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- si, entremos - dijo Katherine.
- entremos, el que tenga miedo de morir que no nazca - siguió la rubia.
- dijo la vampiro inmortal - habla el humano.
- tranquilízate Stiles, si alguien te quiere matar, yo lo mató primero.
- gracias.
- ¿bueno vamos a entrar o nos vamos a quedar esperando aquí? - pregunto sarcástica la pelinegra.
Todos caminaban por el pasadizo hasta que llegaron al final de este. Allí encontraron una habitación llena de objetos antiguos, entre ellos, libros, grimorios, colgantes, ropa, etc.
- ¿cómo nos quedan? - preguntan Rebekah, Katherine y Lydia mostrando los sombreros encontrados.
Los hombres rieron.
- ridículos - dijo Derek.
- ¿me dijiste ridícula? - dice ofendida la rubia - hoy te quedas sin salida al bosque - esboza una sonrisa falsa.
- ¡¿Qué?! No, yo no dije eso...
- si, lo dijiste - va hacia otro lado de la habitación.
- espera ¡Rebekah! No te enojes - la sigue.
Lydia y Katherine se miran y ríen.
- esos dos terminan casados - dice Lydia.
- que no te quepa duda.
Las dos vuelven a mirarse con complicidad.
- ¡Derbekah! ¡Derbekah! ¡Derbekah endgame! - alientan las mujeres para luego soltar una carcajada.
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- ¿de quien habrán sido estas cosas? - pregunta Henrik.
- según este diario, de una tal Esther - responde Stiles.
- mjum como la loca de mi madre - la original se levanta de donde estaba reposada - a ver, muéstrame - Stiles le entrega el diario.
Rebekah comenzó a ojear el diario.
- es el mismo nombre porque este diario es de mi madre, es su letra ¿hay más? - pregunta con el ceño fruncido.
