Capítulo 24

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Bell despertó tranquilamente en un lugar diferente, se encontraba en su cuarto, no había nadie y la luz se filtraba por las ventanas.

Alguien abrió la puerta de su cuarto.

-Syr: Bell-san, ¿a qué hora volviste?

-Bell: Yo ... no me acuerdo, era muy tarde.

-Syr: Moooh, no nos preocupes más.

-Bell: Jajaja, lo siento.

-Syr: ¿No estás cansado?

-Bell: No mucho, he estado peor.

-Syr: Aun así deberías descansar.

-Bell: Si ... Syr-san, ¿ha pasado algo mientras yo no estaba?

-Syr: ¿Algo dices?

-Bell: ¿Alguien extraño ha venido aquí?¿Quizá una chica pelirroja?

-Syr: No me suena, ¿es que esperabas que viniese?

Syr sonrió, pero Bell notó algo raro en la sonrisa, se notaba algo diferente a las anteriores, más amenazante.

-Bell: Syr-san, ¿te molesta algo?

-Syr: Claro que no, ¿qué podría molestarme? Más importante aún, ¿qué haces cuando sales?¿Conocer chicas?

Bell entendió entonces la situación y el sudor apareció en su cara al instante.

-Bell: N-N-No p-para nada.

-Syr: ¿Estás seguro?

La cara sonriente de Syr se acercó mucho a la de Bell, Bell sudaba a mares y su cerebro recién levantado intentaba encontrar una excusa.

-Ryuu: Syr-san, no deberías de molestar a Cranel-san de esta forma, acaba de levantarse después de todo.

Syr se giró haciendo un puchero.

-Syr: Pero no es justo, no quiero que Bell-san sea engatusado por una chica cualquiera.

-Bell: Aunque yo nunca dije eso.

-Ryuu: ... Eso no depende de nosotras.

-Bell: Gracias Ryuu-san.

Ryuu no le habló, pero lo miró amenazantemente, logrando hacer que Bell se cuestionase si ella pensaba lo mismo que Syr.

-Bell: Etto, Ryuu-san.

-Ryuu: El desayuno está preparado, si tarda mucho en bajar tendrá que comer comida fría.

-Bell: No tan fría como la respuesta que me acabas de dar.

Ryuu y Syr dejaron a Bell solo en su cuarto mientras él se preguntaba muchas cosas.

-Bell: ¿Ha sido Revis quién me ha dejado aquí?¿Cómo sabía en dónde vivo?¿Dónde están mis cosas?¿Me ha curado ella?

Ninguna de ellas podía ser respondida con total certeza, Bell salió de su cuarto y bajó a desayunar.

Al llegar vio que, tal y como dijo Ryuu, la comida se le había quedado fría, suspiró y se preparó la comida él mismo.

-Mía: Llegaste muy tarde ayer, nadie te vio llegar y nos preocupamos.

-Bell: Tenía unos asuntos que atender en el barrio Rojo.

-Syr: ¿Qué has dicho Bell-san?

Bell no necesitó girarse para saber qué Syr estaba sonriendo muy amablemente, rezó sus plegarias y contestó.

Un Argonauta DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora