Parte 1 Sin Título

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-Ya déjenlo.- Soltó un chico de 28 años.-

-Ese gato se robó nuestra hamburguesa. - Y ahora nos la paga. Soltó un chico de quince años.

-Si es dinero lo que quieren tengan tómenlo. Dijo el chico dejando caer todo el dinero de su cartera-. Pero dejen en paz al pobre animal.

Los chicos parecían considerarlo tenían agarrado por el pelaje a un gato flacucho de pelaje gris claro y ojos rojos, el felino trataba desesperadamente de arañarlos sin éxito alguno. Mientras soltaba unos maullidos terribles. Finalmente, uno de los chicos que parecía ser el más corpulento soltó al animal y dijo.

-Aquí tienes a tu cochino gato.

Los dos agarraron el dinero y salieron corriendo, el chico de 28 años, desgarbado y de rostro suave, miró al gato que salió cojeando hasta un bote de basura. El chico no quería dejarlo solo así que fue detrás de los botes de basura para mirarlo. El minino estaba asustado y refugiándose entre los botes de basura, tenía un ojo cerrado lagrimeando y el otro abierto, el joven pudo ver algunas marcas de lo que esos salvajes le habían hecho.

-Eyy, no temas. Todo estará bien. Soy un amigo.

El chico dio gestos con la boca para que el gatito se acercara, finalmente el gato entró en confianza y se acercó al chico. El joven le dio unas cuantas caricias para que el gato se ganara su confianza cuando la obtuvo, el chico cargó al gatito y se lo llevó.

-No te preocupes, mi hermanastra es veterinaria vas a ver que te pondrás bien.

El gato comenzó a frotarse contra los brazos del chico, y emitir un ronroneo, las sensaciones se sentían muy cálidas así como reconfortantes. El chico llevó al gato a una veterinaria localizada entre la avenida principal con la sexta allí había un montón de otros animales, loros, perros, hurones, conejos etc. Una pareja de esposos sostenía a un Pomerania mientras que uno de los veterinarios les restaba lo que parecía ser un shampoo antipulgas. El chico se sentó con el gatito entre sus manos, mientras esperaba su turno. Cuando la pareja se fue, el chico que había recibido a la pareja miró al recién llegado.

-Ahh, Shinji. ¿tienes cita?

-Emm, no exactamente. Pero necesito ver a mi herma.. digo a la doctora ¿está?

El chico pareció dudoso pero fue al interior de la veterinaria donde estaba la sala de observación para los animales, allí, el chico llamado Shinji vio como el joven estaba hablando con una mujer joven de cabello corto azul y ojos rojos, vestida con una bata blanca. Los dos se quedaron viendo al chico, y su ayudante se acercó a Shinji.

-Shinji dice la doctora que pases.

-Gracias Touji.

El joven entró a la sala para ver a su hermanastra limpiando la mesa de observación, la joven mujer volteo a mirar a Shinji.

-Shinji-kun qué te trae por aquí.

-Perdóname Rei-chan. Es que..

Shinji le mostró a la joven el gatito que en ese momento había emitido un débil maullido.

-¡oh! Dijo ella.

-Unos jóvenes lo estaban golpeando así que lo salvé.

-Vaya, Shinji-kun era muy valiente.

-Es que bueno ya me conoces. No me gusta ver a los animales siendo maltratados.

Rei le dio una mirada tierna a Shinji y con un gesto de su dedo le indicó a Shinji que pusiera al gato sobre la mesa. El chico siguió la indicación de su hermana y puso al gato sobre la mesa mientras lo revisaba tocando sus costillas, el gato emitió un maullido e intentó morderla.

-emm. Tiene una costilla fracturada.

Shinji temió lo peor, "malditos salvajes" qué derecho les daba ser tan crueles con ese pobre gatito. Shinji estaba colérico si ese gato les había robado la hamburguesa era porque de seguro tenía hambre.

-Qué se puede hacer por él?

-No es necesario tratarlo quirúrgicamente. Pero necesito darle un medicamento especial y vendaje, lo tendré en observación. Te informaré mañana qué tal ha sido.

Shinji asintió, Rei lo miró y le dijo a su hermanastro.

-Tranquilo se pondrá bien. Por otra parte, es un gato muy lindo.- Jamás había visto ese tipo de iris.

-¿no?

-Y por qué tiene los ojos rojos? ¿le habrá pasado algo?

-No. Es una malformación debe ser algo genético. Probablemente su madre era una gata blanca.

Shinji solo asintió, era un extraño color para un gato, pero suponía el hombre joven que era parecido a esos gatos que tenía un color diferente en cada ojo. A pesar de que el joven quiso quedarse un poco más tiempo con el pequeño gatito, su hermano lo convenció para que regresara a su apartamento. Shinji terminó aceptando, aunque esto no le convencía del todo. 

Little's cat affectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora