Capítulo 14

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Entraron de nuevo al chalet de Ashton. Él se quitó el jersey de licra, dejando ver sus músculos, tensados.

- Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo. – dijo Ashton fastidiado – como te vuelvas a intentar escaparte, te tendré que castigar – dijo con un tono más pícaro.

Luna arqueó las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había perdido el sueño, lo miró descarada. Aun que no estuviera excitado, los pantalones de licra negro se apegaban a los fuertes muslos de Ashton... a los ejercitados gemelos... y a su potente masculinidad.

- ¿Castigarme, tu a mi? – dijo ella riéndose – te queda bien este traje negro. – murmuró sonriente. Tomo le devolvió la sonrisa.

- Te pone. – le masculló, sin ningún escrúpulo.

- Yo no he dicho eso.

- Lo digo yo. – Ashton se sentó en el sofá.

Luna cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.

- Auch. – se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de Ashton, a mirar de nuevo el televisor, hasta que se enfriara un poco. Pero él la cogió y la hizo sentarse a horcajadas encima de él.

Le dio un rápido beso a la boca.

- A mí sí me pone está Luna  enfadada.

- ¿Estás muy necesitado, verdad? – masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Ashton la apretó más hacia a él.

- ¿Qué fue lo de antes?

- ¿El qué?

- Que te fueses de esa manera. – la miró a los ojos – no me digas que no quieres que te folle, cuando escuché que anteayer te masturbabas después de que intentara saborear tu dulce...

- ¿Puedes ser algo más fino? – dijo Luna más sonrojada que nunca.

- Eres adorable cuando te sonrojas.

Luna bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.

- ¿Entonces? – reprendió Ashton.

- Digamos que mis anteriores experiencias no fueron muy buenas. – mintió y fue sincera a la vez.

- Pero conmigo sería distinto.

- ¿Cómo puedo saberlo?

- Probándolo.

- ¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? – puso los ojos en blanco – Ahora, va en serio Ashton... eres un hombre que podría conseguir a cualquier mujer... ¿Por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te pica?

- No. Por el simple hecho de que eres especial.

Ashton tumbó a Luna en la cama de la habitación de invitados, donde se había instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento. Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a Luna... Si, era especial... diferente.
No una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, discutía con él. Su carácter lo volvía loco y su manera de ser le encantaba, por no decir otra cosa.
Luna arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de Ashton. Error... eso era una invitación como una casa.

- Si no quieres que te penetre, al menos... vayamos paso a paso. – le murmuró en el oído – solo pude probarte en un escaso minuto, ahora vas a dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca.

Luna se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Ashton le quitó las botas los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La observó. Le era suficiente con eso. Luna se aguantó las ganas de cubrirse, la mirada de Ashton la avergonzaba.
¿Qué pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo...
Ashton se inclinó y le quitó el sujetador, desabrochándolo por el encaje de delante. Gimió al ver los pechos de la joven.

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