❝𝗦𝗼𝗯𝗿𝗲𝗱𝗼𝘀𝗶𝘀❞ 【Sanzu Haruchiyo】-Yandere-

;; Capitulo II

Habia pasado bastante tiempo después de aquel encuentro con el chico, no te parecía raro, ya que no era el primero que llegaba a la tienda e intentaba coquetear contigo 

Simplemente no te importaba, seguías trabajando como siempre en aquella tienda, hasta que escuchas que te hablan.

— _____, podrías ayudarme — escuchas la voz de tu compañero de trabajo Ayato 

Un chico alto con cabello peli celeste que era tu compañero de trabajo y amigo por supuesto, aceptas y le dices que cuide la caja mientras empiezas a ordenar unas latas. 

Acomodas las latas tranquila mientras escuchas como Ayato habla con las señoras que llegaban a lugar, señoras que solo iban a aquella tienda a comprar con el rostro de alguien. 

— Las cosas son una mierda aquí, no se por que se molestan en comprar — dices bajo al escuchar a las señoras decirle a Ayato que les encantaba los productos del lugar — Y también exageradamente caro 

— No todo es malo — te dicen al oído

De inmediato te das la vuelta dándole una cachetada a aquella persona que se atrevió a hablarte al oído  

— No hagas eso, que falta de respeto — le dices al chico

— Lo siento, pero si hablamos de faltas de respeto fue la tuya por esa cachetada — comenta el con burla

— Nunca lo hubiera hecho si no me hablaras con tanta confianza — le reclamas

Te das la vuelta y sigues acomodando las cosas, Sanzu te veía con curiosidad, se apoya en una de las paredes, cruzando los brazos   mientras se escaneaba con la mirada

— Sigue viéndome así y tendrás la palma de mi mano tatuada en tu otro cachete — dice de mala gana

— Seria un honor para mi — responde el de cabellos rosados  

— Masoquista... — murmuras para luego retirarte del lugar con la caja de las lastas y llevarlas a la bodega 

Y claramente Sanzu te siguió. Entraste a la bodega para dejar la caja ahí mismo y para cuando te diste la vuelta Sanzu estaba obstruyendo la salida

— Mira rarito, no se quien eres o por que me estas siguiendo, si eres algún tipo de acosador dímelo ya, y arreglamos este asunto — dices tranquila 

Sanzu cierra la puerta a sus espaldas, había poca luz en el lugar, te cruzas de brazos mientras el chico se acerca a ti.

"No te das cuenta de que estas
aquí encerrada porque quiero que te fijes en mi, 
y si aún no te das cuenta

te queda una eternidad para entenderlo"

Alzas la mirada para tratar de verlo a los ojos, ya que si había diferencia de altura, este se baja el cubre bocas que traía y te levantada del suelo en un abrazo.

Esa acción te toma por sorpresa que no sabes que hacer, pero devolverle el abrazo no era una opción para ti. 

Lleva su cabeza a hueco de tu clavícula y se queda ahí, sientes que tus pies no tocan el suelo seguido de eso como el de cabellos rosados inhala tu aroma, una sensación embriagante para el.

Cierra los ojos para hundirse en tu olor corporal, se sentía tan bien como si se tratara de una de sus pastillas que no quería separarse de ahí. 

— Hueles... tan bien — murmura contra tu cuello

No respondes nada y simplemente te quedas ahí esperando si te iba a bajar o tenias que hacerlo tu misma. 

Te baja con cuidado el suelo, el chico se vuelve a colocar su cubre bocas y se acerca a ti, pero al ver que retrocedes simplemente se da la media vuelta para abrir la puerta de la bodega e irse de la tienda. 

Ahí es donde se da cuenta de que la _____ que el recordaba no era la misma _____ que acaba de ver, eran dos personas totalmente diferentes. 

— Maldito loco...