•Detrás de cámaras•AllxTakemichi/Takeharem

Feliz cumpleaños

La señora Hanagaki llenaba un plato con bollos de carne hasta hacer una pequeña montaña con ellos. Se dio la vuelta mientras tarareaba una melodía y abría la olla para que un exquisito olor a sopa de miso entrara por sus fosas nasales. La mujer sonrió satisfecha mientras removía un poco la sopa.

Al escuchar unos pasos acelerados bajar las escaleras la mujer sonrió aún más, antes de ir al pasillo y saludar a su hijo se vio por unos instantes al espejo; tenía un aspecto desastroso. Se rió por lo bajo y en el camino al pasillo intento hacerse una cola decente e intentar limpiar un poco su delantal que estaba lleno de condimentos.

—¡Takemichi!—la mujer salió casi corriendo de la cocina viendo a su hijo abrochandose el ultimo botón de su manga—Buenos dias cariño, me alegra ser la primera en que te felicite por tu-

Antes de poner terminar su frase recibió dos besos en cada mejilla por el chico mientras este le dedicaba una sonrisa en grande aunque de alguna manera parecía cansada—gracias mamá, aprecio mucho tus felicitaciones pero hoy tengo una reunión muy importante a primerísima hora de la mañana con mi manager y unos patrocinadores por lo que hoy no tendré ni siquiera tiempo para desayunar. Si llegara tarde mi manager seguramente me asesine—bromeó el rubio mientras se daba la vuelta para dirigirse a la salida.

Takemichi se paro en seco cuando un aroma embeleso al chico por unos instantes. 

Se dio la vuelta para ver a su madre—Bollos de carne—la mujer que se quedo con una cara de tristeza como supuso el rubio y quien se disponía a ir de nuevo a la cocina, al escuchar su voz se dio la vuelta para ver a su hijo—Mis favoritos. Gracias mamá, tenía planeado hoy pasar la noche en mi apartamento pero pensándolo mejor vendré aquí para comer tus deliciosos bollos de carne.

La mujer hizo a un lado el mechón que caía de su pelo e intentó forzar una sonrisa—entonces, te los calentare para esta noche.

El rubio asintió desapareciendo por la puerta y la mujer suspiro. Se adentro a la cocina y arrastró una de las sillas de la cocina hacía la mesa donde estaba posados los bollos de carne. Cogió el primer bollo que vio y le dio un mordisco feroz. Su ceño se frunció notablemente mientras refunfuñaba por lo bajo—aprici michi tis filiciticiinis—estaba enojada, muy enojada, ¡Ni siquiera la dejo terminar de felicitarlo! Cuando llegara en la noche iba a darle una buena charla.

[...]

Su día y tarde fueron aclopadas por el contrato con los patrocinadores.

Para a mediados de la tarde ya le dolía la espalda y el culo de estar tantas horas sentado en un duro sillón. Miro de reojo a su manager quien leía los términos del contrato en el papel. Se entretuvo unos instantes en contar las pecas que tenía esta exparcidas en sus mejillas hasta que ella con una sonrisa levanto su vista para coger el bolígrafo que descansaba en la mesa para firmar el contrato.

Los patrocinadores que eran un par de casados sonrieron de forma automatica hacia la manager. Al ver que los tres se levantaban Takemichi los imito, juraría que al hacerlo escuchó un hueso crujirle e intento disimular una mueca, los tres se estrecharon las manos entre si mientras se intercambiaban algunas palabras.

Los dos casados al ver la hora les invito a Takemichi y a su manager ir a la cafetería de la empresa ya que casi era la hora del almuerzo, los dos aceptaron y se despidieron de los patrocinadores.

Luego de salir de la sala de juntas su manager suspiro aliviada, parecía que se acababa de quitar un peso de encima, Takemichi rio divertido—No sabes lo estresada que me sentía cuando me miraban, creía que me iban a comer con la mirada o algo por el estilo—bromeo la mujer quien al igual que él parecía bastante cansada.