Capítulo 1

1.3K 68 3
                                    

Nakajima Atsushi, un chico albino, alegre, amoroso, demasiado amable, de 18 años de edad con 1.75 m de altura, querido por todos y odiado por algunos un joven que forma parte de la Agencia Armada de Detectives, amigable, un lindo joven alfa, el sueño de alfa que muchos omegas quisieran, tenía amistades por doquier, y la mayoría eran omegas, las personas pensaban que era un alfa de aquellos que cambiaba de omega cada que podía, por su gran cantidad de amistades de ese género, pero no era así, lo que no sabían esas personas era la historia de cada una de sus amistades, solo la Agencia.

- ¿Haruki-kun te mando pasteles de nuevo? - preguntó el castaño

- Si

- Oh! Al parecer nuestro Atsushi-kun tiene pretendientes! - alardeo levantando las cejas repetidas veces.

- Como cree Dazai-san, simplemente lo veo como un amigo, aparte que no veo necesario que me agradezca tanto, solo hice lo correcto

- Lo sabemos Atsushi-kun, y la verdad es que eres una gran persona - dijo mientras le revolvía sus cabellos albinos

Y era cierto el pequeño albino no hizo nada más que lo correcto, aunque los demás crean cosas que no son, pues lo que no saben es la historia, una historia sencilla pero que cualquiera que le haya sucedido, estaría agradecido con él de por vida.

Simplemente era una noche donde el pequeño alfa había salido más o menos tarde de la Agencia, producto de eso optó por irse por los callejones, aunque corría el riesgo de encontrarse con alguien de la Mafia, y para ser específicos con Akutagawa, aun así se arriesgo, estando atento a cualquier movimiento sospechoso. Iba caminando hasta llegar a uno de los callejones más oscuros, sabía que no debía de meterse en problemas, pero su deber como protector de los ciudadanos de Yokohama tenía que hacer algo, y así lo hizo, en el callejón un grupo de vagos alfas tenían acorralado a un joven omega en pleno celo, Atsushi lo supo de inmediato, los alfas actuaban por instinto, pero por alguna razón él no, apesar de ser alfa y sentirse un poco atraído por los olores de los omegas el no perdía el conocimiento al punto de abalanzarse hacia la persona, no, él no, el nunca le hizo caso a su instinto, siempre le hacía caso a la razón y aparte de la razón, al bienestar de las personas, miro como los alfas se le abalanzaron al pobre chico que rogaba porque lo dejaran, caminando tranquilamente, habló

- Déjenlo en paz

Los alfas al darse cuenta de su presencia, se enfurecieron, no querían a un metiche alfa haciéndose pasar se héroe, y uno de ellos contestó

- O si no ¿que?

- Solo déjenlo en paz, él no quiere eso - dijo tranquilamente

Los alfas enfurecidos de que alguien se metiera en lo que lo que no le importa, se abalanzaron a él para golpearlo, Atsushi ni siquiera los rozo, simplemente se apartaba haciendo que se cayeran solos o se golpearan entre sí. Atsushi no quería hacerles daño y al ver que ellos no se dentendrian optó por la última opción.

- Dije que lo dejaran en paz - exclamó enojado haciendo uso de su voz de alfa y sacando su olor haciendo que el grupo se cayera de rodillas con las cabeza baja, pues nuestro Atsushi no sólo era alfa, sino que era un alfa puro, genial ¿no creen?

Los alfas se fueron corriendo llenos de miedo mientras dejaban en el callejón al albino y al joven omega, Atsushi al darse cuenta del estado del chico, se acuclillo y con voz suave dijo.

- Tranquilo, no te haré nada.

El joven estaba muerto de miedo, pero al ver que el albino no le hacía nada habló débilmente.

- Ayúdame...

Nakajima tomó al chico por lo hombros lo cargo y se lo llevó en brazos hasta su departamento, el que compartía con la pequeña Kyoka, una beta que al ver a Atsushi entrar con el chico ni siquiera preguntó, ya sabía que había pasado, pues no era la primera vez.

¡𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬! - 𝐒𝐡𝐢𝐧 𝐒𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮 [𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora