Feitan Portor

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Advertencias:
Consumo de alcohol, Contenido sexual.





















Uno nunca se imaginaria a alguien como Feitan siendo apegado a alguien... A menos que esté bajo efectos de alcohol.

Con la brigada habíamos decidido salir a celebrar un robo exitoso, qué mejor manera de hacerlo que bebiendo y fumando, ¿No? Por ello decidimos ir a un bar. Hicieron una competencia de quién aguantaba más shots, obligué a Feitan para que participará, estaba emocionada por ver quién ganaba.

Los finalistas fueron Uvogin y Feitan, sin embargo Uvo ganó. Luego se eso, Feitan se encontraba bastante extraño, no se despegaba de mí, era como un chicle. Se pasó la mayoría del rato con su cabeza acurrucada en mis pechos. Cada cierto rato me tomaba por la cintura con la intención de que nuestros cuerpos se apegaran más.

Subió la cabeza para besarme, fué un beso suave, algo raro por parte de él, ya que su principal lenguaje de amor es a través de caricias eróticas o directamente sexo.

Me senté en un sillón y él me siguió, escondió su cabeza en mi cuello y empezó a lamerlo, haciendo que soltase un par de jadeos y a la vez dejando leves marcas. Esto estaba haciendo que cierta parte de mi cuerpo comenzara, por lo que tomé una decisión algo arriesgada. Fuimos a los baños de aquel lugar, los cubículos no eran tan pequeños, para nuestra suerte.

Me besó húmedamente, un beso largo, demasiado. De sorpresa, metió su mano en mi camisa y desabrochó mi brasier. dejándolo caer, para luego mordisquear mis pezones, haciéndome ahogar un gemido entre su cuello. Apretó mis pechos durante unos minutos, podía notar que le encantaba hacerlo. Luego de dejar unos cuantos chupetones, me agarró por la cintura, estábamos tan pegados que podía sentir el bulto formado en sus pantalones formado por la cercanía.

De forma algo  torpe empecé a intentar sacarle la camisa, cosa que resultó exitosa. Lamí sus abdominales, dejé chupetones, los acaricié. Me quitó la poca ropa que me quedaba, —Abre tus piernas. —Ordenó con voz ronca.— Yo asentí y seguí sus órdenes. Empezó a lamer mi entrada, exactamente en el área de mi clítoris, y cuando menos lo esperaba metió un dedo, solté un gemido que sonó en todo la habitación. Sus dedos eran largos, me hacían sentir tan bien.

Metió otro, haciéndome soltar otro gemido más. Estaba en el paraíso, tenía a un lindo Feitan sudado, excitado y metiendo sus dedos en mi coño, a pesar de todo se seguía viendo tierno. Los sacó y se bajó el pantalón rápidamente, acto seguido le bajé el bóxer, liberando su miembro. —Móntame. —Habló nuevamente el de baja estatura.— Volví a asentir, acomodándome. Introduje su miembro poco a poco, ya que, de hecho,  era bastante grande.

Y por fin, comencé a montarlo, me nalgueó un par de veces, yo solo miraba su rostro lleno de placer. Estaba apunto de correrme, había hecho que me mojase tan rápido... Feitan parecía haberlo notado, ya que empezó a dar grandes embestidas, haciendo que no parase de gemir.  Yo estaba con la intención de corrernos pronto.

Al terminar, nos aseamos como pudimos, y nos dirigimos donde el grupo, que se había dado cuenta de la situación. Fué vergonzoso, realmente vergonzoso, pero a Feitan no le parecía importar, lo contrario, parecía un niño pequeño luego de que le hayan comprado un dulce.

No era tonta, obviamente me había dado cuenta que el azabache se había comportado así para provocarme, haciéndome creer que era un efecto del alcohol, no es el mejor actor, pero aún así lo sigo amando.
FIN.























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