Mari le dio unos golpecitos a su novia en el hombro, para que pudiese contemplar la tan hermosa escena de Kaworu y Shinji, las dos mujeres miraron la escena con bastante ternura. Mari pasó una mano sobre el hombro de Rei y le dijo.
-Vaya a Shinji se le ve muy bien.
-Sí. Jamás lo había visto tan contento con una pareja.
-¿Crees que por fin asienta cabeza?
Rei no estaba segura de ello, es verdad que Shinji se le veía bastante cómodo con Kaworu, y realmente rezaba a los dioses de que realmente le hayan enviado a la persona correcta a Shinji. Su hermanastro merecía ser feliz después de la muerte de su padre, la indiferencia de su padrastro, así como también varias relaciones fallidas.
-No seremos nosotros quienes decidamos si Shinji será feliz.
-¿no? ¿Y quién lo decidirá?
-Los dioses. Respondió tranquilamente Rei.
Mari quiso argumentar de que tal vez su novia estaba exagerando, también requería de la fuerza de voluntad de Shinji y Kaworu para que ambos pudiesen ser felices. La chica de lentes dijo a la joven peli-azul.
-Exageras, mi amor. Creo que también requiere que los dos muestren un gran compromiso con el otro. Pero en fin, vamos adentro, van a servir una tarta de manzana y me muero por probarla.
Rei sonrió mientras depositaba un suave beso en los labios de Mari, las dos se dirigieron adentro de la casa de Kensuke. Mientras se dirigían a la casa del chico, la chica de dos coletas caídas chocó contra una niña vestida con un vestido blanco de tirantes, sandalias abiertas, y dos trenzas cayéndole en el pecho.
-¡oh! Disculpa, cielo. Respondió Mari.
La niña volteo a mirar a la joven y le dijo con una sonrisa.
-No se preocupe, señorita. Le dijo la niñita guiñándole el ojo.
Mari quien se le quedó mirando a la niña que le sonrió, la joven de lentes se impresionó con su presencia, el aura de aquella chiquilla parecía brillar, y sus dientes eran demasiado blancos, parecían perlas en su boca. La niña de no menos de 7 años, se echó a reír, y salió corriendo hacia el bosque perdiéndose entre los árboles que estaban cubiertos por el manto negro de la noche. Mari había querido seguirla, pero en ese momento la mano de Rei la movió.
-Mari, cariño, Mari.
La aludida parpadeo y miró un tanto extrañada a su novia quien la estaba moviendo.
-¿Qué? ¿Qué pasó?
-Te quedaste quieta un instante. ¿qué pasó estás bien?
-Sí. Es solo que había una niña enfrente de mí ¿la viste?
-¿niña? ¿Qué niña?
-Estaba aquí, lucía un vestido blanco con tirantes. Y corrió hacia el bosque, ¿cómo no pudiste verla estaba enfrente de nosotras?
Rei la miró un tanto extrañada no dando crédito a las cosas que su novia estaba diciendo, Mari pasó su mano sobre su frente. Definitivamente se estaba volviendo loca, primero con lo de Kaworu oliendo a gato, y luego la presencia de aquella niña que había visto hace unos minutos. Tal vez era la falta de sueño, la veterinaria y bañar a tantos perros la estaba volviendo loca. Mari echó un suspiró y dijo.
-Bueno. Vamos a probar esa tarta luce deliciosa.
Rei asintió tomó la mano de su novia mientras la guiaba hacia la mesa donde estaban ya sirviendo los postres.
Shinji y Kaworu entraron después a la casa de Kensuke, para reunirse con el resto, había un montón de personas alrededor quienes estaba haciendo diversas actividades como estar sentados en los sofás, otros enfrente de la chimenea, mientras que otros estaba reunidos en la mesa de los postres. Kaworu alcanzó a divisar a Touji hablando con la misma chica de hace rato, la menudita con pecas, parecía muy feliz. Esta noche había sido mágica era como si los fuegos artificiales tuviesen alguna clase de impacto en el corazón de la gente. Shinji y Kaworu se sentaron cerca de un sofá de color beige donde se podían observar la estatua de un gato con un collar egipcio, aretes en las puntiagudas orejas y en la nariz, a Kaworu esa estatua le llamó poderosamente la atención. Jamás había visto algo parecido, qué significaba aquella estatua del gato. Shinji se le quedó viendo a su amigo y le dijo.
-Bastet.
-¿perdón?
-Según mamá me contó, era una deidad adorada en el Egipto Antiguo. Allí a los gatos se le tenía grandes consideraciones. De hecho, lastimar a uno era penado con la misma muerte.
Kaworu recordó ese momento en el que aquellos maleantes querían lastimarlo pues deseaba comer algo pues había pasado mucho tiempo sin comer. Shinji dijo con una sonrisa.
-Creo que eran sabios. La gente no debería lastimar gatos ni ningún otro animal.
Kaworu no dijo nada, pasó sus pálidos dedos por la estatua del gato y dijo. Tocando la nariz de la estatua y luego las largas orejas. El chico echó un suspiro.
-De donde vengo se tiene la creencia de que los gatos pueden reencarnar.
-¿En serio? ¿reencarnar?
Kaworu solo asintió con una gran sonrisa. Mientras alejaba su mano de la estatua y solo se le quedaba viendo embelesado. Shinji en cambio se le quedó mirando con mayor atención. Y le preguntó.
-¿y los gatos pueden elegir su siguiente vida?
-No lo sé. Respondió Kaworu.-
Es solo podía saberse una vez que el gato muriese y pasase a un espacio extraterrenal en donde se le daba la capacidad de acceder a una nueva vida. De acuerdo con la señora Izanami es que debido a su deseo, a Kaworu ya no se le permitiría acceder aquella vida extra. Así que se podía decir que quizás había accedido a esa habilidad antes de tiempo.
Shinji se le quedó mirando al chico y pasó su mano sobre su nuca, lo que había pasado hace rato entre ellos, el chico Ikari estaba un tanto confuso acerca de sus sentimientos. Pero de cierto modo reconocía que se había enamorado de Kaworu. Por otra parte, Shinji comenzó a sentirse un tanto culpable es decir, Kaworu estaba completamente desubicado aún no tenía idea de muchas cosas, no recordaba ni siquiera recordaba cómo se llamaba, y solo tenía el recuerdo vago de una hermana muerta. Además se notaba a simple vista de que Kaworu era todavía bastante ingenuo cualquier cosa que le hubiese pasado debió haber sido una experiencia traumática para no recordar casi nada de sí mismo.
-Emm, Kaworu, lo que pasó hace rato.. Yo deseaba pedirte perdón.
-¿por qué? Inquirió.
-Es que siento que no fue correcto. Siento que yo..
Kaworu le puso una mano sobre sus labios mientras que pasaba su mano sobre los labios del chico y le decía.
-Está bien. La verdad es que me gustas mucho.. Y bueno, sé que puedo parecer pesado pero..
-No, para nada. Tú has sido un gran acompañante.
Shinji se le quedó mirando los ojos del chico, era tan extraño, no dejaba de pensar en Tabris cada vez que los veía, esos ojos rojos tan profundos como la sangre, pero a su vez tan cautivadores y hermosos. Shinji y Kaworu se sentaron en aquel sofá mientras que el chico de cabello peli-blanco ponía su cabeza sobre el hombro del chico.
A partir de ese momento es que Kaworu pasó a dormir a la cama de Shinji, era un gran alivio saber que los dos habían declarado sus sentimientos. Kaworu antes de irse a dormir contempló a Shinji dormido sobre la almohada, poseía una mirada apacible suave. Kaworu a pesar de estar cayéndose de sueño, el contemplar a Shinji con aquel gesto tan suave y sereno, provocaban en Kaworu un gran sentimiento de pertenencia como si siempre hubiese estado allí. El chico pasó una mano sobre la frente del chico mientras se arrimaba más hacia él, si no tuviese aquel trato con la señora Izanami, Kaworu estaba completamente seguro de que comenzaría a ronronear para demostrarle parte de su afecto a Shinji. De hecho, la tentación de hacerlo era bastante latente, al menos frotarse contra él, el chico peliblanco se mordió el labio mientras se volteaba por el otro lado de la cama echando un suspiro. Solo un par de días más, solo dos días más, entonces todo terminaría.
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Little's cat affection
FanficTras haberlo salvado de unos maleantes, el gato Tabris desarrolla un gran enamoramiento hacia el chico que lo salvó. Pero es imposible no pueden estar juntos debido a la diferencia entre especies, pero quizás un milagro cambie la cosas.