Boceto 1

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–Sigo pensando que es una locura estar aquí. Scarlett ni siquiera sabe luchar y estamos alterando las líneas temporales. – Protestaba Diamond, liderando el camino junto con sus otras dos hermanas.


Scarlett se encogió de hombros, pisando cada roca del río como si aquel bosque fuese su casa. Diamond hacía lo mismo, pues conocía de sobra los campos de batalla.


Pero Aliance tenía más problemas para hacerlo.


Decidió chasquear los dedos, apareciendo de nuevo con sus hermanas para seguirles el ritmo.Diamond rió sacudiendo la cabeza.


–Eso es trampa. –


–Tú eres cazadora. Yo bruja. Puedo hacer lo que mi naturaleza decida. –


Antes de que ambas volvieran a discutir, Scarlett las paró a ambas con las manos.


–¿Qué pasa Scar? – Preguntó Diamond, preparando sus cuchillos. Aliance se puso en postura de alerta, mirando a la más pequeña.


–Sangre. Dolor. – Murmuró la pelirroja. Sus pequeñas orejas puntiagudas se movían levemente, como si captara sonidos imperceptibles.


–Aquí hay mucha sangre y dolor, es una guerra, pequeña. – Diamond volvió a guardar sus cuchillos.


–No. Katherine–. Volvió a repetir Scarlett.


–Silencio, las dos. –Ordenó Aliance, moviendo sus manos. Creó un manto oscuro que las protegió a las tres, mientras veían pasar a algunos vampiros cerca de ellas. Parecían estar haciendo guardia.


–Oh, dejadme esto a mí–. Sonrió Diamond. Aliance abrió el manto invisible sólo para que pudiera salir la castaña.


Diamond apareció a espaldas de los vampiros más fornidos, atravesándoles el corazón con sus cuchillos plateados. Sonrió al verlos caer, esquivando el ataque de los otros vampiros para seguir asestando sus golpes maestros.


–Scarlett, protégela. –


La pelirroja asintió al escuchar a Aliance, usando su propio poder para envolver a Diamond en un círculo invisible que, prácticamente, la salvaba de toda herida mortal que pudieran provocarle.


Diamond luchaba con doble ventaja.


Aliance, mientras tanto, fijó su mirada en la rubia de ojos rojizos que veía morir a sus soldados desde lejos.


Ella era la cabeza.


La bruja entró en su mente con una facilidad aplastante, tratando de visualizar cualquier imagen o suceso que pudiera servirle de ayuda.


–Ah, mierda–. Gruñó Diamond al ver que Scarlett había caído al suelo. El hechizo de Aliance había desaparecido. –¡Aliance! ¿Qué te dije de leer mentes mientras haces un hechizo de protección, maldita bastarda? – Gritó la castaña, luchando frente a Scarlett para evitar que la dañaran.


La bruja abrió los ojos, sorprendida. Su corazón comenzó a latir con rapidez, pues nunca había participado en una lucha. No tenía la rapidez mental ni los reflejos que su hermana desarrollaba con una naturalidad asombrosa.


Encerró sus manos en un puño y los giró levemente con la mandíbula apretada; provocando que dos de los vampiros que iban a por Diamond, cayeran muertos.


–Joder–. Gimió Diamond, mirándola sorprendida.


Se escuchó un grito y un golpe metálico. Ambas se giraron a su izquierda, viendo a Scarlett empujar con el cuchillo en la garganta a otro vampiro.


Diamond y Aliance giraron sus cabezas lentamente para mirarse atónitas.


Scarlett jadeó cuando éste cayó al suelo, pasándose la manga de su chaqueta por su mejilla magullada.


–Nadie más va a hacer daño a alguien que quiero–. Dijo la pelirroja, guardándose el cuchillo en su cintura al igual que Diamond.


La castaña la miraba con la boca abierta.


–¿Sabía hablar? –. Preguntó.Aliance rodó los ojos, obligándolas a seguir.

El descenso (bocetos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora