Un equidna de pelaje rojo salía de su casa mientras guardaba su termo en donde tenía su segundo café de la mañana para poder rendir lo mejor que podía, al lado de su casa había una hilera más de casas pero él se concentró en la de su derecha que aún tenía ese letrero de venta
Ni los mejores vendedores eran capaces de cumplir con su labor debido a la mala historia que él conocía muy bien pero a los segundos de observarla siguió su camino hacia su auto para prepararse para otro día más de pesado trabajo
Pero antes de ir a su trabajo debía ir a un condominio donde estaba desde hace tres días su amigo zorro con una fiebre pero para su suerte no presentaba síntomas graves como para llevarlo a urgencias, se subió en su amado vehículo, lo encendió y con precaución condujo hacia el hogar con su amigo
En cada semáforo rojo en el que se detenía revisaba su mochila revisando que nada le faltara y cuando lo verificaba se estiraba soltando un fuertes quejidos y podía sentir como sus huesos tronaban en el proceso, decidió poner la radio para despejar su ajetreada mente
Unos cuarenta minutos llegó a los departamentos, estacionó su coche y entró mientras se colocaba su mochila en su musculosa espalda, no hubo necesidad de usar el elevador así que al llegar a la primera sección tocó la tercera puerta
-Ya llegué-la puerta blanca se abrió sola y el pelirrojo entró notando que su amigo zorro no había sido quien le abrió; así que tan solo hizo una mueca mientras la puerta se cerraba por si sola-Que caballeroso-colocó su mochila en el sofá logrando esquivar a tiempo una almohada que flotaba en el aire tratando de golpearlo-Muy gracioso mocoso, anda se un buen niño y llévale sus medicinas-
Sin reaccionar como los pequeños botes de medicina flotaban hacia el cuarto del zorro rubio tan solo sacó una carpeta bastante gruesa y sacaba su cajetilla de cigarros
-Tails, el poli molesto ya llegó-Sonic al entrar al cuarto hacía un puchero la no poder jugarle una broma-Ten, tomate tus medicamentos-
-Gracias Sonic-el zorro estaba envuelto en una sábana bastante delgada debido a los escalofríos que sentía, con mucho trabajo se levantó agarrando su vaso de agua que tenía en su mesa de noche y se tomó las pastillas con rapidez para volver a envolverse en su cama
-¿Tails vas a estar bien?-la pequeña coneja estaba sentada al borde la cama mirándolo con suma preocupación
-Si Cream, solo necesito descansar un poco más-
-¿Cómo va tu temperatura?-su amigo vivo entró al cuarto asustando a la niña quien a pesar de que sabía que no podía verla se escondió detrás de Sonic-¿Ya desayunaste algo?-
-Hola Knuckles, gracias por venir, si, Honey me trajo comida para todo el día y ya me está bajando-
-¿Hablaste con tu jefe?-
-Steve habló con él y lo entendió, solo debo darle mi comprobante que ya tengo para que justificar estas faltas-se quitó la sabana al dejar de sentir frio y miró a su amigo quien no le quitaba la mirada notando lo molesto que estaba-¿Me vas a regañar?-
-¿Tu qué crees?-
-Tenle piedad a un pobre enfermito-
-El enfermito se lo buscó al dejar que un fantasma entrar a su cuerpo por más de unos minutos-el pelirrojo se sentó en la orilla de su cama mientras se ponía un cigarro en la boca
-Era una situación desesperada, no fue nada grave-
-No has salido de tu cama en estos días y no me vayas a decir que lo que hiciste en ese lugar no tuvo nada que ver-
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El ayudante de la muerte
FanficEn aquel cementerio olvidado se podía apreciar un gigante árbol, al acercarte podías ver un cartel de madera colgando que tenía lo siguiente escrito en tinta roja: "Si deseas mi ayuda sigue estas tres simples reglas: 1° No debes hablarme en público ...