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-¿Y por qué estás tan tranquilo?-

Chuuya casi quiere voltear y decirle que está jodidamente mareado por la presencia del demonio y que no "está tranquilo" pero no desea regresar al hospital, entonces solo sonríe.

- No creo que quiera matarme - Chuuya vuelve a abrir la puerta - Voy a preguntar -

-¡No! ¡Espera! - Chuuya entra rápidamente a la casa.

Mientras más se acerca más mareado se siente, Dios, odia tanto esto; no se sentía así desde que su padre lo llevó al infierno por primera vez.

El pelirrojo camina hacia el demonio, su cabello es blanco y luce como un payaso o maestro de ceremonias de circo.

- Hola ¿Qué haces aquí? -

El demonio lo mira.

-¿Sabes donde esta Dos-kun?-

-¿Quién mierda es "Dos-kun"?-

Kunikida se aproxima hacia Chuuya y lo aleja del demonio colocando un brazo alrededor del pelirrojo sin tocarlo, es más como un perímetro de seguridad, también le apunta al demonio con un arma.

-Relájate, no viene a comerse mi alma-

-¿Cómo sigues vivo siendo tan imprudente? - Si a Chuuya le pagaran por cada vez que alguien le ha dicho eso...

-Honestamente, no lo sé -

Gogol aclara la garganta y Chuuya regresa sus ojos a él.

-Dos-kun y yo peleamos y él se fue, debe estar por aquí -

-Creo que estas en el lugar equivocado, no conozco a nadie con ese nombre -

-Se llama Fyodor -

-¿El demonio rata?- Chuuya ha escuchado una o dos cosas sobre ese tipo.

-¡Sí!- El demonio lo toma de las manos, los ojos del de cabello blanco brillan con esperanza-¿Sabes dónde está?-

Chuuya dobla los dedos para también tomar las manos de Gogol, igual lo hace para mostrarle a Kunikida que el demonio no lo está lastimando de ninguna forma.

-No, lo lamento, pero si lo veo le diré que lo buscas -

-¿Lo harías? ¡Muchas gracias! -

-No es nada, pero me gustaría saber ¿Quién eres?-

-Nikolai Gogol-

-Nakahara Chuuya -

-¿Por qué el tipo de atrás me apunta con una pistola?-

-Es su trabajo, no lo tomes personal - Se apresura a explicar para que no se inicie una pelea. Chuuya suelta sus manos -Ahora ¿Podrías irte? Tengo que ir a la Uni mañana y me gustaría dormir-

-¡Claro! Pero no olvides decirle a Dos-kun que lo busco-

Y entonces Gogol se va y Chuuya se despide con un movimiento de mano.

Chuuya deja salir el aire en sus pulmones. Se siente realmente mareado, si no fuera tan orgulloso le pediría a su acompañante que lo sostenga.

-Chuuya, lo que hiciste fue estúpido y arriesgado- Lo regaña el rubio.

-Alguien tan fuerte como ese tal Gogol debió sentir mi presencia desde que entré al edificio, si querría matarme ya lo hubiera hecho -Chuuya deja la mochila en el sillón - Entonces él quería algo y se veía un poquito inestable mentalmente, entonces solo tenía que seguirle la corriente. Si hubiera huido tal vez eso lo hubiera hecho enojar-

Kunikida suspira guardando su arma en la funda.

-Te ves pálido, ¿Todo bien?-

Chuuya no lo culpa por ser inconsciente, los Ángeles no sienten ni una fracción de esa sensación opresiva y pesada de los demonios.

Al diablo lo sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora