Capítulo 4: Sin descansar.

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Hola a todos los que leen esta historia :) Como siempre, el fin de semana es mi turno de publicar y les dejo el cuarto capitulo. Espero les guste y si tiene alguna pregunta no duden en hacerla.

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El teléfono del moreno sonó una vez más, lo miró desde el gran sillón de donde estaba y suspiró.

- ¡Dai-chan, contesta! -protesto una chica de cabello rosa, entrando a la habitación. Se acercó hasta el aparato y tomo la llamada - Habla Momoi Satsuki, Manager de Aomine -dijo la muchacha.

Otra vez era el entrenador del equipo nacional de básquetbol, Aomine era parte del grupo principal y ya hace más de cuatro meses que no asistía a los entrenamientos ni juegos.

-Lo siento, Daiki no irá hoy -Momoi pido las disculpas en nombre del moreno.

>>-No hay problema, entendemos el caso de Aomine, pero nos gustaría que el volviese en cuanto pueda, es uno de los jugadores importantes -añadió el entrenador

-Muchas gracias señor.

>>-Informale que puede tomarse el tiempo que necesite

La chica volvió a agradecer la comprensión del hombre y finalizó la llamada.

Se disponía a regañar al muchacho pero este se levantó del lugar donde yacía, tomo una chaqueta, las llaves de su auto, su celular y caminó hasta la puerta de entrada - ¡Espera! -gritó Satsuki, pero en ese mismo momento un joven de cabello claro apareció en el lugar.

-Aomine-kun ¿Dónde vas? -habló suavemente Kuroko.

- ¿Dónde crees? -soltó Daiki agotado.

-No puedes, debes descansar más -Tetsu notó el cansancio en los ojos azules de Aomine, esos últimos meses no había descansado lo adecuado, pasaba día y noche recorriendo las calles de la ciudad en busca de Nanao.

- ¿Crees que tengo ganas de dormir? ¡Han pasado meses y aun no puedo encontrar a Nanao! -Gritó Daiki totalmente descontrolado -No puedo descansar sabiendo que... que tal vez ella... -la voz del moreno se quebró de solo pensar en lo peor que pudiese haberle pasado a su chica. -Solo dormiré tranquilo cuando este en mis brazos -soltó antes de desaparecer por la puerta.

- ¡Daiki, espera! -Momoi trató de ir tras Aomine pero Kuroko la detuvo.

-Momoi-san, dejalo. Puedo entender la frustración que siente Aomine-kun en este momento.

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Encendió la lámpara que estaba junto a ella, se apoyó en la pared y observó aquella luz que comenzaba a parpadear. Hiro, en su faceta de persona amable, le había llevado un colchón y aquel foco luminoso, con el cual Nanao pasaba las horas perdida en sus pensamientos. Eso era lo más cercano que tenia de la realidad, porque sabía que todo aquello era una pesadilla.

Escuchó algunos pasos sobre ella pero estaba tan deshecha que no deseo mover ni una pestaña. Los pasos iban de un lado a otro, como si aquel joven estuviese nervioso y aquello no era nada bueno para Nanao.

Su vista bajo hacia el borde de aquella colchoneta manchada y noto sus piernas cubiertas de morenotes y heridas. Siguió recorriendo su cuerpo con la mirada y ya no se sorprendía al notar cada parte del cubierto por sangre seca, costras y algunas quemaduras. Sabía que ya no podía sentir un dolor más grande que el que ya vivía.

Los pasos del joven comenzaron a bajar por la escalera, Nanao estaba en el pequeño sótano de esa casa y había escuchado las sirenas de policía muchas veces pasar cerca de ahí. Aquello debía ser lo que tenía tan inquieto a Hiro.

Say, I love you [Aomine Daiki] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora