Black Sabbath; steddie

01

"Henderson, no voy a ir"

Eran palabras simples. Directas. A simple vista fáciles de pronunciar, ¿no? ¿Entonces por qué no las dijo?

Maldición.

Buscó los calcetines en su mueble y los metió a sus pies con violencia ¿Por qué aceptó en primer lugar? Su único día libre en meses y ahora estaba desperdiciado. Buscó sus zapatos debajo de la cama deshecha y mientras colocaba desordenadamente ambos tenis escuchó el teléfono, tropezandose voló escaleras abajo para contestar.

–¿Qué? –escupió.

–Vaya. –La voz al otro lado del teléfono rió con sorpresa– No sabía que hoy era navidad, digo, por tanto entusiasmo.

–Robin –se quejó, un mano con pesadez frotó su rostro somnoliento– Me estaba vistiendo.

–Ya veo...

–¿Podrías llamarme después? Espera, no, ni siquiera deberías llamarme ¿Por qué me llamas? –Espetó confundido– Vamos en unas horas, ¿no? Vamos juntos a ese juego de Dustin, ¿cómo se llamaba? Calabazas y trapeadores.

–Calabozos y dragones...

–¡Eso mismo! –apuntó– ¿Eso es? ¿Quieres que vaya a recogerte? –no esperó a que contestara– Puedo ir, por supuesto, pero tendrás que limpiarte los pies antes de entrar a mi auto otra vez, la última vez tus pies apestaban a queso. Oh, y ahora que lo recuerdo también debo buscar mis llaves, si me esperas un momento tal vez-

– No, espera. –lo interrumpió– Steve.

– ¿Qué?

Oyó una pequeña respiración, Steve levantó una ceja. Pasó un momento, como si Robin estuviera escarbando qué decir al otro lado de la línea.

–Vas a matarme...

–¿Qué ocurre?

Un silencio.

–Demonios Robin, me estás preocupando, vamos ¿qué ocurre?

–¿Recuerdas a Vickie verdad?

Steve frunció el ceño, su boca inmediatente abriéndose de la impresión. Sabía lo que eso significaba.

–¡Oh, no, no, no! ¡No te atrevas!

–¡Solo por hoy Steve, por favor! ¡Solo por hoy! –suplicó Robin– ¡Vickie solo tiene hoy libre!

–¡Prometiste acompañarme!

–¡Lo sé Steve, lo siento tanto! ¡Prometo compensarte! –se apresuró en decir– Iré y te conseguiré a la chica más linda de todo Hawkins Steve, pero por favor, no puedo desaprovechar esta oportunidad.

El castaño puso una mano en sus ojos con pesar– ....¿La más linda?

–La más linda que puedas imaginar...

Otro silencio. Robin tosió impaciente.

–Está bien– La contraria soltó un sonoro suspiro lleno de felicidad– Pero solo porque soy un ser humano increíble y entiendo lo difícil que es conseguir una bendita chica en este pueblo.

–Gracias Steve, te debo una.

–Me debes varias.

–¿Eso quiere decir que te debo varias chicas?

Steve rió.

–Tal vez– dijo, ahora sonriendo– Bueno Robin, te deseo suerte con Vickie, espero que gozes mucho su compañía a cambio de abandonarme.