Entre mundos (Bakugo x OC)

Capítulo 2: Camino al pueblo.

Antes de que la luna se asomara completamente ya estaban en la dichosa cueva. No era totalmente cómoda, pero no pasaría frío como si hubiera estado a la intemperie del bosque.
El dragón se encontraba en el fondo de la cueva acurrucado mientras que el cenizo había ido a buscar algo al bosque.

Megumi se encontraba sentada un poco alejada del dragón mientras miraba su desastroso vestido de novia. Suspiró con pena tratando de estirar la tela totalmente dañada y sucia. Kirishima hizo un ruido llamando su atención, ella se acercó.

– Supongo que si te cuento mis problemas nadie lo sabrá... Incluso...quizás ni existas y aún esté desmayada en el bosque. – el dragón lanzó un gruñido sintiéndose ofendido. – Verás muchas cosas me atormentan en estos momentos, no sé dónde mierda estoy, antes de llegar aquí estaba a punto de casarme, pero... Antes de entrar a la iglesia me llegaron unos mensajes a mi celular... Eran videos de una amiga y mi futuro esposo, ambos estaban en la cama... Engañándome... – las lágrimas comenzaron a caer. – Nunca creí que ellos harían tal cosa, él decía que me amaba, pero era todo una estúpida mentira.

Kirishima acercó su hocico a ella e hizo un movimiento como si la consolara.

– Agradezco que no puedas hablar, no quiero que nadie sepa esto. Gracias Kirishima.

Megumi continúo llorando mientras se acurrucaba en él. A los pocos minutos cayó en el sueño. Un rato después, el cenizo entró en la cueva, observó en silencio a su amigo y a aquella chica. Kirishima habló.

– No la despertaré, prepararé el fuego y dormiremos.

Kirishima solo bajó su cabeza acomodándose para dormir. El chico suspiró, no solía tener la compañía de una mujer y ahora estaba ahí con una abrazando a su amigo. Se quitó su capa y tapó a la chica, miró de reojo y caminó hasta la fogata para dormir.

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Megumi sintió una respiración cerca de su cara, comenzó a reír, ya que le provocaba cosquillas. Abrió sus ojos viendo un gran hocico frente a ella. Pegó un grito tratando de asimilar todo.

– ¡¿Qué mierda pasa?! – el ojirubí entró corriendo a la cueva, al darse cuenta de lo sucedido rodó los ojos. Kirishima se encontraba con sus orejas bajas por el grito y ella estaba más relajada recordando todo.

– Lo siento Kirishima, no acostumbro a despertar con un dragón.

Kirishima levanto sus orejitas y la empujo para que se pusiera de pie, Megumi le dio las gracias con una sonrisa.

– Oye niña, come algo para que te vayas.

– C-Claro.

Ambos humanos se sentaron cerca de la fogata, el cenizo le dio un pedazo de carne, ella observó al posible animal que fue sacrificado, pero no le importó, su estómago rugía y tendría que caminar todo un día para encontrar el pueblo.

Kirishima espero unos minutos y salió de la cueva para estirarse. El chico salió tras él con un gran trozo de carne. Megumi suspiró, ahora con el estómago lleno, y salió tras ellos. El sol brillaba con fuerza.

– El pueblo está hacia el norte, solo camina recto, te encontrarás con un lago casi al llegar.

– Gracias. – Kirishima gruñó.

– Basta idiota. – gruñido. – No se perderá... – gruñido. – No, nadie se la comerá o asaltará o cosas por el estilo. – gruñido. – Sé que no puedes hacerlo, pero no.

– Eh... Creo que me iré. – Kirishima se colocó frente a ella, negando con su cabeza.

– Tsk, me las pagarás idiota. – dijo mientras fruncía el ceño mirando al dragón. – Te llevaremos al pueblo, petición de este estúpido.