Hogar (Mystrade)

3. En mi mente

Mycroft se queda solo en casa y lo único que puede hacer es sentirse triste ¿Puede a caso creer en Greg? ¿En su promesa de arreglar las cosas? Sabe que Lestrade no es una mala persona, es noble, amoroso y cálido, pero cuando los sentimientos lo abruman es irracional y toma decisiones estúpidas, Holmes quiere perdonarlo solo por eso, está desesperado por encontrar una justificación con la cual quitarle a Greg el peso de lo que le hizo, porque lo ama con todo el corazón que no creía que tenía.

Se frota la cara con las manos tratando de despejar sus pensamientos, camina hasta la ventana y observa, se da cuenta que es como si el aura depresiva que lo envuelve estuviera solamente al atravesar la puerta de su hogar.

En momentos así desearía tener un amigo en quien recargarse, necesita a Anthea, pero no va a molestarla en su fin de semana por algo que sucede enteré el y Greg, sería demasiado injusto de su parte, todavía queda Sherlock y cualquier persona con un poco de sentido común sabe que Sherlock no es la persona indicada a quien pedirle consejos de amor, eso es todo, no hay nadie más en su círculo social en quien pueda confiar para tratar asuntos tan delicados como el enamoramiento.

Por primera vez en mucho tiempo regresa a la cama en vez de encerrarse en su oficina a revisar correos y documentos hasta el cansancio, necesita pensar en otras cosas, confiar un poco en su parte emocional antes que la racional, tal vez eso le de las respuestas que está buscando.

Hace listas mentales de lo que podría salir bien o mal y se pierde en ellas.

Greg bien podría cumplir con lo que dijo y si no terminaban como pareja podrían retomar su amistad, no quiere eso pero estaba dispuesto a aceptarlo si era la única opción de llegar a buenos términos.

O tal vez Lestrade le estaba mintiendo, podría ser que hubieran intereses sexuales de por medio pero al primer llamado de su esposa Greg regresaría como un cachorro a su amo.

O lo más fantasioso de todo, Greg terminaba amándolo como el lo ama, serían una bonita pareja que se despierta todos los días con apodos cariñosos, besos y abrazos, se mudarían juntos, cenarían juntos y todo sería un sueño hecho realidad.

Mycroft quiere ese afecto y dulzura, está dispuesto a darle la oportunidad a su corazón y si no funciona al menos el recuerdo de las caricias fantasmas de Greg se quedarán en su cama. Quiere confiar en el hombre que ama incluso con los ojos cerrados, porque no le importa con quién esté su amor, no puede dejar de pensar en él, así que toma su teléfono y manda un mensaje muy corto.

Quiero intentarlo
MH~

...

El restaurante donde cenan es lindo, hay un buen ambiente, Elizabeth se ríe por décima vez esa noche, su amante es realmente divertido y encantador con ella, siente una calidez y alegría que en mucho tiempo no había sentido, adora estar rodeada de atención, de lujo, esto es lo que tal vez siempre buscó con egoísmo.

No piensa ni un poco en Greg ni en lo que sufre, ella solo quiere ser feliz en los brazos de otro hombre mientras su esposo se hace un lío de emociones incontrolables.

Harold es un tipo encantador, de mediana edad como Greg pero con el cabello negro y abundante, tiene ojos azules profundos, pero sobre todo tiene un increíble sentido de complacencia para con Elizabeth y si también tiene mucho dinero al pertenecer a una importante forma de abogados

Elizabeth no tiene intención de regresar a casa, al menos no pronto y si lo hace será con más sorpresas desagradables que el simple hecho de su presencia.