Capítulo 18

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Me desperté temprano por la mañana, muy muy temprano, seguramente nadie estaba despierto.

La razón de esto es que yo me dormí antes de lo normal debido al cansado día que tuve.

Ahora, tendría que ir a ver si mis armas todavía siguen en el lugar en donde las dejé, ya que aunque sea un edificio en ruinas, Finn lo utilizaba como base.

Salí de mi habitación y me preparé un desayuno, era un sándwich, algo simple y rápido de preparar.

Terminé de comer y les preparé un desayuno a las demás, mientras preparaba la comida, Mía se despertó.

-Mía: ¿Preparando el desayuno?

-Bell: ¿Ya te has despertado? Si, estoy haciendo el desayuno, aquí está el tuyo.

Le pasé un plato con una tortilla.

-Mía: No está mal.

-Bell: Me alagas, diles a las demás que les he preparado lo mismo que a tí.

-Mía: ¿Vas a algún sitio?

-Bell: Tengo pensado pasarme por el Gremio para hablar un poco con mi ex asesora, tengo que disculparme con ella. Y después, visitaré a Miach-sama.

-Mía: ¿No crees que deberías hablar con ellas también?

-Bell: ... Si, creo que sí, pero no sé qué debería decir.

-Mía: Aunque no les digas la razón del por qué los mataste, estoy segura de que puedes arreglar las cosas con ellas, además, ni pienses que dejaré que por culpa de vuestra actitud, la gente dejé de venir.

-Bell: Jejeje, si.

Partí la tortilla en trozos iguales y me despedí de Mía.

-Bell: Hasta luego.

Mía se despidió con un movimiento de mano.

Creo que Mía tiene razón, debería de intentar arreglar lo ocurrido, aunque no sé cómo.

Caminé por las calles de Orario mientras pensaba en cómo podía arreglar mi relación con las chicas, pero mientras caminaba, me choqué con alguien.

Miré delante de mí, pero no encontré a nadie, pero al mirar un poco más abajo pude ver que me había chocado con una pequeña hobbit.

Por la gran mochila que tenía puesta, era seguro una porteadora.

-???: Perdona, no miraba por dónde iba.

-Bell: No te preocupes, yo tampoco.

Le extendí mi mano para ayudarla a levantarse, pero ella se levantó por su cuenta y se marchó corriendo.

Segundos después, dos aventureros pasaron por delante de mí, parecían seguir la misma trayectoria que le de la hobbit y por sus caras, no parecían tener ganas de hablar.

-Bell: Suspiro ¿Por qué siempre me pasa lo mismo?

Los seguí a los dos aventureros, ellos siguieron corriendo detrás de la hobbit hasta llegar a un punto muerto.

-???: Esperad, podemos llegar a un acuerdo.

-Aventurero 1: Si, si nos das todo el dinero que has ahorrado, te dejaremos en paz.

Estos de aquí, no parecen tener ningún tipo de problema con hacer daño para conseguir lo que quieren.

Quizá no sean infiltrados de Rakia, pero no me gustaría defender una ciudad que tiene a tontos como estos en ella.

Un Argonauta DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora