06. Bailando con el enemigo.

11 0 0
                                    


Una vez todos abordaron el transporte, el conductor continúo su camino, y durante el resto de la mañana, los turistas estuvieron recorriendo las calles de Pekín

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez todos abordaron el transporte, el conductor continúo su camino, y durante el resto de la mañana, los turistas estuvieron recorriendo las calles de Pekín. Justo al medio día, se detienen frente a un restaurante. Era la hora del almuerzo. Los tres hermanos y las dos mejores amigas son los últimos en salir del autobús. 

Crystal siente que algo está vibrando en su bolso e inmediatamente se percata de que es su celular. Al sacarlo se da cuenta que es una videollamada de su hermana. 

—Hasta que por fin contestas—dice Caitlin del otro lado.

—¿Qué? ¿De qué hablas?—pregunta Crystal sorprendida. 

—¿Ni siquiera te has fijado?—Caitlin finge indignación—Se nota lo mucho que extrañas a tu querida hermana. 

Crystal revisa entre las notificaciones de su celular y se da cuenta que efectivamente su hermana la ha estado llamando. 

 —Lo siento, en serio no me había dado cuenta. He estado demasiado inmersa en todo este viaje—dice Crystal.

—Hemos estado—dice Eleanor apareciendo en el encuadre de la videollamada—¡Hola, Caitlin!—la saluda agitando su mano de un lado a otro y regalándole una sonrisa. 

—¡Hola, Elle!—la saluda de la misma forma—Me alegra que la estén pasando bien, ¿y dónde están ahora?—pregunta curiosa. 

—Estamos justo a punto de entrar a un restaurante para almorzar—responde Crystal. 

—Entiendo, entonces provecho—dice Caitlin mientras asiente con una sonrisa—Luego hablaremos. Tómense muchas fotos y disfruten el resto del viaje—se despide enviándoles un beso. 

—Eso haremos—contestan Eleanor y Crystal al unísono para luego imitar dicho gesto. Al cabo de unos segundos Caitlin cuelga. Al alzar la vista se encuentran con los tres hermanos esperándolas a dos pasos de ellas—Era mi hermana—dice Crystal mientras guarda el celular en su bolso.

—No te preocupes—dice Margot mientras sonríe y hace un ademán con su mano derecha. Luego de unos segundos vuelve a hablar—¿Entramos?—dice mirando a las chicas y luego a sus hermanos. Todos asienten y se disponen a entrar. 

 La hora del almuerzo se pasó entre comentarios sobre lo que les había parecido el viaje hasta el momento, datos curiosos y anécdotas de cada uno, pues si bien era cierto a pesar de estarse acompañando durante el viaje, las dos mejores amigas conocían muy poco a los tres hermanos y viceversa. 

Estaban tan inmersos en la conversación, que no se dieron cuenta lo rápido que paso el tiempo hasta que Eleanor dijo que ya era hora de volver al autobús, pues pronto reanudarían el recorrido. Sorprendidos, todos se pusieron de pie y se dirigieron al vehículo. El trayecto continuo y cerca de las cuatro y media llegaron al hotel. 

—Estoy segura de que si me acuesto en este momento en cualquier lugar, me quedo dormida—dice Eleanor con un notable cansancio. 

—La cama nos espera—dice Crystal esbozando una sonrisa en medio del cansancio. 

DespiadadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora