El Lamborgini de color negro aparcó delante de la clínica. Ashton se quitó las gafas y miró por la ventanilla. Jugueteó con la foto en sus dedos. Volvió a mirar a la mujer que había en ella. Preciosa. Ashton se acomodó en el asiento de su auto. Un top negro, unas gafas Ray Ban y unos jeans que dejaban a la vista unos buenos muslos. Sandalias de tacón alto y el castaño pelo suelto.
Sonrió, era lo suficiente explosiva para que los hombres se tuvieran que girar para volver a verla. Algo distrajo su atención. Eran las siete y media de la mañana, y alguien abría la clínica.
La vio, de espaldas metiendo la llave en el cerrojo del portal. Llevaba un blusa de media manga y una minifalda que llegaba por media cintura. De nuevo las provocativas sandalias negras de tacón. Entró y dejó la puerta abierta.
—Bueno, vamos a ver qué aplicada es en su trabajo.—Ashton intentó asomarse, vio a Luna terminando unos arreglos en la oficina principal. Se relamió al verla agachada. Hermoso culo. Alguien entró por la puerta.
— Buenos días, preciosa.- Ella se giró y se levantó, analizando quien era. Sonrió.
—Hola, Luke. — observó que llevaba algo en las manos - ¿Y eso? — alzó una ceja.
—Es para ti. — le alcanzó un ramo de flores enorme.
—No hace falta que me regales nada... - dijo ella fingiendo una sonrisa.
Ashton no dejó de observarlos. Sacó un par de fotos con la cámara que le había prestado Calum.
—Así que es cierto que estas con ese criminal, muñeca... - sonrió — la sorpresa que te vas a llevar cuando te diga que es un coleccionista de mujeres muertas.
Se volvió a acomodar en el asiento y siguió observándolos.
— Espero que hoy aceptes la cena... - dijo Luke acercándose a ella. La intentó besar, pero Luna lo rechazó.
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Protegela
FanfictionUna llamada al despacho Una foto Y un mes cargado de pasiones, disparos y sentimientos encontrados.