El Tesoro de un Yonkou XXXVIII

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Ambos hermanos caen de la plataforma rota anteriormente y no se contienen en darse un abrazo que emita algo de calidez en una situación tan mala cómo está. Por fin Ace es libre, Luffy cumplió su promesa y lo rescató pese a morir en el intento

Ace: Gracias por salvarme Luffy

Luffy: No puedes morir, Ace ¡Debes verme cumplir mi sueño!

Ace: Que no voy a morir lloron, te lo prometí ¿Lo recuerdas verdad?

La Paz nunca dura mucho tiempo y menos en una tormenta como la Guerra. Al instante de liberar a Ace aparece Aokiji para interrumpir el lindo momento y capturar a ambos hermanos, este almirante tampoco era una mala persona e incluso le caía bien Luffy pero no podía dejar que se fueran, era su trabajo capturarlos después de todo

Aokiji: No puedo dejar que escapen

Ace: Terminemos con esto Luffy

Luffy: ¡Hagámoslo!

Después de un poco de batalla entre los hermanos y Aokiji. Un barco de los aliados de Barbablanca entra en la bahía con la esperanza de sacar a los quedaron vivos de ahí.

Barbablanca sabe que morirá pero al menos le alivia saber que sus hijos estarán bien, así que con su último aliento da su última orden. El ya no podría escapar pero que la gente que conoció y amo si, lo cual era suficiente motivo para darles tiempo de irse incluso arriesgando sus últimos momentos de vida

Barbablanca: ¡Piratas, retírense ahora!

Marco: Oyagi vámonos, yo te cubro desde arriba

Barbablanca: ¡Yo los cubriré a ustedes! ¡Destruiré la isla para darles tiempo, váyanse ahora!

Los aliados de Barbablanca no se mueven, Oyagi se sacrificará por ellos pero por alguna razón no quieren seguir esa orden, no quieren abandonarlo en esta maldita sede de la marina pero desde el momento uno sabían que vinieron para jugar todas sus cartas

Marco: ¡Súbanse!

X: Pero...

Marco: ¡Pero nada! ¡Hay que seguir las órdenes del capitán!

Izou: ¡Ya oyeron, nos vamos!

Ace: Oyagi...

Barbablanca: Debes irte

Ace: Gracias por todo, lamento que hayas tenido que venir hasta aquí por mi

Barbablanca: Lo volvería a hacer Ace, ahora vete hijo

Luffy: ¡Corre, Ace! ¡Ya perdimos a Aokiji!

Barbablanca empieza a destruir Marineford, mientras sus hombres escapan. Su último aliento será por y para proteger a sus hijos, no se arrepiente de nada en la vida, ni de conocer Roger, ni de morir en Marineford. Tuvo una buena vida con sus hijos además de que consiguió el tesoro que tanto buscaba... una familia.

Akainu por su parte no permitiría que Luffy y Ace escapen, son sangre maldita a su parecer y debían ser exterminados así que recurre a la técnica más miserable de la Marina Provocación

Akainu: Barbablanca es un maldito cobarde no te parece?

Ace: ¡¿Que dijiste?! -Dice frenando en seco su caminar para mirar a Akainu

Akainu: La era tenía que cambiar en algún momento, el viejo era un fósil

Ace: Cierra la boca

Akainu: Barbablanca es solo... un maldito pirata que con el tiempo fue quedando como las sobras de la antigua era

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