[00] prólogo

590 45 4
                                    

El rostro sonrosado de la menor era totalmente un espectáculo para ella, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no la dejaban disfrutar mucho la vista, pero todo valía la pena, Sana esperó toda una eternidad para que e...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El rostro sonrosado de la menor era totalmente un espectáculo para ella, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no la dejaban disfrutar mucho la vista, pero todo valía la pena, Sana esperó toda una eternidad para que este momento caluroso con su omega sea dado que no sabe cuál de sus dos cabezas debería usar en esta habitación.

Ella siente el paraíso en sus labios mientras impactaba con su piel suavemente.

El aleteo en el estómago, su vergüenza yendo a un drenaje, al no tener pudor ni razón de que ahorita mismo, se hallen en casa de su novia para supuestamente ver una película. A Minatozaki no le importaba, solo seguir tomando a su bebé con un estilo de pasión indomable era su preciado lujo del presente.

Pero.

Al parecer se olvidó de que tipo de omega se trata su bebé.

—¡A-ah! ¡Sana! —chilla la castaña al sentir los labios contrarios, tomar un rumbo por debajo del mentón, casi en el cuello.— ¡Sasa!

Oh, vaya.

La alfa para en seco, subiendo la cabeza para verificar no haberle hecho daño a su omega, mirándola tan preocupada como si su alma dependiera de un hilo muy delgado.

—¿Qué pasó, Nana? —pregunta con un tono sorprendentemente tan suave y alarmado. La mayoría de veces ella describía su voz como una gélida si se trata de usarla con el resto, pero para la morena, le salía dulce y serena.

Sana se queda confundida al momento en que Nayeon abre lentamente los ojos, mostrando esa figura de un gatito pequeño enojón, tomando contacto visual directo, y luego haciendo un puchero.

—Se supone que veríamos películas... —reprocha en un murmuro con las mejillas sonrosadas, en parte esa sí era la razón. Sana suspira algo aliviada, aunque un poco decepcionada, estaba tan cerca... como las otras treinta y cuatro veces.

Sí, ella las contaba.

—Bueno, al menos solo era eso. —habla para sí misma acomodándose otra vez en el costado de la omega. Hoy no será el día.

Nayeon deladea su cabeza y toma una boca nada de aire con el propósito de seguir continuando la película de princesas que se habían dispuesto a ver al principio, sin embargo, esta lanza un dramático grito de horror al visualizar el pase de los créditos en un fondo negruzco, cayendo en cuenta que no apretó el cuadradito que significa "stop" en el momento debido.

—¡Por culpa de hacer esas cosas raras, no vi la parte en donde Tiana se convierte en humana! —lloriquea la omega.—¡Has destruido MI infancia!

Ella regaña y Sana se encoge un poco en su sitio.

—Pero Nay, ya has visto esa película millones de veces, ya te sabes esas partes al derecho y al revés —se intenta excusar la rubia.—, además, no es cosa del otro mundo tener se-

soft sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora