Para la mala suerte del cenizo, la castaña a pesar de que había llegado antes al instituto o eso parecía, no estaba en el salón.
Eso le preocupaba un poco sin darse cuenta obvio.
Pensaba que aquel rubio de antes le habia hecho algo pero, no estaba seguro por las palabras que había dicho Denki de el.
Unos minutos antes de que la clase comenzará la castaña llegó y se adentro al salón, se sentó y su mirada estaba fija solo en el pupitre, parecía algo ida.
Y como no, el como todo un tontillo y loquito se dio cuenta, inconscientemente no dejaba de mirarla, tuvo que darse una cachetada mentalmente para mirar al frente y no a la castaña.
Le extrañaba que ella estuviera de esa manera. ¿Y si la amenazaron? Pensó Bakugou.
Pero, lo que el no sabía es que a Ochako le llegan muy pocas amenazas y cuando las hacen se arrepienten.
Por que con Ochako Uraraka nadie se mete y es mejor que ni lo intenten hacer pero, esta vez algo no la dejaba colocar atención.
Al finalizar las primeras dos clases, todos se apresuraron para poder comprar en la cafetería o comer sus propios almuerzos.
Vio como la castaña salió a paso apresurado pero, no era hacía la cafetería aquello le intrigó mucho y sin pensarlo dos veces la siguió a la suficiente distancia para que no notará su presencia.
Ella se detuvo en un pasillo que estaba completamente solo, se sentó en el suelo arrecostando su espalda de la pared, el cenizo no sabía qué hacer en ese momento, hasta que escucho aquella voz del rubio de la mañana.
—Los vi Ocha... Parece que traman algo juntos...—Mencionó el chico sentándose al lado de la castaña.
—Ese idiota... Por qué no me deja en paz?... Que diablos quiere de mi?... Me tiene harta!— se exaltaba aveces, también se molestaba y al parecer no se veía bien.
—Tranquila, debe de haber una forma de hacerle entender...— mencionó el rubio mientras intentaba que ella se tranquilizara.
—Justamente lo vi hace poco golpeando a Bakugou y voy hacer que lo pague...— aquellas palabras hicieron que el cenizo que se escondía supiera de quién hablaban.
—Que!? Ese no es tu compañero de clase?— se asombró Mirio.
—Asi es... Y no dudó para nada que lo que trama, involucra a Bakugou...— pronunció mientras se levantaba del suelo.
—Y que piensas hacer?— se levantó también y la miro fijamente esperando respuesta.
—Eso es obvio, no puedo estar cerca de Bakugou, no por el momento, hasta que sepa que es lo que quieren esos dos...— susurro mientras rechinaba un poco los dientes.
—De acuerdo... Vamos almorzar? Todavía tenemos diez minutos— pregunto para aligerar el entorno, la castaña asintió y se encaminaron hacía el comedor.
El cenizo se quedo hay pensando en todo lo que había escuchado pero, sin darse cuenta que la castaña se había percatado de su presencia.
Solo que no dijo nada por que pensaba mantenerlo alejado por el momento, no quería que tuviera algún problema por su culpa.
Antes quizás eso le valdría por todos lo cielos y mares pero, supongamos que estaba algo agradecida con el cenizo, tenía un buen punto de vista hacía el.
Bakugou ese día no almorzó, y en todas las clases solo pensaba en quién sería la otra persona a parte del tal ex de la castaña, había alguien más pero, no sabía de quién habían hablado antes.
Tambien aveces no dejaba de mirar a Ochako, como si le interrogará con la mirada y aunque ella sintiera la mirada de el en ella, lo ignoraba.
A la salida de todas las clases, el fue casi el último en salir por culpa de sus pensamientos tan desconcentradores de su alrededor.
Al salir alguien lo tomo de la muñeca y lo jalo hacía una dirección contraria a la cual el iba, pensaba gritarle una grosería a quien se había atrevido pero, se quedó mudo al ver quién era.
Su mandíbula se abrió pero, no dejo escapar ni una sola palabra, solo miraba como aquella cabellera castaña con mechones negros se movía de un lado a otro, como parecía concentrada en su camino y como ella creaba poca presión en el agarré de su muñeca.
No sabía por qué Uraraka lo había tomado de esa manera de la muñeca, ni siquiera tenía idea hacía donde le llevaba.
La castaña se detuvo en un callejón y lo izó entrar hay, se volteó enfrentando la mirada del cenizo para luego soltar su muñeca.
—Ya debés saber por qué te e traído aquí ¿No?...— mencionó ella despacio y sin ninguna expresión— Después de todo me escuchaste hablar con Mirio antes...—
Aquellas últimas palabras hicieron que el cenizo tragara grueso y que bajará de las malditas nubes en las cuales estaba segundos atrás.
—Ve al grano ¿Quieres?— ni una sola grosería por qué en ese momento seguía perdido en lo que el apenas y lograba descifrar tan solo un poco.
—Aff... Lamentó lo que pasó antes con Monoma pero, también no me gustaría que el o... Otra persona te hiciera daño...— pronunció mientras suspiraba.
Bakugou por un momento sintió que su corazón se aceleró más de lo normal.
—Denki te aprecia y lo sabes, te a tomado algo de cariño, estoy segura que no le gustaría para nada verte... mal...— finalizó mirando con una pequeña tristeza a otro lado.
—Ths... Tampoco soy tan débil... Y si lo que quieres es alejarte de mi házlo... No me-... — antes de llegar a terminar, Ochako había tapado la boca del cenizo con su dedo índice.
—Escucha! Si me alejó es por qué debo de arreglar toda esa porquería con ese maldito engreído y la estúpida esa! Si no fuera por eso... Todo seguiría igual— alejó su mano de la boca del cenizo con una mirada enojada.
—Estupida esa?— pregunto intrigado.
—Luego te hablaré de ella... No hoy... Pero, no quiero que te dañen... Por eso Mirio me ayudará, solo prométeme que no te vas a meter en esto Bakugou...— le miro con ferocidad y súplica.
—Bien! Aún así, si debo hacer alguna idiotez la haré sin siquiera preguntar— propuso sin peros, la castaña suspiró y asintió.
—De acuerdo... Nos vemos...— pronunció ella despidiéndose, el solo la miro irse, quedándose hay para luego salir del callejón y dirigirse a los dormitorios.
La castaña había esperado que la mayoría se dirigieran a los dormitorios antes que el cenizo para poder hablar con el, si lo hacía en los dormitorios, no durarían en comentar alguna cosa.
Ella no era estúpida, algunas de sus compañeras eran chismosas y les gustaban inventar muchas cosas sin sentido.
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Problemática
Fanfiction-"¿𝘚𝘦 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘳𝘢𝘳𝘰𝘯?... 𝘓𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘵𝘢𝘯̃𝘢 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘴𝘰𝘳 𝘈𝘪𝘻𝘢𝘸𝘢"- -Haci es! no llevaba ni un día y en difinitiva ya la extra y estúpida de su compañera, era la comidilla de todo...