🔆Capítulo 13| Nuestra primera cita🔆

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POV ANASTASIA

—Si llora por la noche, le gusta que la pongan contra el pecho y le acaricien la espalda en círculos, eso siempre funciona. —Christian es quien se encarga dearrullarla si se despierta de madrugada, y siempre le canta You are mine, de Secret Nation... —¡Vaya!, ustedes seguro que no se saben la letra, así que no podrán calmarla.

—Tranquila, tiene solución: buscaremos la canción en YouTube- sugiere Carla-.

—Claro, cariño, ésa es una buena opción. —No tienes que preocuparte, nuestra hija estará bien al cuidado de sus abuelas.

—Después de todo, tú estás viva, y eso que ambas nos quitábamos hasta los ojos por cuidarte cuando eras pequeña -interviene Carolynn. —Ana, seguro que entre las dos conseguiremos que Phoe duerma toda la noche y no os extrañe, y, si algo va mal, prometemos llamaros de inmediato. —¿Eso te deja más conforme?

—Sí. -Cojo las manos de Carla-. —Gracias por estar ambas para ella, y para nosotros.

—Cuando Christian nos llamó y nos pidió el favor -acota Carolynn-, —no veíamos el momento de que llegara este día; siempre puedes contar con
nosotras.

—Estoy pensando que no tendrán la mecedora que está en su habitación para acunarla...

—Oh, nena, ambas las cuidarán bien, no tienes que angustiarte de esta forma. —Christian tira de mi mano para alejarme de mi bebé.

—Lo sé, amor, es que es tan pequeña y es la primera vez que no dormirá con nosotros. —Sólo le daré un beso más antes de que se vayan.

Después de que mis madres hayan recogido a Phoe en el vestíbulo del edificio de la calle Vasey, la noche mágica que mi esposo ha preparado para nosotros comienza tan pronto como atravesamos la puerta de salida.

Una limusina nos está esperando en la entrada. Miro a Christian y él me regala un guiño de ojo; luego me conduce de la mano hasta el vehículo y abre la puerta para mí, con un exagerando ademán, más bien como si se tratase de una reverencia, y me indica que entre. De ahí nos vamos a casa, a cambiarnos. Apenas entramos en nuestro apartamento, me encuentro la sala llena de arreglos de rosas rojas, ¡pero llena literalmente!, no creas que estoy exagerando.

 Apenas entramos en nuestro apartamento, me encuentro la sala llena de arreglos de rosas rojas, ¡pero llena literalmente!, no creas que estoy exagerando

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—Oh, mi amor... -Me cubro la boca con una mano ante la sorpresa y luego me muevo rápidamente, lo sujeto del cuello y lo beso desesperadamente. Amo a este hombre con todo mi ser y, aunque un beso es algo tan grande e íntimo, me parece poco como para agradecerle el detalle-. —Esto es fantástico, jamás olvidaré este día -le garantizo.

—Ésa es la idea. -Vamos a arreglarnos, porque si seguimos con los besos te desnudaré aquí mismo y no saldremos de casa, y eso no es exactamente lo que tengo planeado.

Frunzo el ceño y lo miro, intrigada.

—¿Qué has planeado? —Creía que sólo íbamos a cenar.

—Por supuesto, eso haremos, por fin tendremos primera nuestra cita, ¿lo recuerdas?, pero primero tenemos que prepararnos.

Asistente de Compras - Amor 《Christian y Ana》Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora