Capítulo 4- Pobre chico

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Ya a pasado exactamente un mes de estar en la casa, con la misma rutina

Me levanto

Me baño

Desayuno 

Hago quehaceres de la casa

Me duermo

Cómo

Le ayudo a mama a hacer la comida 

Veo alguna película o veo a Lila 

Duermo

Cómo

Tiempo libre 

Ceno 

Rezo

Leo algún libro 

Y duermo 

Realmente siento que es bastante tedioso estar haciendo lo mismo todos los días, excepto los fines de semana, esos si son más entretenidos, a excepción de que los fines de semana veo a Karla.

Necesito hacer otra cosa, no me puedo quedar así todo un año, me va a dar algo.

Ver a Lila como se prepara para ir a Brentliard es simplemente grandioso, cuanto me hubiera gustado en la misma posición de ella, pero aun así estoy agradecida a Dios de que ella sí pudo quedar.

Por fin me levanté la cama, era lunes y eh decidi hacer algo y no quedarme sin hacer nada, así que aprovecho y recojo un poco mi cuarto, Karla me dijo a mi especialmente que si podíamos a salir yo le hubiera dicho que no, nada más que me dio cosa, aparte de que mi mama me pidió que saliera con ella.

Ahorita estoy viendo que me voy aponer y luego de casi 2 horas, estoy lista al fin.

Baje  las escaleras y mi mama está haciendo algo delicioso, que mal que voy a tener que perderme esa deliciosidad para ir a desayunar con Karla, bueno no me quejo, porque si esta bueno el lugar a donde vamos a ir 

Me despido de mi mama pido un Uber y ya estoy en camino a ver a Karla.

La mañana fue como describirlo… interesante y aburrido a la vez 

Todo estaba regularmente normal,  es normal que cuando estoy con ella el tema de conversación principal es ella. Hasta que llegamos a un tema de conversación aún más interesante.

¿Te acuerdas del chico de beisbol? -dijo ella con un tono de voz que sinceramente me molesto y no supe  el porqué.

-Como no acordarme- dije con el tono de voz más adecuado que mis cuerdas vocales pudieron encontrar- al final si lograste hablarle?

Sinceramente, no se que paso, era un chico cualquiera, que nada más veía de reojo cuando estábamos en el mismo lugar, que ni siquiera nos habíamos dicho un hola, ni por cortesía.

Y no se si pueda decir que me decepciono un poco la respuesta que me dio Karla 

-Hablar?, Ja, ya hasta estamos quedando- dijo con el ego hasta el cielo 

-A sí? - dije- y que han hecho cuéntame, ya se declararon? - 

-Bueno, aclarando, a el le gusto, pero no me lo ha dicho.

Pobre chico.
No sabe en que se esta metiendo, pero bueno, aunque seas la persona mas mala del mundo, todos tenemos el derecho de ser amado por alguien alguna vez en la vida.
¿Verdad?

-Pero, estoy casi segura que en algún día de estos ya se me va a declarar.

-Me avisas, ¿okay?

Se lo dije en buen plan, vale 

Todo pasa por una razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora