^ENTRE SOMBRAS Y SECRETOS DE SEUL ^

Capitulo 6

Recien empezaba a amanecer cuando Mia se habia levantado, quería darse un baño y olvidarse de todo lo que estaba pasando. No pudo dormir toda la noche pensando en el último momento junto a sus padres, todo lo que vivió a su lado, sólo pudo llorar en silencio pensando por que tuvo que pasar eso, deseando  hacer sido ella y no sus papás. Camila sólo la abrazaba y daba palabras de consuelo.

                              •Mia•

Me levanté y pude ver que Camila por fin estaba dormida, me sentía avergonzada por que había estado toda la noche cuidando de mi, preocupando se porque no hiciera alguna estupidez.

Después de cubrirla bien con las sabanas, tome mi celular para ver la hora. Eran las 5:30am aún era de madrugada. la noche se había tornado tan larga y melancólica.

Camine hacia la puerta cuando escuche la voz de mi amiga.

-¿A donde vas Mia?, ¿Qué hora es?- miro a su ventana y pudo ver que aún estaba oscuro- ven debes dormir un poco, aún se ve oscuro.

- Perdón por despertarte, son las 5 de la mañana, sólo me levanté por un poco de agua- dijo Mia para que ella pudiera dormir.

- Esta bien.- dicho esto se volvió a quedar dormida.

Baje a la primera planta de la casa y me dispuse a tomar un vaso con agua, mi garganta está tan seca, que al tomarla sentía tan placentero el sentir como el agua recorría por toda mi garganta. después de haber tomado dos vasos de agua. Me sentía un poco más tranquila.

"Mía se quedó un rato en la oscura sala pensando en todo lo que había pasado con sus padres y en que es lo que seguíria, estaba sola en el mundo no tenía a nadie más que a sus amigos, sabía que tenía que hacer algo tenía que empezar una nueva vida sola, lejos de su amigos y sin sus papás que la apoyaran y dijeran que  está haciendo bien  y que está haciendo mal. Era la peor manera en la que la vida le dijo que era momento de crecer.

Después de estar pensando por mucho tiempo, se dio cuenta que tenía que dormir un rato, tenía que estar más tranquila para la sepultura de sus padres. Se apresuraron a subir a la habitación y se acostó, en pocos minutos logro quedarse dormida.

-Mia, despierta.- escuchaba entre sueños.

-Mia, Mía- volvió a escuchar y abrió los ojos.

-Mmm, ¿que pasa?- contestó adormilada.

-Abajo esta el amigo de tu papá quiere hablar contigo, dice que es importante.

Mia se levantó rápido y se puso su bata y bajo corriendo a la primera planta. No sabía que es lo que le quería decir.

-Buenos días Max, ¿Sucede algo?.

-Hija, han llegado por el cuerpo de tu padre- dijo sin ningún rodeo

-¿Cómo?¿llegaron por el cuerpo de mi papá?¿Quienes?- pregunto mía confundida.

-Al parecer las noticias llegaron muy rápido hasta Corea y han venido a reclamar el cuerpo, quieren incinerar el cuerpo.

-¿Qué?¿pero quien? y con que derecho vienen a reclamar el cuerpo de mi padre y decidir sobre el- dijo Mia alterada.

- Es tu abuela, la madre de tu papá, ella lo a decidido.

- Pero ella no tiene derecho, además no la conozco.

-Lo tiene hija, es su madre tiene todo el derecho.

-¿Ella está aquí?- dijo Mia un poco nerviosa ya que nunca la conoció- ¿quiero conocerla?

- No podrás conocerla ella no vino, mando a su gente.

Mía se sentó a pensar en que decir al respeto el tenía razón es su madre quien reclama al cuerpo de su papá, no podía hacer nada al respeto más que despedirse de las cenizas de su padre antes de que se las llevarán. Aunque eso significaba que los cuerpos de sus papás estarían separados.

- Quiero despedirme de las cenizas de mi papá, antes de que se las lleven. - soltó Mia  de repente mirando hacia el suelo. No quería seguir llorando ya no así que acepto que se lo llevarán.

-Claro que si, aunque tu y tu abuela no se conocen fue muy considerada, ha dado la orden de que las cenizas serán llevadas, una vez que haya terminado la sepultura de tu madre y podrás despedirte de las cenizas de tu padre ahí mismo.- dijo mientras observaba su reacción- no sólo eso ella ya está enterada del peligro que corres, si esos hombres llegan a dar contigo.

- Y ella que piensa- soltó mía sorprendida

- Le dio órdenes estrictas a su gente de que te irás con ellos en el jet privado de la familia, ellos pasarán a los Ángeles a dejarte en una casa privada que tenía tu padre y ahí te quedarás hasta que ella averigüe quienes son los culpables y que tan peligros pueden llegar a hacer. Mientras nosotros nos encargaremos de todo aquí en México igual los estamos investigando y siguiendoles cada pasó que dan.

- Es muy considerado de su parte, aún sin conocerme ¿verdad?- dijo mía sin pensar

- No, te equivocas Mía ella te conoce sabe perfectamente quien eres, el que no la conozcas no quiere decir que ella no te conoce a ti.

-¿como sabes eso?- pregunto aún más intrigada.

-Estas hablando con el mejor amigo de tu padre, el me lo dijo hace tiempo.

- Y porque no me dijo nada mi papá.

Mía está tan sorprendida y confundía. Se sentía un poco triste por el hecho de que su papá, ni su mamá le habían dicho nada de su abuela de Corea del Sur, todo el tiempo pensó que estaba sola, su padre siempre le había dicho que ella estaba muy lejos, como fue creciendo fue olvidándose del asunto y no volvío a preguntar por ella.

- Créeme Hija, tu papá tuvo sus razones para hacerlo.

-Supongo que siempre lo oculto, por miedo a que me pasará algo- se sentía tan sorprendida por todo lo que le estaba diciendo- y no lo culpo lo entiendo pero debió hablarme de ella. ¿Ella que piensa de mi? ¿No me odia?

-¿por qué te odiaria Mía?- pregunto Max

- Por no tener rasgos asiáticos, por no tener ni un parecido con mi papá. Porque mi madre es latina y no coreana.

- No digas tonterías Mia, ella te quiere y mucho así como eres, es una muy buena persona, daría todo por verte feliz y que nada te pasará.- soltó esas palabras con tanto cariño que hasta Mía se sorprendía más ya que era un hombre que parecía no tener sentimientos.

- Quiero conocerla, quiero saber que ella es quien realmente piensa así, quiero verla de frente y que ella me lo diga.

-Sabes que no es posible deja que arreglemos esto Mía deja que estés a salvo y luego podrás conocerla.- le dijo con tanto cariño- ahora ve a arreglarte tenemos que ir al cementerio.

Mía subió a su cuarto a bañarse y cambiarse para la sepultura, se puso un vestido negro después de una hora bajo junto con sus
amigos y se subieron al carro de Max quien los llevaría al cementerio.

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