♡ Cuando un bebe llega al mundo, por lo general es algo que causa felicidad, porque empiezas una nueva etapa para tu vida. Pero, realmente cuesta cuando aún no es el momento oportuno.
18 años y con un bebé en
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Han pasado dos años desde la muerte de Juvia como era de esperar me quedé con la custodia de Storm a pesar que Natsu y los otros no estaban de acuerdo, ellos me odiaban ni siquiera hacían el esfuerzo en ocultarlo y no querían dejar a su único sobrino a mi cargo pero yo soy su padre, lo amo con todo mi corazón. Es cierto, soy culpable de todo y no hay día en el cual no me arrepienta de mis acciones.
¿Cambiaría algo si le hubiera creído desde un principio? ¿Debería haberla perseguido cuando la vi? Aquellas preguntas carcomían mi mente día tras noche, siento que estoy al borde de la locura quiero que alguien me ayude a sanar, eliminar este dolor que siento en mi corazón. Tengo, no, necesito pensar en el "ahora" porque el "hubiera" ya no existe, incluso si tengo sueños donde vivo junto a ella como una familia feliz, eso jamás ocurrirá.
Storm ya tiene cinco años puede leer y escribir a la perfección, es un niño muy avanzado a su corta edad no es nada comparado a cuando era pequeño. Sin embargo, tiene pesadillas constantes debido al accidente con Juvia y llora desconsoladamente buscando a su madre. Cuando llego a su habitación puedo escuchar los sollozos de mi hijo hablando sobre ella y me parte el alma ver como mi hijo sufre a causa de su ausencia.
Si, todo es por mi culpa. Tendría que haber puesto de mi parte para lograr que las cosas funcionaran entre nosotros, muy tarde entendí sobre mis sentimientos. Juvia fue lo mejor que pudo habernos pasado a ese niño y a mi. No es justo que el precio de mis errores las haya tenido que pagar mi hijo, Storm no tenía la culpa de nada.
Tengo presente el funeral de Juvia las lágrimas de las personas más cercanas a ella como también los gritos desgarradores. Recuerdo también a sus hermanos golpeando mi rostro que, sin importar si yo era el culpable o no, dejé que lo hicieran y desahogaran su dolor. En parte tenían razón debería haberle creído a Juvia y no al inútil de Mest quien solo había sembrado dudas en mi mente. Erza tiró los papeles de ADN en mi cara donde se pudo comprobar que Storm era cien por ciento mi hijo, por dentro ya lo sabía pero fui un imbecil y creí las opiniones de otras personas.
Soy un maldito idiota.
—Papá... tengo sueño —Storm hace un pequeño mojin. Después de un largo día en la escuela era evidente que esté cansado, aparte, fue con la psicóloga para ayudarle con los traumas del accidente.
