Capítulo 6: ¿Quién es el ladrón?

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Los pájaros comenzaron a cantar cuando el sol salía, Kirishima se estiró y bostezó para luego acercarse a la pelinegra. La comenzó a picar en sus mejillas para despertarla, pero parecía bastante cansada, ya que no lograba despertarla.

- ¡Despierten ya, pedazos de mierda! – el grito de Katsuki logró despertar a los 3 que aún dormían. Megumi se levantó asustada y chocó su frente con la de Kirishima.

- Auch… ¿Por qué estabas ahí, Kirishima-kun? – preguntó sobándose su frente.

- Intentaba despertarte antes de que Bakugō lo hiciera a su manera. – el pelirrojo también sobaba su frente con una sonrisa nerviosa.

- Lo siento. – susurró la chica y se levantó.

- ¡Princesa! – Megumi miró al cenizo con enojo. – ¡Termina de apagar la fogata para irnos!

- Como usted ordene, imbécil-san. – le hizo una reverencia y se acercó a la fogata. Kirishima rio y recibió un golpe de parte del cenizo.

- ¿Estás segura que es buena idea ir con ellos, Uraraka-san? – el pecoso le susurraba a la castaña.

- Deja de tener miedo, Izuku-kun. – levantó sus brazos estirándose.

- ¡Ya muévanse! – gritó el líder cerca de Midoriya haciéndolo saltar en su lugar.

Cuando Megumi termino de apagar la fogata, los 5 comenzaron a caminar en dirección al castillo, llevaban un cuarto de camino, es decir faltaban 5 días para llegar al destino.

Bakugō encabezaba la caminata, detrás de él se encontraba Megumi junto a Kirishima y por último Uraraka junto a Midoriya.

Katsuki fruncia su ceño de vez en cuando por lo que hablaban los dos que iban tras de él, sus temas eran estúpidos y parecían niños. Unos gritos en su camino los interrumpieron.

- ¡Mina ven aquí! ¡Eres una ladrona! – una chica de cabello rosa pasó corriendo al lado de ellos, el cenizo soltó un gruñido.

- ¡El ladrón eres tú, Kaminari! – gritó riendo la chica y se escondió tras Megumi y Kirishima. Kaminari freno de golpe al ver a Katsuki.

- B-Bakugō. – el chico tartamudeo al verlo.

- Kaminari, creí haber sido claro la última vez. – el ojirubí miraba con rencor al rubio.

- ¡¿Quién es ella, Bakugō?! – pregunto Mina llamando la atención.

- No te importa, mapache. – Katsuki giró su cara para continuar caminando.

- Oh, pero qué señorita tan bella, un placer conocerla, soy Kaminari Denki. – el chico pasó de Katsuki y se dirigió hacia ella tomándole la mano para besarla, pero un manotazo lo hizo detenerse.

Bakugō había tomado la mano de la pelinegra y lo fulminaba con la mirada.

- Aléjate de ella, estúpido. – Bakugō tiró de la mano de la chica para alejarse de los nuevos chicos.

- ¿Q-Qué haces, imbécil? – la pelinegra se soltó frenando el caminar de ambos. Katsuki frunció aún más su ceño mientras gruñía.

- Bakugō… – susurró Kirishima para que se calmara.

- Este estúpido es un embaucador, es mejor que te alejes de él, ¿O ya no estás interesado en Jirō? – Kaminari tragó en seco y desvío su mirada.

- Soy Megumi. – la pelinegra hizo caso omiso de las palabras de Katsuki y se acercó a ambos chicos.

- ¡Ashido Mina! – se presentó la pelirosa, Bakugō bufó.

- ¿Qué haces aquí, Mina? – preguntó el cenizo masajeando su sien.

- A-Ah…

- Creí haberte dicho que cuidaras la tribu con Jirō.

- S-Si… Eso… Mitsuki-san nos mandó a cazar. – jugueteo con sus dedos nerviosa.

- ¿Y tú que hacías con ella? – esta vez se dirigió a Denki, el rubio se tensó.

- L-Las ayudaba…

- Así que aprovechaste de que yo no estaba para acercarte a la tribu. – Bakugō entrecerró sus ojos con enojo.

- Bakugō, es mejor continuar o no llegaremos al castillo. – Kirishima se había acercado a su amigo para calmar el ambiente.

- ¿Van al castillo? – preguntó la pelirosa. Megumi asintió sonriéndole.

- Vuelve a la tribu, mapache y tu estúpido, no te quiero cerca. – dicho eso el cenizo continuo con su caminata.

- Espero volver a verlos. – Megumi hizo una reverencia y corrió hasta Katsuki.

Continuaron caminando en silencio por parte de la mayoría excepto por la pelinegra que le preguntaba demasiadas cosas al cenizo, este trataba de no escucharla y relajarse. Su día se había arruinado al ver la cara de idiota.

- ¿No te cansas de preguntar? – se quejó el cenizo con una notable vena sobresaliendo de su frente.

- ¿No te cansas de ignorarme? – preguntó esta vez la pelinegra sonriendo.

- Eres insoportable.

- Tú también, pero aun así sigo caminando junto a ti. – la chica largó una risa.

- Te responderé cuando este de mejor humor. – el cenizo se adelantó dejándola sola.

- Es raro ver a Kacchan así… – susurró el peliverde a sus acompañantes.

- Si… Es sospechoso. – Uraraka entrecerró sus ojos viendo al cenizo.

- Ni con Mitsuki-san es así. – comentó esta vez Kirishima.

- ¿De qué hablan? – Megumi había llegado junto a ellos y se tensaron.

- N-Nada. – el pecoso entró en pánico ante la cercanía de la chica.

- ¿Siempre es así de rabioso? – preguntó la pelinegra apuntando a Katsuki.

- Sí. – respondieron los tres causando risa por parte de la chica.

- Kirishima-kun. – el nombrado la miró. – ¿Puedo saber por qué el imbécil reacciono así?

- Ven. – el pelirrojo guío a la chica para alejarse del cenizo. – Verás… Mina, la chica que viste hace poco, es una de las guerreras de la tribu en donde vivimos, hay más guerreras y entre ellas esta Jirō, es una de las mejores, por eso Bakugō la protege, porque es necesaria para proteger la tribu y bueno… Ella está en un romance con Kaminari y… Él es un ladrón que intento robar en la tribu, es por eso que Bakugō no soporta verlo. – la pelinegra miraba asombrada al chico mientras le narraba la pequeña historia.

- ¿Por qué no lo mató?

- ¿Eh? – Kirishima ladeo su cabeza asombrado.

- Digo, se ve que el imbécil mataría a cualquiera que no le guste o le interfiera y dudo que en este lugar juzguen por matar.

- Eso es verdad, Bakugō no lo mató por las súplicas de Jirō y por eso no le tiene permitido acercarse… Aunque si hay alguien que habría juzgado el comportamiento de Bakugō.

- ¿Quién? – preguntó curiosa.

- Todoroki.

- ¿El príncipe?

- Sí. – la pelinegra comenzó a pensar en silencio, no era como en su mundo, estaba prohibido matar.

- ¿Estás satisfecha con las respuestas, princesita? – Katsuki se encontraba frente a ella con el ceño fruncido, ella levantó la mirada seria.

- Si, gracias Kirishima-kun. – pasó del cenizo sonriéndole al dragón. – Deberías dejar de fruncir el ceño, envejeras rápido. – Kirishima lanzó una risa nasal y la siguió. Katsuki gruñó y pasó junto a Izuku y Uraraka.

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Uy...casi un año ha pasado. Retomaré está historia y comenzaré a publicar otra, espero no volver a desaparecer 🤭

Entre mundos (Bakugo x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora