Parte sin título 4

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Las tentaciones felinas eran cada vez más tentadoras que en otras ocasiones, Kaworu tenía además la necesidad de dormir, no se acostumbraba a dormir solo la hora en la que regularmente lo hacían los humanos, y su propio cuerpo le exigía al menos reposo. Con mucho trabajo, Kaworu logró calmar esa necesidad. El otro problema era el asunto de la cacería, sobre todo cuando los pájaros se posaban en la ventana, Kaworu se les quedaba viendo casi embelesado. Algunas veces, el chico de cabello peli-gris se preguntaba cómo rayos le hacían los humanos para contenerse, generalmente, los gatos cuando querían algo lo tenían, no había conceptos como moralidad y reglas. Por otra parte, Shinji siguió buscando a su gatito con ayuda de su nuevo amigo, pero simplemente se fue, el chico de cabello castaño-oscuro se lamentaba no haberle podido tomar una foto a Tabris cuando tuvo la oportunidad pues pudo usarla para hacer un panfleto y entregárselo a la gente que pasaba por las calles para preguntarles si sabían algo de Tabris. En algunas ocasiones, Shinji salía con los vecinos a preguntar pero siempre obtenía las mismas respuestas: nadie le decía nada. El chico regresó a casa bastante triste con su cara llena de preocupación. Por otra parte, Kaworu se le acercó a él mientras le ofrecía un vaso con agua, le hubiese gustado aprender hacer un café o té pero hasta ahora lo único que había aprendido era cómo servir el agua y el cereal. Shinji por otra parte le sonrió al chico que tenía enfrente y le dijo.

-Sabes. A pesar de que eres un poco extraño, la verdad disfruto mucho tu compañía.

-Yo también. Has sido muy amable conmigo. Le dijo el chico.

Shinji solo sonrió mientras el joven peli-gris se sentaba a su lado mientras ponía sus manos sobre su regazo. El chico de cabello oscuro se llevó el vaso a sus labios para beberlo. Kaworu por otra parte se le quedó mirando con una sonrisa bastante bonita. La verdad es que extraño no era la palabra que el utilizaría para describir a Kaworu, pues a pesar de sus cosas extrañas, es que él era bastante atrayente con su belleza extraordinaria, esos peculiares ojos rojos, ese cabello gris, quizás no había otra persona que poseyera su misma belleza. Era casi como un sueño. Ambos se perdieron en los ojos del otro durante un lapso de unos minutos hasta que el timbre sonó. Shinji se sobresaltó, Kaworu se quedó en la sala. El joven se acercó a la puerta: "Rayos" pensó que mal momento habían elegido.

-¿Quién? Preguntó.

-Somos nosotras. Dijo una voz femenina.

Shinji abrió la puerta allí se encontraba su hermanastra Rei con una tarta en sus manos, en compañía de una chica con anteojos, de cabello castaño y dos coletas alargadas ésta última saludó muy afectuosa a Shinji.

-Cachorrito. Dijo la chica joven entusiasmada.

-Hola, Mari. Saludó Shinji.

Mari también trabajaba en la veterinaria junto con Rei, mientras que la primera se encargaba de la revisión de los animales, Mari se ocupaba en bañar a los perros que llegaban. A la novia de su hermanastra le encantaba bañar a los perros, poniendo especial detalle en ello. En ocasiones Mari olía un tanto a can pero la verdad es que a ella no le importaba en lo más mínimo, seguía haciendo bien su trabajo.

-Emm. Qué hay de nuevo. Preguntó Shinji.

-Venimos para ver si necesitabas ayuda con Tabris.

-¡oh! Muchas gracias, Mari. Pero que ahora no es necesario.-.

Rei echó un suspiro mientras que posaba la mirada en la de Kaworu quien estaba en el sofá con la mano alzada y con la vista enfocada en las recién llegadas. Al saber que su hermana estaba contemplando a Kaworu, Shinji se la presentó.

-¡Ahh! Rei, Mari. Él es Kaworu. Se quedará aquí unos cuantos días.

-¿Kaworu? Inquirió Mari. -Un placer-.

Little's cat affectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora