mirada de su marido. Su familia, al ser la compañera del Alfa, era toda la manada, muchas preocupaciones juntas, eso no había impedido notar cómo su pequeña cachorra día con día se hundía más en un mar de desesperanza, sin que nadie pudiera saber la causa de su enfermedad.
Tenten estaba escondida en su forma animal sobre una rama del manzano que estaba cerca del corredor donde su madre y hermana cuchicheaban acerca de su miserable vida. Estar sobre el árbol le recordaba la primera vez que había visto al pulgoso burlista, clavando sus filosas garras desquitó con la pobre rama toda la furia que sentía al recordar al bastardo que le había roto el corazón. Solo imaginarse lo que debía de estarse riendo de la gatita inocentona que le había dado el culo para que se desahogara durante la luna llena.
El dolor como siempre apuñalo su corazón, mordiéndose la lengua evito que su gato maullara como un alma en pena exigiendo a su pareja. Días después de la separación, había descubierto que se había enlazado con el maldito lobo, su gato no podía aceptar aparearse con ningún otro. Cuando uno de sus amigos quiso besarla, más por juego que con otras intenciones, tuvo que correr al baño a devolver todo su desayuno. Si hasta ese momento conservaba alguna esperanza, ahora no tenía ninguna.
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Cuando el lobo atrapó a su gato - Nejiten [Adaptación]
FanfictionUn lobo y una gatita montés, ambos muy jóvenes. Por accidente acaban siendo arrastrados lejos del territorio de sus manadas. Ahora juntos comienzan un viaje para regresar a sus hogares. El lobo descubre que quiere a un gato para lamer, y la gatita...