Rímel

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22 de marzo,1986

Habían pasado unos cinco minutos desde que Steve me dejó en el baño llorando sola.

A parte de llorar, me he podido relajar un poco y pensar bastante. Aunque no lo parezca esto de escapar cansa mucho, estoy agotada, física y mentalmente.

Sigo en la misma posición sentada echa bola con los brazos tapando mi cara, era una postura cómoda, pero el suelo no lo era.Se notaba que la cabaña se solía usar de trastero y que era de un hombre, había zonas del suelo mojadas y prefiero no saber de qué.

Escucho la puerta abrirse pero sigo sin moverme y no miro quién es.

—Toc, toc–.Dice pero no toca.

—Steve, te he echado hace cinco minutos, déjame, porfavor.

—No me parezco mucho a Steve–.Levanto la cabeza y veo a Eddie que se apoya de espaldas en la puerta y la cierra.–Lo siento.

—¿El qué?

—Todo, lo de tu hermana y la droga, no debí dártela en ese momento.

–No lo sientas, sino me hubiera distraído con ella no se qué hubiera echo, me habría vuelto loca.

Hay un silencio donde él mira al suelo antes de sentarse, supongo que mira que no esté mojado.

—¿Estás mejor desde que lo has echado? Iba a pasar a verte pero no me ha dejado.

—Estoy bien, creo.

—Tu cara no dice lo mismo.Tienes un poco de rímel por todas partes.

Llevo mi mano hacia mi cara pero el se adelanta y limpia con sus manos como puede por debajo de los ojos y las mejillas, rezando que con solo eso se vaya aunque probablemente no.

Normalmente empujaría o gritaría a cualquier conocido que intenté tocarme pero de alguna manera me siento atraída por él y no evito su contacto.

–¿Quieres salir o prefieres que nos quedemos aquí? Los chicos están por irse.

–Necesito hablar con ellos, pero gracias, Eddie.

—Para eso estamos, princesa.

Ambos nos levantamos y salimos del baño, recibo la mirada de todos pero voy directamente a por mí par de bobos favoritos, agarro a Steve y a Robin del brazo y los llevo a una esquina para hablar.

—He estado buscándote como un loco,¿Qué cojones ocurrió? No me fío de este tipo ni un pelo, no le creo–.Empieza Steve.

–Podrías haber empezado así antes en vez de preguntarme si me había drogado.

Robin mira a Steve con cara de incredulidad y le da un pequeño golpe en el hombro del cuál se queja.

–Lo siento por tí, Steve, pero sí dice la verdad.Esas cosas han vuelto a Hawkins.

–Pero ¿Tú estás bien?¿Os hizo algo a vosotros?–.Pregunta Robin preocupada.

–Eddie llego más tarde pero no, no nos hizo nada, simplemente se quedó ahí quieta y empezó a flotar y...–Me quedo callada, no puedo seguir, para mí es muy duro y admiro como Eddie pudo contarlo.

Pensar en mí hermana y como nos habíamos ayudado mutuamente en casi todo, me entristecía saber que murió ante mis ojos y no pude hacer nada.No lo hice, ni lo intenté.Huí, como una cobarde, supongo que eso es lo que soy ahora.

—Ey, está bien, respira, vamos conmigo–.Steve me agarra los hombros y respira lentamente para que le siga el ritmo, tengo todavía la cara roja y empapada después de llorar.

Le hago caso y sigo su respiración una vez estoy más calmada se separa.

—Vamos a hacer una cosa, te voy a dejar con él hasta que encontremos una solución, os vamos a sacar de esta, solo tenéis que esperar–.Pide Steve.

Steve, como buen niñero, recopila a los niños en la puerta y antes de irse Robin me susurra un "pasarlo bien, pero no mucho".

De esta forma el trastero se queda vacío únicamente él y yo dentro, sin nada que hacer.

—¿Quieres un vaso de agua?–.Me ofrece Eddie de manera dulce, preocupado.

—No, gracias, estoy mejor.

—Se está haciendo muy tarde y puede que te dé sueño, todavía no has pegado ojo, hay dos botes, elige el que quieras.

Ambos botes están relativamente cerca, nada más termina el primero empieza el segundo.Nos viene bien para comunicarnos si alguien viene aquí a buscarnos. Los dos son el mismo modelo y el mismo color.Señalo con la cabeza el primero que está más alejado de la puerta y más cerca del mar, si va a morir alguien más, no voy a ser yo.

—Voy a buscar algo para usar de almohada, ¿Quieres?–.Le pregunto está vez yo.

Entiendo que estoy mal y que quieran ayudarme, pero mi mejor manera es distrayéndome, suelo hacerlo con la música pero me dejé los auriculares en el instituto, así que busco cualquier excusa para hacer algo y distraerme, aunque sean dos minutos.

—Si encuentras dos sí, sino quédate lo tú.Por allí puede haber algo parecido, como lo de los aviones, mi colega viaja mucho.

Voy a la estantería que me indica Eddie y encuentro una caja llena de almohadas de avión, las típicas que te pones en el cuello para dormir sentado de viaje.

Eddie está mirándome fijamente antes de yo lanzarla parecía ido, como cuando le pasaba a Chrisssy.Agarro una de las almohadillas y se la tiro a la cara a ver si reacciona.La almohada le da en la cara luego parpadea y me mira.

—¿Qué haces?

—Estabas empanado.Ahí tienes tú cojín.

—Te has metido en terreno peligroso–.Eddie levanta el cojín y yo lentamente me preparo para esconderme por si acaso.

Él lo lanza y me agacho me roza un poco el hombro pero nada.Agarro un segundo cojín y con ambos—uno en cada mano—Salgo de mi "escondite" y le doy un par de golpes.

—No vas a ganar está batalla–.Le aviso–.Yo te aconsejo que te acuestes.

–Buu, aburrida.

Eddie agarra un cojín y se lo lleva a la segunda barca.Yo con el cojín restante imitó su acción e intento acomodarme.

Es pequeño, duro e incómodo, nada comparado con mi cama.A pesar de tener problemas familiares teníamos una buena situación económica y podía considerar mi cama como una de las mejores en Hawkins.

No lo malinterpreten, sé que suena mal.

Doy varias vueltas, trato de buscar una postura cómoda, pero en este sitio no creo que la haya.

Pienso en todo lo que ha pasado en menos de cuarenta y ocho horas, es una locura, pero por lo menos no estaba sola en ella.

Las imágenes de mi hermana se vuelven a reproducir, necesito con urgencia mi música, mi única distracción.No puedo sacarme de mi cabeza a mí hermana flotando, con sus huesos rompiéndose, sus ojos saliendo, sangrando en el suelo.Aquella persona que me había ayudado en todo, desde pequeña, que era mi soporte y que se ha llevado siempre lo peor por mi culpa.Ahora me llena la culpabilidad y no puedo pensar en otra cosa.

Vuelvo a moverme, giro a la derecha, a la izquierda, boca arriba, boca abajo.Imposible, no puedo dormir en este barco de mierda.

Porque todo lo es; Todo es una mierda.

Lo dejo por aquí, sé que es corto pero el miércoles termino los exámenes y empezamos con los capítulos diarios!

Tengan buen finde!!
<3

Verano del 86;Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora