capitulo 17: Inicia La Búsqueda.

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Percy y Hermes se estaban viendo fijamente pero en eso el Dios de los mensajeros vio las latas de Coca-cola del hijo de Posesión

-¿es Coca-cola? ¿Puedo tomar una? El Dios le pregunto al semidiós.

-Si claro. Percy le respondió a Hermes.

-Muchas gracias. -El Dios le agradeció al semidiós.

Si no es mucha molestia Lord Hermes ¿Qué favor me quiere pedir? Percy le pregunto al Dios con curiosidad.

El Dios le iba a responder pero un teléfono móvil sonó en su bolsillo, Hermes suspiró, Sacó el teléfono, el cual emitía un resplandor azulado. Cuando extendió la antena, dos criaturas empezaron a retorcerse en torno a ella eran dos culebras verdes, pequeñas como lombrices el Dios no pareció asustado, Hermes Miró la pantalla y soltó una maldición.

-Tengo que atender esta llamada. Dame un segundo por favor. Hermes le dijo a Percy con una sonrisa. -¿Hola? -Mientras Hermes hablaba por el teléfono las mini culebras siguieron retorciéndose por la antena a unos centímetros de su oreja.

-Si, Oiga, ya sé, pero... me tiene sin cuidado que esté encadenado a una roca y con buitres mordiéndole el hígado. Si no tiene el número de envío, no podemos localizar el paquete... Un regalo para la humanidad, fantástico. -El Dios pareció estar discutiendo con un sujeto, Percy no pudo evitar pensar que la situación en la que Hermes había descrito al hombre se le hacía conocida solo que no podía recordar en donde la había escuchado.

-¿Sabe cuántos regalos entregamos? No importa. Oiga, dígale que pregunte por Eris en atención al cliente. Ahora tengo que dejarle. -Hermes dijo con molestia y acto seguido colgó la llamada.

-Perdón, el negocio de envíos nocturnos va viento en popa, Bueno, como iba diciendo nececito que. Hermes no pudo continuar porque Percy lo interrumpio.

-Tiene unas serpientes en el teléfono. -Percy le dijo a Hermes mientras miraba a las dos serpientes.

-¿Qué? Ah, no muerden. Digan hola George y Martha. Hermes les hablo a las dos serpientes.

-Hola, George y Martha. -Percy escucho una voz ronca en su cabeza.

-No seas sarcástico. -Percy volvió a escuchar una voz pero esta era femenina.

-¿Por qué no? Soy yo quien hace todo el trabajo. La voz masculina le respondió a la femenina.

-OH NO VOLVAMOS A DISCUTIR ESOOO. -Hermes dijo con voz enfadada y acto seguido guardo el teléfono. -Aaaaah, Paz y tranquilidad. -El Dios Cruzó las piernas y levantó la vista hacia las estrellas.

-Hace muchísimo que no tenía un rato para relajarme, desde que apareció el telégrafo, ha sido un no parar, ¿Tienes una constelación favorita, Percy? -Hermes le pregunto curioso a su primo mas pequeño.

-Humm, me gusta Hércules. -Percy respondió con sinceridad.

-¿Por qué? -Hermes pregunto curioso.

-Bueno, porque tenía una suerte peor que la mía, lo cual hace que me sienta mejor. -Percy respondió con sinceridad lo que ocasionó que Hermes soltara una carcajada.

-¿No porque fuera fuerte y famoso y demás? -Hermes pregunto con incredulidad pero con una sonrisa en el rostro.

-No. -Percy volvió a responderle con sinceridad al Dios.

-Eres un joven interesante, incluso creo que le podrías caer bien a mi Arty sobre todo con esa respuesta que acabas de dar jajajaja. -Hermes dijo mientras reía entre dientes.

-Sin ofender Lord Hermes, aun no me ha dicho qué favor me quiere pedir. Percy le insistió al Dios.

-Antes de llegar a eso quiero preguntarte ¿Qué piensas hacer acerca del vellocino de oro? -El Dios de los mensajeros le pregunto al semidiós.

Me Convertí En Un SemidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora