Capítulo 3.

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Capítulo 3: Menta y Chocolate.

El cuerpo del albino se inclinó cerca de la ventana, quedando completamente a mi altura.

Mis ojos se anclaron a los suyos. Un jalón en mí pechó hizo que mi corazón latiera desbocadamente, el mundo se detuvo, sus ojos violetas me detallaban mientras que un calor líquido recorría mis venas por completo. La respiración se me complicó. Mis labios se entreabrieron mientras tragaba con dificultad.

Acababa de sentir como el vínculo se había formado entre nosotros.

-Demon -dije cuando ya estuve con mis neuronas funcionando.

-Señorita Wells la estábamos esperando -dijo escrutándome con sus fríos ojos violetas. Miró su reloj-. Hace media hora.

Mis labios se apretaron mientras mis manos sujetaban fuertemente el volante. Ya me acordé por qué no lo aguantaba, su arrogancia era lo más grande que existía en el mundo.

"¡Sigue igual de idiota!" Pensé.

Entrecerré los ojos al comenzar a percibir el aroma más exquisito que jamás sentí. Menta y chocolate. Volví a apretar el volante "cálmate Aridna, lo está haciendo apropósito" me dije a mi misma.

- ¿Puedo pasar? -dije aguantando la respiración y queriendo salir de ahí.

"No puede ser. No puede ser. No puede ser." Repetía en mi mente una y otra vez. Mientras que veía a Zara festejando a lo loco en mi cabeza.

Demon asintió mientras se alejaba de la ventana, ni bien lo hizo, puse primera y comencé a alejarme.

-¡Carajo! -grité golpeando el volante.

El estómago se me revolvía y mi pecho estaba oprimido, solo tenerlo cerca me ocasionó todas estas emociones. El vínculo me estaba pidiendo que regrese a donde él estaba. Fruncí mis labios.

Mis ojos se abrieron al comprender algo.

- ¡Por la Diosa, él ya lo sabía! -murmuré al comprender que siendo mayor que yo, él lo supo antes.

Cuando era más chica y vivía en la manada Dark Moon Demon no quería que ningún chico se me acercase. Ingenuamente, pensé que era porque me veía como a Beth. Si Demon y Betiana son hermanos, él es siete años más grande que nosotras. Pero ahora sé que no era así, él lo hacía porque sabía que era su mate. Apreté mis labios en una fina línea. "El muy descarado lo hacía por motivos propios" reflexioné molesta.

No daba crédito a esto. Y más pensando en la situación en la que me encontraba. Él era el futuro alfa King, por mi parte no quería ser su compañera. Pensar que podía ser su luna me ponía los pelos de punta.

Tenía miedo de estos sentimientos. Y de como se comportaría él. Pensar que por ahí me podría rechazar, me hacía tener un pinchazo en el pecho. Fruncí el ceño mientras giraba por una calle. 

No sabía como manejar esta situación. Le tenía miedo, era un tipo muy serio y frío. Su semblante siempre daba miedo. Sin contar que el muy bastardo siempre me usaba para las prácticas cuando era más chica. Demon era un maldito desquiciado cuando se trataba del entrenamiento y siempre terminaba con moretones. Los cuales me los curaba él después, pero los tenía todo el día hasta que se iban. Volví a girar. 

No sabía lo que sentía por él. O sea, el vínculo me llevaría a amarlo tarde o temprano. Pero no quería que fuera de esa forma. No quería ser su compañera. Y tendría que alejarme de él lo más que pueda. Por más que el vínculo me pida a gritos, correr a sus brazos seré fuerte.

Mordí mi labio girando en una calle a la derecha. Lo último que me faltaba era emparejarme con él.

Aparqué frente a la casa donde vivía antes. Una linda casa de dos pisos bastante grande. Saqué mi bolso y me dispuse a caminar hasta la entrada. Saqué las llaves de mi bolsillo y mirando hacia abajo para ver cuáles de las tres podía llegar a así me acerqué a la puerta. 

Atrapada Por El Alfa. Crónicas 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora