Jake sentía su cuerpo pesado mientras Sunghoon y Sunoo lo cargaban y lo metían al taxi para ir al hospital. Sus brazos languidos caían lado a lado mientras su mirada fija en el auto que chocó a su amigo era cubierto por los policías que se apresuraron al área, sus piernas trastabillaban con cada paso que daba sin poder lograr sincronizar su cabeza con sus extremidades inferiores.
El aire frío de la noche fue interrumpido drásticamente por la calidez del vehiculo cuatro puertas de color naranja. Escucho difusamente y como un eco la voz temblorosa de Sunoo indicándole la dirección del Hospital al conductor, quién centro su vista en el auto estrellado en el poste del semáforo que volvía a indicar con su lugar roja que ya no se podía cruzar.
Las lágrimas corrieron sin cesar por sus mejillas y desde sus ojos, no sabía si era porque ya la impresión estaba dejando su cuerpo junto con la adrenalina o era porque sus ojos estaban resecos gracias al aire y a la falta de movimiento de sus párpados. Eran gotas gruesas de agua salada que con tan solo dos de cada ojo empaparon sus mejillas al instante.
Su mano se aferró fuertemente a la de Sunghoon a su lado izquierdo mientras que a su lado derecho era Sunoo quien se aferraba fuertemente. Ambos se dedicaron una mirada de preocupación y terror que contaban sus mayores preocupaciones, el bienestar de Riki.
Ambos, alfa y Omega, tomaron sus manos tratando de transmitirse la calma que el otro necesitaba, y a su vez, tomando la mano de su mejor amigo tratando de reconfortarlo y transmitirle la misma paz y calma.
Llorando, Jake pidió en silencio a su Dios por el bienestar, la salud y la recuperación pronta de su amigo.
El camino hacia el hospital se hizo extremadamente corto para Jake, quién había recuperado la conciencia al bajar del auto.
Los tres caminaron hacia dentro del hospital siendo recibidos por distintos enfermos postrados en camillas, algunos por cosas menores como algún desmayo o gripe menor. Otros con algunas heridas más graves como fracturas que hacían al australiano preguntarse cómo se las habían hecho.
—Busco a Riki Nishimura— hablo Sunoo a la enfermera en la recepción —Es un alfa de 17 años, cabello negro, más o menos 1.85 de altura que huele a eucalipto con un toque de canela, debió haber llegado hace poco, esta en grave estado— hablaba rápidamente el Omega mientras desprendía un tenue olor que representaba su preocupación y nerviosismo, margaritas marchitas mojadas y agua de mar.
La enfermera tecleo en su computadora y miró a los chicos frente a ella.
—¿Son algún familiar?— preguntó cómo rutina antes de darle los datos al chico.
Sunoo miro los orbes marrones fijamente un tenue momento mientras olfateaba el olor a Romero y piña de la mujer, «Una alfa» pensó y mientras giraba los ojos y suspiraba.
—Soy su hermano adoptivo, ellos dos son sus mejores amigos— mintió un poco el joven Omega con tal de apresurar el papeleo.
La enfermera lo observó un momento y luego volvió la vista a la computadora, tecleo algo que Sunoo no supo entender y luego vió como la mujer le extendía una carpeta con un lapicero colgando de ella.
—El paciente llegó hace pocos minutos—comenzó a hablar la enfermera —Está en estado critico, por lo que fue llevado a la sala de emergencias para poder operarlo. Por favor, firme aquí y anote sus datos donde lo pide.
—¿Para qué debo firmar?— preguntó Sunoo un poco dudoso y con la desconfianza contra la mujer, odiaba a las alfas.
La mujer suspiro evitando voltear los ojos.
—Se le debe realizar una operación de emergencia, y ya que usted es el único familiar que ha aparecido, debe dar su permiso para realizarla— finalizó la alfa, Sunoo respiró profundo.
La enfermera se sentó mientras tecleaba nuevamente en al computadora, Sunoo sintió su mano temblar ante lo anteriormente dicho por la mayor, estado crítico y una operación de emergencia, quién sabe si Riki podría salvarse de esto, pero rezaba con todas sus fuerzas que su amigo se salvara.
Al terminar de anotar todo camino hasta donde se encontraban ahora sentados Sunghoon y Jake mientras tomaba su teléfono para marcar el número de Jungwon que tenéis en marcación rápida.
Fueron tres tonos hasta que el menor respondió.
—Su-Sunoo hyung— habló el menor —¿Donde están?
—Estamos en el hospital, ¿En qué parte estas tu?— le preguntó el de ojos miel observando toda la extensión del lugar tratando de ubicar a su amigo de rasgos felinos.
—Estoy afuera de la Sala de emergencias, como soy el que lo trajo en la ambulancia me pidieron que esperara aquí— respondió el menor poniéndose de pie y asomándose hacia afuera de la Sala, lo cual no serviría de nada ya que la Sala quedaba en el segundo piso, desde donde comenzaban los pacientes más urgentes.
Caminó sintiendo el roce de la tela negra que cubría su torso en forma de una camiseta ancha y larga que parecía pertenecer a Sunghoon gracias al olor en ella, ambar e incienso, delicioso y relajante para las fosas nasales de Sunoo. Sintió su piel picar por ir y acompañar a su joven amigo, después de todo estaba en su instinto el proteger a los más jóvenes, incluso a los alfas tontos.
Hizo una seña a Sunghoon con su mano de que se pusieran de pie, ambos chicos siguieron al más bajito en su camino hacia los ascensores que les saludaban abriendo sus puertas para que entrarán. El pequeño espacio se sentía increíblemente frío mientras hacían su corto camino hacia el segundo piso.
Caminaron a paso apresurado nada más abrir las puertas del ascensor, los alfas siguiendo al Omega, encontraron un área que indicaba un letrero sobre su borde "Sala de emergencias", Sunoo se acercó a la puerta de cristal automática y caminó con la seguridad y temor que solo un Omega con la necesidad de proteger lo que amaba podía hacerlo.
Jungwon se acercó corriendo a él a penas lo vió mientras le pedía perdón innumerables veces seguidas y se dejaba hacer por los mimos y palabras de aliento que le daba el Omega.
—Lo lamento mucho Hyung— sollozaba el menor mientras escondía su rostro en la curva del cuello y el hombro de Sunoo, permitiéndose exhalar ese aroma que tanto amaba —N-No quería que algo así pasará, ¡Ni sabía que iba a pasar! Si lo hubiera sabido, entonces ja-jamás le hubiera dicho que nos viéramos— decía el menor mientras lloraba y sollozaba en brazos del mayor, quien solo se dedicaba a abrazar fuertemente al joven alfa y acariciaba su cabello mientras callaba sus disculpas.
—Nada de esto es tu culpa Wonnie, no es culpa de nadie— susurró en su oído lo suficientemente fuerte para que el australiano a su lado escuchara y se sintiera reconfortado por esa pequeña frase —No te perturbes por algo que no hiciste.
—Siento que todo lo que ha pasado es mi culpa, hyung— musitó nuevamente el más joven —Y-Yo les convencí de ir a la fiesta aunque dije que no quería ir, yo le-les dije que nos viéramos hoy, y-y mira como salieron amaba situaciones— expresó mientras lloraba.
Jake fue consciente, por primera vez en todo el rato, de la carga que sentía Jungwon sobre sus hombros, nada de esto era culpa de Jungwon, él no había enviado el auto a atropellarlo, él no había matado a K, él no tenía la culpa de nada de eso, el culpable era otro que Jake tenía decir en voz alta incluso en su cabeza por miedo a confirmar sus sospechas.
—No, Jungwonnie— habló el Omega sosteniendo el rostro del pequeño alfa entre sus manos y limpiando suavemente las lágrimas acumuladas en las mejillas del menor —Lo de la fiesta no fue tu culpa, no sabías que iba a pasar algo así, y lo de ahora sólo fue un loco conductor sin saber qué hacía.
«Ese loco conductor sabía exactamente lo que hacia» pensó Jake observando sus zapatos fijamente.
»»——⍟——««
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𝘠𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘔𝘪𝘯𝘦 - 𝘌𝘕𝘏𝘠𝘗𝘌𝘕 #𝘑𝘢𝘺𝘏𝘦𝘦𝘑𝘢𝘬𝘦
FanficPara Jake, Heeseung es su paraíso, el Omega perfecto y el objeto de sus más profundas y oscuras fantasías. Para Jay, Heeseung es su destino, con quien debe pasar el resto de sus días, su primer y verdadero amor. Uno anhela su belleza, el otro anhe...