#5 - GdlG. {En busca de la verdad} (Quinto libro de la saga purpura)

CAPÍTULO 3

-Vale, ¿Cuál es el plan? – Dije mientras miraba con asco la comida de la cárcel.

-Para salir de aquí habrá que llegar a esa torre. - Indico Rocket señalando una gran torre de metal donde un puñado de guardias vigilaba el comedor. –Voy a necesitar algunas cosas. Para empezar los guardias lleva unos brazaletes de seguridad, necesito uno de esos.

-Dejádmelo a mí- Dijo Gamora.

-Bien, ese tío de ahí. Necesito su pierna ortopédica- Mire raro a Rocket.

- ¿Su pierna?

-No te creo ¿Para que la necesitas? - Dije extrañada.

-Necesito su pierna y ya, no necesito nada más de él.

-Y para acabar, necesito un imán potente y algo puntiagudo. He visto de lo que eres capaz y necesito esa cosa de tu cuello fuera.

- Me parece bien, De eso me encargo yo. Dije mirando a mi alrededor para ver donde podía encontrarlo.

-Ah y casi se me olvida. En la pared de atrás hay un panel negro. Con una luz que parpadea. Detrás, hay una batería de quamix, una caja mirada con cables verdes. Para entrar en esa torre la necesito sí o sí.

- ¿Y cómo vamos a conseguirla?

-Seguramente esos calvo rotas os encuentre atractiva, podéis hacer un trueque. - Dijo como si nada el roedor. Le fulminé con la mirada mientras le sacaba el dedo.

-Es imposible cogerla- Puntualizo Peter. - Está a 6 metros de altura y está en medio de una pared en la zona más vigilada de toda la cárcel. Es imposible subir sin ser visto.

-Tengo un plan y ese plan necesita esa maldita batería de quamix. . .

-Chicos. - Les interrumpí para que me prestaran atención pues delante de nuestras narices Groot se estaba llevando la batería como si nada.

-Un segundo niña, esto es importante. - Me corto- al quitar la betería todo entrara en modo emergencia, por eso se debe de coger la última.

-Muy tarde. - Dije, ellos me miraron extrañados para un segundo después de sonar todas las alamas.

-O podemos cogernos la primera e improvisar.

-Ahora os veo. - Dije mientras salía corriendo.

Venga _________ piensa. . . donde puedo conseguir algo afilado y un imán, venga piensa, piensa.

En ese momento mi bombilla se ilumino.

Corriendo me dirigí a la segunda planta donde se encontraban las celdas, el cansancio y la poca energía me consumían, pero eso ahora no me importaba. Lo único que quería ahora era salir de esta asquerosa cárcel, llegar a la tierra y dormir en mi cómoda cama durante un mes.

Al llegar arriba un guardia con una pistola se me interpuso en mi camino.

-Arriba las manos. - Yo las subí con tranquilidad. – ahora diríjase a su celda despacio. - Me acerque a el despacio para en un segundo desarmare y golpearle fuerte en la cara dejando lo inconsciente y a mi casi sin aire del esfuerzo.

-Mierda. – Dije mientras movía mi mano frenéticamente intentando que el dolor por golpear a aquel patán se me fuera- No recordaba que pegar puñetazos doliera tanto. - Mire con interés la pistola, no sabía lo que hacía, pero lo que si sabía es que seguro que hacía daño. Apunte a una de las cerraduras de las celdas y apreté el gatillo. Un gran rallo salió haciendo que la cerradura se rompiera. Unos mil pedazos. – Ya sé que le voy a regalar a Tony por navidad.

Entre los trozos busque un imán pues aquellas puertas se cerraban con imanes para ejercer una fuerza mayor.

Al encontrarlo cogí también un trozo afilado de metal y salí corriendo al punto de encuentro.