Capítulo 19 | Mis Prometidos
Con cara de preocupación, Will apareció detrás de Sammy. Sus ojos parpadearon con sorpresa, pasando entre Tristán y Adel, y sus pasos vacilaron. El viento le revolvió el pelo, haciéndole entrecerrar los ojos. Con una sonrisa, Will dijo: —Veo que has seguido mi consejo, Tristán. Excepto que podría ser más útil si realmente montas la bicicleta en lugar de, ya sabes, el uno al otro.
Sammy se puso lo suficientemente roja para los dos y retrocedió tartamudeando. —Um, lo siento. Yo no - yo - lo siento. Disculpad—. Agarrando la manga de Will, lo arrastró con ella mientras se daba la vuelta.
Will se giró y añadió en voz alta: —¡A menos que te guste el ciclismo acrobático!
Tristán trató de levantarse. Por desgracia, Adel seguía en parte encima de él. Se resbaló de su regazo y cayó de espaldas con un gruñido ahogado. Aturdida y mortificada, sólo pudo parpadear mientras un Tristán igualmente aturdido palidecía y hacía algún gesto hacia ella, con los ojos desviados entre Adel y siguiendo los movimientos de Sammy. Con un gruñido de impotencia en la garganta y otra mirada desesperada y arrepentida a Adel, pasó por encima de su cuerpo reposado y saltó por encima de los arbustos, apresurándose a seguir a la otra chica.
—Sammy. Sammy, espera. Espera—. gritó Tristán. —¿Pasa algo?
Sammy sacudió la cabeza, aparentemente demasiado agitada para hablar. Tristán se detuvo frente a ella, mirándola con preocupación. Le tocó el hombro. —¿Sammy?
Will tomó el relevo. —A su hermano le pasa algo—. El humor desapareció de su rostro, Will parecía inquieto sobre cómo redactar el resto de la explicación. —El hospital llamó y dijo que tuvo una recaída durante su terapia física.
La voz de Sammy era suave mientras mantenía sus ojos en el hombro de Tristán. —No estoy muy segura de los detalles, pero dicen que Terry está bastante deprimido por ello y...— Se detuvo en seco, con los dedos arrancando la manga de su abrigo. —Quiero verlo—. Levantó las manos con una risa ligera y amarga. —Quiero decir, no es que pueda hacer nada para ayudarlo en este momento, pero sólo quiero... verlo—. La cara de la chica estaba muy blanca mientras sus manos se retorcían, visiblemente molesta.
Sammy continuó titubeando. —Me preguntaba si... si podrías llevarme al hospital—. Añadió apresuradamente: —Pero no pasa nada. No pasa nada. Podría coger el autobús y...
Tristán negó con la cabeza. —No pasa nada, Sammy—. Con suavidad, la tranquilizó: —No me importa. Podemos ir ahora mismo si quieres.
—¡Y yo también!— Añadió Will. —Yo también quiero ver cómo está Terry.
—¿Seguro?— le preguntó Sammy a Tristán, lanzándole a Adel una mirada insegura y de disculpa. Para entonces, Adel se había levantado del suelo y se estaba cepillando la ropa. Adel sonrió automáticamente a su compañera de cuarto e inclinó la cabeza en un leve asentimiento.
Con los hombros caídos, Sammy sonrió débilmente en señal de gratitud. —Muchas gracias. No te lo habría pedido si no fuera una idiota a la que le gusta entrar en pánico cada cinco segundos y...
Una pequeña sonrisa tocó los labios de Tristán, que volvió a sacudir la cabeza y repitió: —Está bien, Sammy.
Adel bajó la mirada, incómoda. Insegura sobre qué hacer ahora o qué decir, pisó la tierra con torpeza y se aclaró la garganta. —Uh...
Tristán giró la cabeza hacia ella y dijo: —Voy a llevar a Sammy al hospital. Siento lo de...— Se detuvo, pareciendo un poco nervioso antes de que su expresión se suavizara. —Siento haber acortado nuestra lección.
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Los Problemas de Tristán (FA#2)
Teen FictionTristán Harland era el tipo de persona que siempre perdía (las llaves, el amor de su vida...) pero bastaba que quisiese perder algo para no hacerlo, como a esa chica que lo acechó todo su camino desde China. El problema era que esa chica, no era exa...