Power (Final Alternativo Duskwood)

Desolación (Bad ending).

La expresión en el rostro de Jessy tras su videollamada con Richy hizo que un pequeño escalofrío recorriera mi espalda. Tuvimos la verdad siempre ante nuestros ojos. Nunca fue Michael Hanson y, pese a que lo sospeché, nunca quise hacerle caso a esa parte de mi mente que me gritaba que era cierto, que era Richy quien estaba detrás de todo esto.

Nunca encajó nada. Su supuesta muerte me destrozó por completo durante los primeros días, pero en cuanto mi lado racional volvió a ser el que era fue cuando comencé a preguntarme cosas. Al principio eran solo pequeñas especulaciones, intentaba buscar una respuesta a esas preguntas que parecían no encajar con el perfil de Michael Hanson.

Tras mi conversación con Alan, y al saber que Hanson había fallecido,  más preguntas volvieron a mi mente y más me gritaba que tenía razón, que era Richy. Los mensajes que le envié a "Michael Hanson" a través del móvil de Hannah... En ese momento una parte de mí ya sabía que Richy era el culpable, sabía que estaba hablando con él pese a que no quería creerlo. Le dije que le entendía, que entendía su sufrimiento. Me faltaba mucha información aún para poder comprender todo, pero sabía que había algún motivo detrás. En el lado más oscuro de mi mente ya sabía que Richy tenía motivos para esto, y hoy, cuando me llamó, fue cuando quizá comprendí un poco más todo lo que había hecho. Me preguntó si le creería si dijese que estaba arrepentido, y nunca pensé que una pregunta tan simple fuese a llevarme tanto tiempo para contestar. Pasaron minutos, minutos en los que no sabía si debía actuar emocional o no, minutos en los que mi lado objetivo y subjetivo luchaban por tomar el control de la situación.
Le dije que sí. Que lo perdonaba. Podía entender su dolor, su miedo y su arrepentimiento. Y creo que eso fue, quizá, lo que hizo todo más difícil para mí, porque en cuanto su llamada con Jessy finalizó sabía que algo iba a pasar. Sabía que no se iba a entregar, y mucho menos iba a volver con el grupo. De nuevo, en la parte más oscura de mi mente, sabía que Richy no iba a salir vivo de esa mina, pero, de nuevo, aparté el pensamiento.

Me concentré de nuevo en el móvil para escribirle a Jake. Tenía que asegurarme de que salió ileso de ese lugar. El sentimiento de calidez que se apoderó de mi pecho cuando volví a leer su último mensaje llegó de nuevo a mi corazón, y una suave sonrisa se instaló en mis labios mientras leía una y otra vez su te amo. Segundos después esa calma se vio interrumpida por una vibración y un nombre en la pantalla. "Alan".

—¿Airelle? —Escuché la voz del agente de policía al otro lado del teléfono. Parecía tranquilo, pero estaba susurrando. Lo que fuese a decirme tenía que ver con Jake, los susurros me lo dejan más que claro. —Aquí estoy, Alan, ¿Qué sucede? —Se toma unos segundos para responder, no son buenas noticias. Mi corazón comienza a alterarse al no escuchar una respuesta. —¿Oficial Bloomgate? —Repito ahora con preocupación palpable en mi tono de voz, y tras otros segundos de silencio, por fin responde. —No soy la persona más adecuada para decirle esto, pero ha habido una explosión en la mina. —Siento mi pecho hundirse al escucharle, y mi respiración se altera levemente mientras espero a que continúe hablando. —Tenemos conocimiento de que habían dos personas más en la mina antes de que ocurriese el accidente. — Dos. Dos personas. Una es Richy. La otra es Jake. Niego con mi cabeza mientras una risa nerviosa sale de mis labios. —No puede ser, Alan, solo quedaba Richy dentro. —Digo mientras niego con mi cabeza y muerdo mi labio inferior con fuerza. —Registramos a otro individuo gracias a las cámaras de seguridad. —Hace una pausa y siento mi mundo caerse a pedazos antes de escuchar un suspiro por parte de Alan. —Sabes que el FBI está aquí y no por Hannah, ¿El hacker estaba dentro de la mina, Airelle? —Sí. —Susurro mientras mi voz se corta. Mi mirada se fija en la mano que tengo libre sobre el escritorio, y la realidad a mi alrededor comienza a dar vueltas mientras arcadas amenazan con salir de mi cuerpo con violencia. —Voy a intentar rescatarlo... —Le escucho decir, pero mi mente ya no tiene espacio para frases esperanzadoras que no llegan a ningún lado. —Pero no prometo nada. —Y ahí está, el pero que siempre aparece cuando un mínimo de esperanza hace presencia. La llamada se corta pero soy incapaz de apartar el teléfono de mi oído, como si eso fuese la única manera que tengo de apoyarme en un poco de fe. El dolor de cabeza comienza a atacarme junto a las arcadas que siguen sin cesar, y faltó muy poco para dejarme hundir, pero no podía, por más que quisiera, no podía. Jake podía, sabía que Jake podía con todo. Él iba a salir de esa mina y ambos nos veríamos en Duskwood, justo como habíamos acordado.