Capítulo 3

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15 de noviembre de 1981. Ministerio de magia británico.

Remus había estado demasiado nervioso esa mañana como para desayunar y aunque sabía que no debía saltarse comidas toda la situación lo hacían sentir demasiado preocupado como para comer. Los habían citado en el ministerio a las 10 de la mañana después de una revisión exhaustiva el día anterior.

Los dos estaban demasiado nerviosos para pensar algo coherente, tenían mucho miedo de perder a sus niños y que se los dieran a alguien más, que se los llevaran a alguien que no los podría entender o que no pudiera decirles nada sobre sus padres.

Sirius caminaba de un lado a otro en la sala de espera donde se habían tenido que quedar hasta esperar el veredicto final. Remus notaba la necesidad de su novio por fumar y como no podía hacerlo, así que su manera de sacar el estrés era caminando por todo el lugar.

—Pads, por favor para, siento que estoy a nada de marearme si sigues así.

—Lo siento —susurró deteniéndose a verlo.

Remus se acercó a él y lo abrazó cariñoso buscando calmarlo aunque fuera un poco para antes de escuchar el veredicto.

—Todo estará bien —murmuró contra su oído y Sirius asintió despacio.

—Es que ya tardaron mucho moony, ¿qué tanto pueden deliberar?

—Pueden estar hablando de otras cosas.

Sirius temió al oír esas palabras imaginando demasiadas cosas en su mente y volvió a caminar por todo el lugar. El Wizengamot era el que decidiría qué pasaría con sus bebés, por un lado estaban aliviados porque el líder de ese grupo de magos era Dumbledore pero también estaban preocupados porque el resto de magos no pensaran como él y considerará mal que Remus y Sirius criaran a los mellizos.

Los dos adultos estaban tan concentrados en sus pensamientos que por un momento no notaron que la puerta se había abierto, por ella estaba un mago que les indicó entrar para escuchar la decisión. Caminaron hasta la sala y se encaminaron al centro de la sala circular, en general no había mucha dificultad para tomar decisiones para ese grupo y nunca se pedía a los implicados salir de la sala pero debido a la importancia del tema decidieron pasar cerca de 40 minutos hablando y debatiendo.

—Señor Black, señor Lupin —comenzó a hablar Amelia Bones desde su lugar—. Se ha revisado su caso, se ha deliberado sobre todos los posibles escenarios que pudieran presentarse en las múltiples decisiones que tomaran lugar aquí. Los miembros del Wizengamot discutimos durante un largo rato para pensar en todas las posibilidades...

Remus miró a la gente que lo rodeaba, conocía a algunos por la orden y a otros por apariciones públicas pero se daba cuenta de que no conocía a más de un tercio de ellos. No sabía bien si quería escuchar o no la deliberación porque si les quitaban a los bebés probablemente se terminaría enojando mucho.

No supo cuánto tiempo estuvo sin escuchar a Madame Bones pero al reaccionar notó como Sirius se removía un poco a su lado.

—... la decisión tomada es que los mellizos Potter se queden con sus padrinos, el señor Sirius Black y el señor Remus Lupin con la única condición de permitir a un miembro del Wizengamot ir cada cierto tiempo a revisar que todo esté de acuerdo a lo visto anteriormente —dijo Amelia con calma —. Los bienes de los menores serán administrados por ambos hasta la mayoría de edad de Alina y Harry Potter. Es todo.

Al principio Remus no podía creer que si había podido quedarse con los bebés, estaba en shock sin saber cómo reaccionar a todo eso. Sirius soltó un grito de emoción y abrazó a Remus con fuerza casi brincando de alegría.

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