Los ojos de Raditz, se ensancharon de la sorpresa al verlo. Vaya..., tan solo hace unos días hubiera dicho que era imposible, pero bueno, técnicamente ahora, él mismo, era la personificación de lo imposible.
Turles, se acercó flotando y tomo una de sus manos, mientras una sonrisa real se dibujaba en sus labios.
- Estás vivo - repitió con clara confusión - eras parte del escuadrón de Vegeta - comento por lo bajo - eso lo explica, eso... eso debió ser, ¿Cierto?
Quiso decirle que si y no, pero el ruido de algo quebrándose bajo sus pies interrumpió la escena.
La isla acababa de ceder a las raíces del árbol y se hundía sin remedio en lo más profundo de las aguas oscuras del océano.
***
Dos meses habían pasado, desde la última vez que hablo con Turles, lo extrañaba. Pero no iba hablarle de nuevo, su orgullo no le dejaba hacerlo.
- Deja de pensar, se te quemara el cerebro - regaño su padre.
Bardock, llegó a la sala con un caminar desgarbado, su cola aún no le había crecido desde que la perdió en la pelea contra ese tal Gas, en el planeta Cereal.
- No le va a pasar nada a mi cerebro - comento protegiéndose la cabeza, como si fuera evitar que se quemara realmente.
El saiyajin alzo una ceja y le lanzó su mirada analítica, no evito ponerse nervioso aunque sabía que no tenía problemas o que no estaba siendo retado.
- Deja de darle vueltas al asunto de ese niño - empezó sin miramientos - te advertí que no te acostumbraras a él.
Antes de que pudiera contestar algo, su madre hizo su entrada dandole un fuerte puñetazo en la cabeza a su padre, para luego subirse a sus hombros en cuanto bajo la cabeza por el golpe recibido.
- No le hagas caso a tu padre, hijo - le indico dulcemente, mientras parecía que lo ahorcaba con las piernas - está bien si quieres hablar de nuevo con él, tal vez él también quiere, solo debes dar el paso.
- Pero... - comenzó no muy convencido - él fue quien se comportó con un grandísimo idiota.
- Eso, exactamente - agrego Bardock, a pesar de que parecía no poder respirar por los muslos de su esposa en su cuello - ese niño se desquito... sin razón con Raditz, debería venir a pedir disculpas... de rodillas - logro decir mientras hacía fuerza para separar las piernas de su esposa de su cuello.
- Si tienen razón - indico sin dejar de contrarrestar con más vehemencia la fuerza de su esposo - pero como va a poder disculparse si no le das la oportunidad.
Raditz, se quedo callado ante esas palabras, no lo había pensado así realmente. Bueno podía darle la oportunidad de que se disculpara y rechazarlo para que le ruegue. Si, eso iba a hacer, pero... aún no sabía cuándo iba a volver de su misión, tal vez podría preguntar. Y mientras sus padres continuaban forcejeando, tomo vuelo con rapidez en dirección al castillo.
- ¡Espera! - logro gritar mientras al fin se lograba quitar a su mujer de sus hombros - ¡¿Raditz a dónde carajo vas?!
- Ya déjalo, ¿Acaso no es lindo como se preocupa por su amigo?
- ¿Cómo que lo deje? - cuestionó alterado - además ese niño no es amigo de mi hijo.
- Cálmate Bardock, solo son cosas de niños.
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Estaciones
FanfictionEn estas estaciones de nuestro amor, ¿lograremos sobrevivir al frío invierno?, ¿acaso volveremos a ver la primavera?. Cuarta parte de ¿Y si...?