Mi padre gilipollas y el paquete

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ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 13
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Recuerdan esto

Vanessa:Escribieron de Tennessee

Skaylar:Cool, ¿quien fue?, ¿la abuela?

Pregunté otra vez mientas me servía aquella pulpa de naranja en un vaso de vidrio, estaba concentrada en hacerlo bien hasta que ella lo nombró

Vanessa:Tu padre

Dijo firme mientras soltaba aquella copa de vino y la ponía sobre la mesada, deje de servirme jugo y la miré fijamente a los ojos dejando la jarra sobre la mesa.

Skaylar:Y ¿que es lo que quiere ese capullo de nosotras?

Vanessa:No lo llames así, es tu Padre Skay

Solté una risa sarcástica y negué con la cabeza

Skaylar:¿El mismo que te abandonó cuando le dijiste que estabas embarazada de mi?

Ella no supo responder

Skaylar: Si ese capullo

Vanessa:El quiere verte

Skaylar:Pues yo no, no me interesa saber de un cabron que no se hizo cargo de su propia hija

Vanessa:Vendrá a California

Skaylar:Pues si viene a esta casa yo me abro

Vanessa:No empieces Skaylar

Skaylar:No, tú no empieces, él no nos sirve es un maldito gilipollas que solo nos traerá problemas, y no me interesa saber de él, ni hoy, ni nunca, ¿lo pillas?

Bueno toda esa conversación fue votada al tacho de basura, ya que mi madre se pasó por el coño todo lo que yo le había dicho aquella tarde, dios parece que la que tiene «daddy issues» es ella y no yo.

Dios entiendo que ella sepa que confundo el principio, el nudo, y el final, pero por favor, ya deja de ser artificial, que él aparezca no significa que mi temperamento de mierda cambie, qué pena nena, seguirás llorando en las noches.

Hubiera preferido quedarme en la escuela

Al llegar a casa me quite la mochila lanzándola al sofá, ate mi cabello en una coleta alta dejando algunos mechones locos en mi rostro, oía voces en la cocina, y como saben acá solo vivimos dos personas, Vanessa y yo, solo nosotras dos, pero habían más voces en aquella cocina, la ansiedad de querer saber quien estaba ahí dentro traspasaba mi cuerpo.

Camine hacia aquella dirección, abrí la puerta y vi a Vanessa apoyada en la mesada del lavaplatos, frente a ella había un hombre con una remera de «Guns n' roses», al menos tenía buenos gustos musicales, pero ese no estaba solo, sentada en aquellos bancos de madera altos que iban frente a la isla se podía observar a una pálida rubia, maquillaje levemente exagerado, una vestimenta que me daban ganas de vomitar y convulsionar al mismo tiempo, «Rosa y blanco»,  todos los colores del mundo, y ella decidió elegir los peores, llevaba aros en las orejas, y traía flequillo, era linda si, pero su forma de vestir arruinaba esa linda cara

 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐱 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 A. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora