Parte sin título 8

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Shinji seguía sin poder creer que el gato que había salvado tiempo atrás Tabris era en realidad Kaworu, no podía creerlo había cambiado su fisionomía para lucir como un humano pero en el fondo seguía siendo un gato. El chico de cabello peli-gris no podía realmente mirar a Shinji a los ojos, pues no se consideraba digno. Es decir, él era un animal y Shinji un ser humano, claramente la barrera entre especies era enorme. El chico miró a Shinji.

-Tabris.. Tú..

-Si, Shinji. Era yo todo este tiempo. Cuando tú te fuiste aquella vez, encontré a una anciana pidiendo por comida. Gracias a la bondad que tu me mostraste aquel día, intenté hacer lo mismo y darle a esta anciana algo de comida. Sin embargo, aquella vieja mujer resultó ser la diosa Izanami, la señora del Mundo. Ella me permitió ser humano si lograba una semana reprimir mis instintos felinos pero.. No estoy pidiendo que me creas.

Shinji no podía creerlo y era difícil de digerir, sabía de los dioses creadores, debido a que en la primaria hablaban de diversos cuentos donde los involucraban pero nunca imaginó que dichos dioses existían, y que se pasaban por las calles. Sin embargo, ahora que había visto a Tabris convertido en un humano, la verdad es que comenzaba a creer todo aquello. Sin embargo, algo dentro suyo le dijo a Kaworu.

-Tabris. Ven conmigo.

-La diosa Izanami tuvo razón todo este tiempo. No puedes vivir con los gatos como si fueses uno, ni tampoco yo puedo vivir con los humanos como si fuese uno. Somos tan diferentes como el agua y el fuego. ¿Cómo pude pensar que esto funcionaría?

Shinji se acercó a él mientras depositaba un beso en sus labios y le dijo.

-Ojalá eso de que los gatos puedan reencarnar sea cierto, porque quisiera conocerte como humano y enamorarme de ti.

-Ya no lo podré hacer. Perdí mi condición de reencarnar al pedir mi deseo a la diosa Izanami. Esto será un adiós definitivo Shinji. Lo único que puedo hacer es desear que encuentres un humano que sea digno de tu amor.

-Pero yo no quiero a nadie más. Exclamó Shinji llorando.- Comprendí que te amo, Tabris. Sé que esto es raro, pero yo.

Kaworu le dio un beso en los labios y le dijo dándole un beso a los labios.

-Tuvimos un bonito sueño, Shinji Ikari.- Solo un sueño.

Shinji no podía controlar sus lágrimas el solo hecho de que estaba apunto de perder a Kaworu para siempre era motivo suficiente de llorar, jamás alguien le había proliferado un amor tan sincero como el que Kaworu le dio. Alguien que fue capaz de renunciar a su condición de reencarnar solo para estar con él. Ojalá Shinji hubiese podido hacer lo mismo por Kaworu, pero cómo hacerlo, no tenía ni idea de dónde podría encontrarse con aquella Diosa que le dio a Kaworu el don de ser humano. El joven estaba apunto de sugerir que podría convertirse en un gato solo para estar con su amado pero esto era imposible tan poco, seguramente la señora del mundo le pondría la misma prueba que a Kaworu, y algo pasaría para no realizarla. El joven simplemente le quedó aceptar ese destino tan cruel, Kaworu le dio un beso y le dijo.

-Siempre estarás en mi corazón.

La hora de irse simplemente sucedió, Shinji pudo ver cómo Kaworu poco a poco se iba desvaneciendo hasta desaparecer de la habitación. No hubo rastro de lo que fue ni tampoco del animal que originalmente era, Shinji se quedó solo muy quieto en esa habitación. Llorando.

El gato Tabris se quedó en una azotea mientras se dedicaba a contemplar al chico de 28 años que lo había salvado, se notaba lo sufrido que estaba. Tabris deseaba pedirle algo más a la gran Diosa Izanami pero no sabía si estaba en su poder dárselo. Ya le había pedido demasiadas cosas a la Gran Diosa creadora, quién sabe si pedirle algo más era factible.

Little's cat affectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora