Capítulo 8: Cama

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Estoy segura de que me voy a resfriar por esto...

Aproveché que Måns había salido a comprar la cena para echarle un vistazo a su apartamento. Sí, ya sé que está mal hacer eso pero tenía bastante curiosidad por ver que secretos guardaba su apartamento. No era especialmente grande: una pequeña cocina conectada con el salón-comedor (la televisión de plasma es lo único grande que hay en este apartamento, todo hay que decirlo), un cuarto de baño, un dormitorio, una estrecha terraza y otra pequeña habitación en la que había un par de guitarras, algunas pesas y material de gimnasio, aparte de algunos armarios enormes supongo que para almacenar cosas.

No pasó mucho tiempo hasta que Måns volvió a casa con una pizza en la semana.

-¿Ya te has secado? ¿Estás mejor?

-Sí.

-¿Tienes hambre? ¿Te apetece comer una pizza?

-¡Me encantan! Muchas gracias...

-Parece que ya estás mas contenta. Me alegro.

-Si tú lo dices...



Cenamos mientras veíamos una película de comedia en su gran televisión de plasma. Tenía por los menos 50 pulgadas... nunca había visto la televisión en una pantalla tan grande así que estaba bastante impresionada. Y creo que él lo notó...

-¿Qué, qué te parece la pantalla de plasma?

-Es enorme...

-52 pulgadas y en HD. Me costó un pastón, ¿te gusta?

-Nunca había visto la televisión en una pantalla tan grande así que se me hace extraño...

-Al principio me ocurrió lo mismo pero te acostumbras en poco tiempo, ya verás.


Recogió la caja y los restos de pizza, tiró los desechos y tras lavar los platos volvió a sentarse a mi lado en el sofá negro del salón. Una gran cantidad de los muebles del apartamento eran de color negro, se notaba que lo había decorado un hombre... y uno con muy buen gusto, si se me permite decirlo.

-Perdona por la pregunta pero... ¿qué piensas hacer respecto a Eric? Debes decirle cuanto antes como te sientes.

-No lo haré.

-¿Acaso no te das cuenta de que así lo único que lograrás es hacerle aún más daño?

-¡No se lo quiero decir precisamente por eso! Sé que él me quiere, sé que soy la persona que más le importa en este mundo, ¿no imaginas como se quedaría si le dijera que yo en ningún momento le he querido? Al menos como él quiere que yo le quiera...

-A ver, ¿¡pero no te das cuenta de que cuanto más esperes peor le sentará!?

-...

-¡Joder! Ara, lo siento. No quería gritar, pero es que me cuesta mucho controlarme en ciertas situaciones.

-Si eso es lo que quieres se lo diré ahora mismo.

-¿Cómo?

Saqué mi teléfono móvil del bolsillo del pantalón, fui a la agenda y llamé a Eric. Me llevé el teléfono a la oreja mientras Måns aún me estaba mirando extrañado, sin saber muy bien que es lo que estaba haciendo. Tenía más de diez llamadas perdidas de Eric así que le va a sorprender bastante que le llame...

-¡¡Ara!! ¿Dónde estás? Salí a buscarte en cuanto acabó la obra, ¿ha pasado algo? Te he llamado como quince veces y en ninguna de ellas me has cogido el teléfono.

-...Lo siento. -carraspeé- Eric, tenemos que hablar.

-¿De qué? ¿Dónde estas?

-No importa donde estoy, necesito hablar contigo de algo importante.

-¿Ha ocurrido algo?

-Ese es el problema, que en verdad nunca ocurrió nada...

¿Cómo?

-No sé como decirlo pero... no quiero que nos volvamos a ver. Quiero cortar.

-¿Qué? ¿¡Por qué? ¿¡Qué he hecho!?

-Nada, no ha sido culpa tuya. Soy yo...

-¿¡Tú!?

-No pretendía hacerte daño en ningún momento, tan solo te estaba siguiendo la corriente. Sé que eres un buen chico, algún día encontrarás a una chica que te ame de verdad y...

-Vale, no quiero oír nada más. Nos vemos por el colegio. Adiós.

Colgó antes de poder siquiera decirle algo.


-¿Que, cómo se lo tomó?

-Pues mal, ¿¡cómo querías que se lo tomase!?

-Tal vez ahora te arrepientas pero a la larga es lo mejor, créeme.

-¿Por qué debería hacerlo? ¡Tú no sabes como me estoy sintiendo ahora mismo!

-Lo sé, lo sé de sobra. Me ocurrió algo muy parecido cuando era joven.

-¿Algo muy parecido?

-Sí, por no decir igual. Hace unos años también estaba saliendo con alguien que no me atraía lo más mínimo y tampoco quería dejarla para no hacerle daño. Era una chica muy sensible y sabía que en cuanto se lo dijera iba a empezar a pasarlo fatal, pero por suerte lo superó y aún hoy somos amigos.

-Eric seguramente estará enfadado, no creo que podamos llegar a ser amigos...

-Bueno, si él decide cortar todo contacto, también está bien. Lo importante es que acabas de cortar una relación que no llevaba a ninguna parte. Se ha acabado y ya ninguno de los dos os vais a hacer daño, solo eso importa.

-Parece que sabes bastante sobre relaciones...

-Bueno, tengo algo de experiencia.

-Ah, ¿tienes novia?

-Ahora mismo no, cortamos hace unos 7 meses...

Quise preguntarle que ocurrió para que rompiera con su novia pero la mueca triste que apareció en su cara al hacerle esa pregunta me indicó que no era muy adecuado hacerlo.

-Bueno... ¿qué quieres que hagamos ahora?

-¿Dormir?

-¿Tienes sueño?

-Bastante... y creo que me he resfriado un poco por culpa de haberme mojado en el parque. Me duele bastante la cabeza.

-¿Quieres un analgésico?

-No me vendría mal... por cierto, ¿dónde voy a dormir?

-En mi cama, ¿no?

-¿¡Cómo!?


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