Capítulo 19 (7u7)

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 (capitulo hot no es mi culpa si alguna se muere)

Se giró para irse de nuevo. Pero Ashton la cogió del brazo, cerró la puerta y la apoyó contra su cuerpo, entre él y la madera maciza de esta. Acarició su mejilla. Y sobraron las palabras. Ashton empezó a comerle la boca, desesperadamente. No había luz, apenas, solo por un par de agujeritos de la persiana de la ventana de la habitación de Ashton. Luna rodeó su cintura con los brazos. Ashton la abrazó. Ella apoyó su cabeza contra su hombro y empezó a llorar de nuevo.

- No vuelvas a decir eso, no vuelvas a insultarte. – dijo contra su cuello – tu eres lo más perfecto que mis ojos han visto nunca... y yo... yo...

- ¿Tu? – murmuró Luna, separándose y mirándolo. Sus pupilas se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir la figura de Ashton, y viceversa.

- Te amo, joder... te amo más que a nadie en este puto mundo. – volvió a besarla.

Y en ese instante, nada importó. Solo ella, ella... Luna, que estaba entre sus brazos, que la quería, que la amaba, y se lo quería demostrar de todas las maneras posibles. No la dejaría marchar, no... porque sabía, ahora lo veía claro, no tenía dudas, de que... de que su corazón la había estado esperando a ella, y solo a ella... Luna, que había llamado su atención des del primer momento en que Calum le había enseñado la sencilla foto. Ahora solo tenía ojos para ella, su corazón solo latía por ella, su respiración solo se agitaba por ella. Se había olvidado... hasta de Ashley.

La desnudó. Sin dejar de besarla. La tumbó en la cama. Ella le apartó el albornoz.
Tuvo el placer de contemplar el bello cuerpo de Ashton. Era completamente perfecto.
Ashton sonrió y volvió a besarla, colocándose entre sus piernas. La acarició, toda... toda suya. Sus pezones ya estaban erguidos, y su sexo ya estaba mojado, invitándolo a entrar. Quería hacerla suya... dios... no deseaba nada más en estos momentos.
Mordisqueó el cuello de Luna haciendo que ella alzara las caderas. Ashton buscó un preservativo, no aguantaba más sin poseer el cuerpo de su amada mujer.

- No. - Luna lo detuvo. – Tomo la pastilla. – Rodeó su espalda con sus brazos y lo acercó a ella. – Quiero sentirte... completamente. Sin... sin barreras de látex de por medio.

Ashton gimió escuchando sus palabras. ¿Hacerlo sin condón? A carne viva... sentirla, a ella, a su interior, sin algo que lo cubriera... era la mejor propuesta que le habían hecho nunca.

- ¿Estás preparada para mí? – murmuró Ashton besándole la frente.

Luna asintió. Si hablaba se pondría a llorar. Apoyó la cabeza contra el hombro de Ashton y se lo besó. Sintió como él empezaba a abrirse adentro de su propio cuerpo.

Ashton no pudo evitar gemir al sentir... como la húmeda y estrecha carne de Luna comenzaba a apretarle el miembro. Pero algo lo detuvo. Había... alguna cosa allí. El corazón le latió fuerte. Ahora lo entendía todo, ahora entendía por qué Luna no había querido sexo con él, ahora... Encajaban las piezas del puzzle. La miró, conmocionado.
Ella tenía los ojos inundados en lágrimas. Aquel día la había visto llorar demasiado, y eso le dolía. Otra muestra de que lo que había allí, de lo que sentía, era mucho más que simple afecto. Luna abrió la boca para decir algo. Quizás otro 'te amo'.

- No me dejes... - murmuró, abrazándolo por la espalda, aún más fuerte. Ashton le apartó un mechón de la cara y se lo colocó detrás de la oreja. La miró, con los ojos humedecidos.

- ¿Por qué te iba a dejar? Si esto es lo más hermoso que he vivido nunca...

Ashton se tumbó detrás de Luna abrazándola. Le besó el cuello, el hombro. Ella sonreía. Los tapó a los dos.

- ¿Te ha dolido mucho? – murmuró en su oreja.

- ¿Te soy sincera? – se giró y apoyó su cabeza en el pecho de Ashton. Él le acarició el pelo. – La verdad es que empezar... con una cosa como la tuya... duele bastante.

Ashton se rió. Luna También.

- Lo siento.

- No pidas disculpas. Tendrás que compensarme. – se sentó encima de él. Y lo besó. Pasando los dedos entre los adorables cabellos de Ashton.

- Eso ni lo dudes... - la apretó más contra su abdomen. – no has llegado... -murmuró, entristecido.

- La primera vez no se acostumbra a tener orgasmos... - Luna cogió la cabeza de Ashton y la apoyó contra su pecho.

- Pero yo no quería que te doliera...

- Lo sé... has sido muy... cariñoso. – besó su cabeza. – Al menos tu si llegaste.

- Intenté que no.

Luna se rió.

- ¿Por qué?

- Me parece feo correrme antes que tu, o aun peor... que tu no lo hayas hecho.

- Bueno, estos días has hecho que me corra de lo lindo... así que estamos en paces.

- No es lo mismo.

Luna se tumbó encima de Ashton. Entrecerró los ojos. A pesar de la conversación, ella estaba feliz. Ya no era virgen, y el hombre que se la había arrebatado, había sido él... Había sido Ashton.

- ¿Por qué me dijiste que no te dejara? – dijo Ashton apartándole el pelo.

- Porque... - Luna bostezó. – Con mi último novio lo estuve a punto de hacer... Y él... Cuando supo que yo era virgen... Se fue. No volvió a llamarme... No volví a saber de él. Se ve que... Buscaba alguna mujer con más experiencia.

- Pues no sabe la joya que se ha perdido. – sonrió, sin dejar de acariciar a Luna. Nunca había sido un hombre romanticón, ni cursi... pero eso era... hermoso. Estar así, hablando, con la mujer a la que más amaba, con la mujer, a la que había hecho, ahora sí, completamente suya, suya para siempre.

Luna despertó, lentamente. Se sintió feliz, al saber que lo primero que sus ojos veían, era a Ashton. Y quería que fuera así por mucho tiempo... Por no decir, por el resto de los días que le quedaban de vida. A Luna se le iluminó la mente. Se escondió, debajo de las sabanas...

Era la primera vez que Ashton se despertaba jadeando.

- Oh, si... - quitó de una ventilada las sabanas de encima suyo y vió a Luna, practicándole una perfecta mamada. Gimió ante la imagen.

¿Cuándo ha sido tan bueno el sexo oral?
Él había podido aguantar hasta media hora en boca de una mujer. Pero con Luna... era distinto. Solo acababa de empezar... y ya lo tenía palpitando, más duro que una piedra. Temía no durar ni cinco minutos.
Sentía los dulces labios de Luna encerrándolo en su húmeda boca, succionándolo, pidiéndole que se corriera en su garganta. Se contuvo las ganas de coger a Luna del pelo y apretarla contra él. El placer era... Era inmenso. No podría aguantar más. Y no era justo, esta vez le tocaba a Luna tener un orgasmo que le hiciera ver las estrellas. Le apartó la cara, y ella de mala gana se levantó, después de un gracioso 'plop' producido por la liberación del miembro de Ashton de la boca de Luna.

- Ven aquí... Ven aquí. – dijo cogiéndola de la cintura y subiéndola hasta su altura. - ¿No crees que ya es suficiente? Ya me he dado cuenta de que puedes hacer que me corra con solo rozarme con tu dulce boca... ahora es mi turno.

La tumbó bajo él y levantó sus piernas, colocándolas en sus hombros. Cogió el pote de lubricante de su mesita, aun que sabía... que no haría mucha falta, porque... estaba empapado de la saliva de Luna. Ella sonrió, abriéndose aun más de piernas. Ashton no pudo apartar la vista. Se aplicó algo de lubricante. Volvió a mirarla a los ojos. Esos ojos que pedían que la penetraran hasta el fondo. Luna alzó las caderas, en una descarada invitación que enloqueció a Ashton. Lo puso a un punto, tan excitado, que le dolía.

- Ah... dios... - gimió, embistiéndola de una entera vez.

Luna gimió. Ashton paró en seco.

- ¿Te he hecho daño?

- No... ¡Sigue!- le rogó, encogiendo los dedos de los pies por el gusto.

Ashton sonrió, se retiró completamente... Haciendo que Luna perdiera el control, que gimiera, que le rogara que entrara de nuevo en ella. Luego... volvió a meter, lentamente, cada y uno de los veinticinco centímetros por los que Luna moría.

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